Uno de los expedicionarios andaluces llega al CII. |
Como ya habían previsto, y después de un primer intento frustrado, los andaluces salían a por su última oportunidad de cima el pasado día 25. El peligroso estado del gran serac y el último tramo hasta la cima hacían las condiciones de ascensión ya muy duras, pero cuando a ello se sumaron vientos muy fuertes en altura y nevadas, entonces la situación se tornó insostenible. Los andaluces llegaron al Campo II en unas condicones climatológicas muy malas. Por delante de ellos, sólo una avanzadilla del equipo Kazajo había conseguido, con Denis Urubko a la cabeza, llegar hasta el Campo III, pero desde ese punto os intentos a cumbre eran implanteables. Aún estamos esperando noticias sobre estos kazajos, que habían conseguido alcanzar el CIV y, desde allí, esperaban una mínima mejoría del tiempo para intentar la cumbre o regresar. Las otras expediciones, según afirman los andaluces, ‘sólo salían después de que ellos hubieran partido’.
Mientras en el Campo Base, Simone Moro e Iñaki Ochoa esperaban que el temporal amainase. Perfectamente aclimatados y con los deberes cumplidos después de completar, respectivamente, uno y dos ochomiles este verano , esperan a ver qué ocurre. Simone Moro describe así la situación:
Pepe da clase de cocina española al staff pakistaní. |
El tiempo es tan malo como anunciado. Los escaladores que desoyeron la predicción y que se metieron en el espolón de los Abruzzos hace tres días se han visto forzados a soportar fuertes vientos, nevadas y riesgo de avalancha. Los dos equipos kazajos, a 7.800 y a 7.300 m, llevan dos días en sus respectivos campos de altura y sólo el más avanzado ha podido intentar esta mañana un ataque a cumbre en mitad de la tormenta: a 8200 m se han tenido que dar la vuelta debido al riesgo y a unas condiciones meteorológicas infames.
¡¡Creo personalmente que asumen riesgos en vano...!! Odio esta ilógica, aunque heroica, decisión pero es sólo mi opinión personal. Las tragedias del K2 y del Everest, respectivamnete en 1986 y 1996, no parecen haber enseñado nada.
Ahora mismo todos los alpinistas en el K2 tratan de abandonar la montaña, pero no está claro si bajarán hasta el campo base o si pernoctarán en los campos de altura. Espero por mí y por mis amigos kazajos que el tiempo mejore y el monte vuelva a ser seguro. En ese caso, será un placer tratar de escalar el K2, el rey de los ochomiles.