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“El fuera pista es también descubrimiento y exploración”

Seguro que esos fanáticos de la nieve virgen tienen desde hace ya unos cuantos días los cantos de sus esquís bien afilados. Enrique Ribas, uno de ellos, y acaba de trasladar su pasión al papel. El libro “Guía Práctica de Fuera de Pista” da valiosos consejos sobre técnica, entrenamiento y seguridad, pero sobre todo traslada la “sensación de libertad” del freerider.

Foto: Cortesía Fristchi 
Enrique Ribas publica “Guía Práctica de Fuera Pista” 

•¿Por qué crees que el esquí fuera pista está teniendo tanto tirón entre los esquiadores de pista y va ganando en adeptos?

Hay diversos factores, pero antes de nada establecería la diferencia entre aquellos esquiadores que, después de mucha pista, practican un día el esquí de travesía y se “enganchan”. En este caso suelen ser amantes de la montaña que descubren que pueden fundir el sentido romántico y cultural de la naturaleza con su deporte favorito, cosa imposible en esa especie de apéndice urbano que son muchas estaciones de invierno con sus colas y muchedumbres. Por otro lado, están los esquiadores de pista que buscan la emoción y la superación en el difícil ámbito de la nieve virgen. Hay muchos esquiadores con gran nivel que sólo pueden encontrar sensaciones cada vez más fuertes con la velocidad del descenso, la habilidad del eslalon, o ambas, en el eslalon gigante. Pero, para estas disciplinas hay que estar en un club de esquí y dedicarse a la competición. Y, por otra parte, las frecuentemente abarrotadas pistas no parecen el mejor sitio para entrenarse contra el cronómetro. Así que, de una forma natural, parece que el terreno más adecuado para los que afrontan el reto deportivo, sin tener que ser profesionales, está en el fuera de pista donde, de una manera libre y con suficiente preparación, se pueden encontrar las sensaciones más intensas dentro de eso que los franceses llaman glisse y que es algo mucho más elevado que descender sobre la nieve con esquís o con tabla.

Foto: Cortesía Fristchi 
El fuera pista “engancha” 

•¿Qué diferentes sensaciones encuentran en el fuera de pista?

La sensación de libertad parece evidente, pero también es muy importante la sensación de descubrimiento y exploración. A estas dos principales hay que añadir la de superación cuando se consigue descender una buena ´pala` con soltura. Quizás las dos primeras están íntimamente unidas al esquí de travesía o a los largos recorridos clásicos con esquís. La superación sobre todo se encuentra en los descensos de dificultad o extremos, más cortos pero también más intensos y exigentes.

•¿Qué nivel hace falta de esquí de pista para poder probar el fuera de pista dignamente?

Con un nivel medio-alto en pista (D-E), cuando parece que se dominan todos los tipos de viraje y que las pistas negras están a nuestro alcance sin demasiado sufrimiento, se puede comenzar a experimentar con las nieves sin tratar. Siempre con poca velocidad y evitando zonas con obstáculos y por pendientes, a lo sumo, moderadas. Lo más aconsejable es hacerlo siempre bajo la tutela de un profesor o un experto acreditado.

Foto: Cortesía Fristchi 
Sobre todo prudencia 

•¿Tiene la geografía española buenos recorridos de fuera pista?

Claro, en cualquier montaña con nieve se pueden hacer fuera de pista. Evidentemente, cuanto más altas sean las montañas y cuanto más abajo llegue la nieve, encontraremos mejores condiciones y recorridos más largos. En España las posibilidades siempre serán menores frente a la inmensidad de montañas como los Alpes, las Rocosas o el Cáucaso. Pero también está el factor sentimental, descensos de 700 metros en Gredos o en Picos de Europa, de 1.000 en Pirineos o Sierra Nevada, pueden saber a mucho.

Imaginemos que, con una nevada excepcional, un esquiador aventurero desciende 500 metros en La Sagra, entre Jaén, Granada y Murcia; o que encontrásemos 1 metro de nieve polvo en el Moncayo y esquiásemos desde su cima hasta más abajo del límite de los bosques inferiores. Seguro que hasta el esquiador extremo más curtido disfrutaría tanto como bajando la Mer de Glace en Chamonix.

Foto: Cortesía Fristchi 
El fuera pista puede requerir calzarse las focas 

•¿Tiene la geografía española buenos recorridos de fuera pista?

