El Kungsleden es el camino que recorre la Laponia Sueca. Patrimonio de la Humanidad desde el año 1996, recorre 450 Km. desde Abisko a Hemavan. El camino nació en el año 1890, con la fundación de la ciudad de Kiruna, gracias a una explotación minera de hierro y magnetita, la cual desplazó con su vorágine los campamentos nómadas de Samis.
Para poder sacar el mineral se construyó un tendido férreo hasta el puerto de Narvik, entonces bajo soberanÃa sueca. Esta actividad movió un número importante de viajeros y curiosos, que tampoco fueron ajenos a la barbarie a la que se sometÃa al pueblo Sami. La decadencia del sistema imperialista sueco trajo consigo un ensalzamiento de los valores patrios y un espÃritu nacionalista. Se empiezan a crear grandes recorridos para acercar a los turistas de la época hacia los lugares más bellos del paÃs y de esa forma nació el Kungsleden o ‘Camino del Rey’ a finales del siglo XIX; concluirÃa en los años 30 con la creación de una red de refugios.El camino tiene cuatro partes bien diferenciadas: la primera, de 110 km., cruza las montañas más altas de Suecia y va de Abisko a Saltoluokta. Hay refugios cada 15/20 Km. y es muy popular en Semana Santa y verano:Por eso, yo que lo he recorrido a principio de marzo apenas he encontrado gente y los refugios estaban generalmente vacÃos.
A partir de aquà se abre una zona de bosque y colinas que constituyen el paisaje más caracterÃstico de Laponia, llegando hasta Kvikkjok , a 73 Km. al sur de Saltoluokta y también provista de refugios -aunque yo encontré algunos de ellos cerrados y tuve que usar la parte de emergencia siempre disponible-. Algunas jornadas estuve totalmente solo.En Kvikkjok terminaba el camino del año 1890, y aquà se terminan también los refugios y las señalizaciones de invierno; casi todo el mundo que dice que ha hecho el kungsleden llega hasta aquÃ.A partir de este punto comienza un tramo de 188 Km. sin refugios ni señalizaciones hasta Ammarnas, donde empieza otra vez el Kungsleden del Sur. En Kvikkjok, como en la mayorÃa de los pueblos por donde pasas, apenas viven 20 personas durante el invierno, y la mayorÃa parecen incapaces de dar una buena información, asà que algo pesimista me puse en camino siguiendo muchas veces huellas de moto-nieve que no iban a ninguna parte y subiendo altas colinas con nieve fresca donde tirar de la pulka era trabajo de bestia. Dormà casi cada noche en mi tienda o aproveché las oportunidades que iba encontrando en el camino: un pueblo vacÃo para instalarme en un granero o el porche de una casa; casas que están abiertas porque sus dueños no se molestan en cerrarlas aunque pasen semanas sin venir.