Santiago Llop, abriendo "Con derecho a volar", en el Torreón Figueroa |
Como os indicábamos en la anterior noticia, hoy vamos a publicar un relato de Santiago Llop, una de las personas que más han hecho por el artificial aquí, aperturista del primer A5 de la península en 1.984 (El mirall impenetrable, Montserrat), en el que nos describe una de las últimas rutas que ha abierto en Tenerife, "Con derecho a volar", al Torreón Figueroa". Además, en el croquis nos encontramos con una doble graduación: la tradicional, y la nueva que Santiago propone, que combina, dificultad, ética y exposición, como podéis leer en la anterior noticia.
Utilizaron empotradores, principalmente pequeños, 1 juego de Aliens, Friends medianos, 4 Rurps, 3 KB pequeños, 1 universal corto y ganchos variados.La vía en el Torreón Figueroa |
Fueron dos semanas de un ir y venir constante, más de dos mil kilómetros en una isla de algo más de cien de largo y cincuenta de ancho.
A pesar de las intensas escaladas por las curiosas formas de la Cañada del Capricho, de la particular roca de la Catedral en los Roques de García o de los quinientos metros de escalada en pared (no en la misma) en un mismo día en la península de Anaga, faltó tiempo para culminar un viejo proyecto.
Este agosto reencontré a los amigos de la anterior ocasión y se incrementó el grupo con otro miembro igual de agradable y sorprendente. Como ya nos conocíamos, todos teníamos claro los gustos, preferencias y objetivos. Sólo los años transcurridos y sus secuelas en forma de lesiones y disminución de capacidades nos limitaban físicamente. Pero la ilusión, no sólo no había disminuido, sino que se había incrementado, sobre todo a raíz de los últimos encuentros y debates con otros escaladores.
Croquis de la vía. En él pueden verse las dos graduaciones |
La lejanía con la península y la inconveniencia de fechas no permitió a mis amigos canarios asistir a dichos encuentros, por lo que fue preciso dedicar varias horas a actualizar su conocimiento sobre los temas debatidos y contrastar opiniones. Pero para eso están los desayunos previos a la escalada, los viajes en coche, las aproximaciones y las cervezas después de la actividad, sobre todo las que acaban convirtiéndose en divertidas y gratificantes cenas.
El proyecto en cuestión era “Con derecho a volar”, una vía en la cara oeste del Torreón Figueroa con dos largos de escalada predominantemente artificial, abierta en 1995 por Francisco Reyes y Pablo Mata. Esta vía sin cima no había sido repetida y mis amigos me propusieron su repetición para ratificar su graduación y si lo deseaba finalizarla hasta la cima.
No tuvieron que insistir mucho para convencerme. Si la línea es lógica, evidente, estética, con buena roca y difícil, no puedo negarme.
El sábado 4 de agosto, con arnés, rodilleras, calzado, cinta probadora, un par de mosquetones de seguro y, como no, mis estribos personalizados como único material propio, afronté el reto. El resto de los trastos me los proporcionaron ellos. Uno siempre prefiere su propio material, pero con el tiempo la capacidad de adaptación a los recursos disponibles se incrementa y es posible, como en el presente caso, sentirse cómodo escalando con material ajeno.
Santiago, empezando el tercer largo |
Una de las mejores recompensas que nos ofrece la escalada es compartir. Disfrutar y sufrir con los compañeros de cordada, compañeros, que la mayor parte de las veces, son amigos en los que se puede confiar. De hecho se confía la vida en ellos en cada largo arriesgado.
Me ha encantado poder compartir con ellos mi visión de la escalada, truquillos para progresar, técnicas para casos concretos, chistes malos, algún bollito con o sin miel, el agua, fuente de vida, las sensaciones proporcionadas por este entorno privilegiado y tantas cosas que lo mejor es repetirlo más pronto que tarde.
Esta ascensión permanecerá en el recuerdo, como un acicate para un próximo encuentro, que seguro se producirá. El artificial crea amigos, buenos amigos."