Los huracanes son el peor enemigo en la Patagonia |
Hacia el 8 de diciembre, el tiempo empezó a mejorar. "No mucho, pero aquà somos modestos", dijo Robert Jasper a través del teléfono satélite para su página web. "Asà que enseguida nos metimos en la pared, como habÃamos planeado. QuerÃamos una última oportunidad y aquà estaba".
Los dos escaladores habÃan ascendido ya 800 metros de pared y sólo les restaban otros 150 para llegar a la cima. El terreno era conocido y estaba equipado con cuerdas fijas. Sin embargo, la mejora climatológica habÃa sido un espejismo. Un viento huracanado soplaba alrededor de los alemanes, acompañados por el fotógrafo Klaus Fengler, y a mitad de pared las piedras y témpanos de hielo silvaban sobre sus cabezas.
"SubÃamos por las cuerdas fijas que habÃamos instalado", contó Jasper. " Pero estas latigaban salvajemente, se tensaban como cuerdas de guitarra y tiraban violentamente de los puntos de sujección. Mientras subÃamos, descubrimos en varias ocasiones partes dañadas en las cuerdas".
Cara Norte del Murallón |
La situación se habÃa vuelto muy complicada. Durante los dÃas que habÃan tenido que permanecer fuera de la pared, el famoso infierno de viento y hielo patagónico habÃa hecho mella sobre las cuerdas. "Jumeando forzábamos partes de la cuerda que estaban por enima nuestro. TenÃamos que confiar plenamente en cuerdas sin poder probarlas. Se habÃan convertido en un peligro mortal".
"Un infierno"
En esa situación, la retirada se hacÃa ineludible. En buenas condiciones, escalar hasta el punto alcanzado en su última incursión en la pared, a 150 metros de la cumbre, habÃa costado una semana. Sin utilizar las cuerdas, la pareja no tenÃa tiempo suficiente para completar su escalada. "Un infierno", asà lo describió Daniela Jasper tras conversar con su marido, que regresó a un Campo Base donde las tiendas habÃan sido prácticamente arrasadas por el huracán.
Según aseguran, la expedición Murallón 2006 ya les ronda la cabeza, pues los 150 metros que se quedaron sin escalar parecen escocer su orgullo. De momento, dejan tras de sà una vÃa incompleta de quince largos y 800 metros con dificultades extremas, de 7c / A2.
El Murallón parece ser el vÃnculo que mantiene unidos a los dos escaladores germanos, que antes del año que pasado, cuando se asociaron para afrontar con éxito, por las mismas fechas, la escalada del espolón norte, nunca habÃa formado cordada.
Fuente: www.robert-jasper.de