Claro, en cualquier montaña con nieve se pueden hacer fuera de pista. Evidentemente, cuanto más altas sean las montañas y cuanto más abajo llegue la nieve, encontraremos mejores condiciones y recorridos más largos. En España las posibilidades siempre serán menores frente a la inmensidad de montañas como los Alpes, las Rocosas o el Cáucaso. Pero también está el factor sentimental, descensos de 700 metros en Gredos o en Picos de Europa, de 1.000 en Pirineos o Sierra Nevada, pueden saber a mucho.

Foto: Cortesía Fristchi 
Los Alpes, las Rocosas o el Cáucaso son los mejores parajes para el freeride 

Imaginemos que, con una nevada excepcional, un esquiador aventurero desciende 500 metros en La Sagra, entre Jaén, Granada y Murcia; o que encontrásemos 1 metro de nieve polvo en el Moncayo y esquiásemos desde su cima hasta más abajo del límite de los bosques inferiores. Seguro que hasta el esquiador extremo más curtido disfrutaría tanto como bajando la Mer de Glace en Chamonix.

* ¿Dónde están los mejores fuera pista del mundo?

Allá donde un esquiador o snowboarder encuentre la máxima satisfacción. Pero para ser menos poético cabe destacar: en los Alpes santuarios como La Grave y Alagna, en Norteamérica Utha, y Colorado, Whistler en Canadá, el Cáucaso tiene también grandes posibilidades pero muy poca infraestructura, también se oye hablar mucho de Nueva Zelanda…en general el tipo de montaña en la que haya bastante nieve fría y seca entre los 1.500 y 3.500 metros, altitudes mayores pueden ser más incómodas para un deporte explosivo como el esquí y a ser posible evitando las latitudes muy septentrionales por la falta de luz invernal.

* ¿Algún último consejo para practicar el fuera de pista?

Foto: Cortesía Fristchi 
Hay que buscar la nieve fría y seca entre los 1.500 y 3.500 metros 


Enrique Ribas, uno de los más prestigiosos especialistas, acaba de publicar con Barrabés Editorial la Guía Práctica de Fuera Pista, en el que ofrece toda la información necesaria para el aprendizaje y perfeccionamiento de la técnica del esquí de fuera pista, pasando revista al material necesario, las diversas técnicas, primeros auxilios, técnicas mixtas de supervivencia, etc.
Ante todo prudencia, que tiene que estar siempre por delante del reto y el afán deportivo. Pensemos que la mayoría de los practicantes del esquí de fuera de pista somos personas “normales”, no nos ganamos la vida superando corredores con 50º de inclinación ni tenemos a un equipo de personas fotografiando o filmando nuestras bajadas y, mucho menos, un equipo de rescatadores en helicóptero dispuestos ante cualquier percance. Hay que dejar las experiencias fuertes para los profesionales y practicar el fuera de pista sólo por diversión, arriesgar exclusivamente lo justo. No es necesario bajar por el lugar más peligroso de un área de esquí para disfrutar con el fuera de pista. Se pueden encontrar sensaciones maravillosas haciendo virajes tranquilos por un valle o un bosque solitario; una excursión suave por zonas tranquilas hasta un refugio donde comernos la merienda, incluso con niños o principiantes, puede ser el mejor fuera de pista que realicemos en la temporada. Olvidemos el marketing y las imágenes de un esquí agresivo para centrarnos en disfrutar de la montaña.
Hay que acostumbrarse a “pasear” con esquís en los pies y mentalizarnos de que, después de una jornada de fuera de pista, el riesgo no nos aportará nada más que estrés.

Por último, en el fuera de pista como en cualquier actividad al aire libre, no agresiva ni motorizada, sentiremos que nos integramos con la naturaleza mucho más que en aquellos lugares o con aquellos deportes en que el paisaje tiene que ser modificado para su disfrute, posiblemente, no hay mejor sensación que terminar un día de esquí sin tocar un remonte y dejando, como recuerdo de nuestro paso, sólo las huellas de nuestros esquís. Si se actuase así de una forma general entre aquellos esquiadores que aman la montaña, posiblemente contribuiríamos a evitar y prevenir la destrucción sistemática que afecta y amenaza a nuestras zonas de montaña y que, con la excusa de favorecer el deporte o el turismo, cambia paisajes naturales por áreas residenciales.

Fotos Cortesía Fritschi: http://www.fritschi.ch/fritschi.htm

NOTA: Todas las fotos que ilustran el reportaje de Freeride: libre como el viento del Extra Nieve 2004 pertenecen a Fritschi, fabricantes de fijaciones para esquí alpino, freeride y esquí de montaña, y no a Fisher, como se publicó erróneamente.

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