Un miembro de la expedición remonta palas de hielo cerca del campo I |
Ninguno de los pasos que llevan al K2 son fáciles, y menos si se trata de la arista Norte y, sobre todo, mucho menos si se trata de intentar ascender la montaña en invierno; algo que nadie ha conseguido hasta el momento.
Tras un verdadero periplo por el desierto de altura de Kirzguistán y China, hasta el Campo Base, y sobre rÃos congelados e incomodas pedreras hasta el Campo Base Avanzado (5.200 m.), el equipo europeo –con mayorÃa polaca aunque entre sus filas se encuentran por ejemplo Gia Torazde y Denis Urubko- liderado por Krzysztof Wielicki no se dejó amedrentar por las gélidas temperaturas que rondan los –30º (y que, según comentan, congelan hasta la pasta de dientes y hacen que la piel se quede pegada a cualquier objeto metálico que tocan) y comenzó el trabajo de equipar la montaña. En pocos dÃas habÃan fijado 1550 metros de cuerda y habÃan montado el Campo I, a 5950 metros de altitud. Denis urubko y Wasilij Piwcow pasaron la noche en el reducido espacio del campo de altura el 7 de enero. A pesar de haber montado las tiendas en una rimaya , protegidas bajo un desplome que evita las grandes avalanchas que sufrirÃan en la arista propiamente dicha, lo cierto es que el campo se ve sometido a la continua caida de nieve suelta arrastrada por el viento, que hay que palear cada poco tiempo.
Entre tanto, el miembro más joven del grupo, Roman Mazik, se veÃa obligado a descender al Campo Base por problemas con la altitud.
El K-2 desde el campo base de la vertiente norte |
Las últimas noticias llegadas desde la zona anuncian que los himalayistas se disponÃan a emprender el camino hacia el futuro Campo II. Este se montarÃa a 6600 metros, pero para llegar a esa cota deben superar pendientes de hielo y nieve de más de 45º y realizar varias travesÃas, a través de tramos expuestos a las avalanchas.
Nadie ha conseguido escalar el K2, ni ningún otro ochomil del Karakorum en invierno. Sin embargo, este grupo parece especialmente adecuado para la tarea; Wielicki, la tercera persona en la historia que completó la ascensión a los 14 ochomiles del planeta, tiene en su haber también tres primeras invernales a ochomiles. Un porcentaje espectacular, teniendo en cuenta que sólo se han ascendido seis ochomiles en invierno, y que las repeticiones son una excepción.