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“Amigos del artificial”, por Santiago Llop

Para aquellos que desconocen la escalada artificial. Para aquellos que creen conocerla y piensan que es estática, monótona y aburrida. Para aquellos que la conocen, pero no la practican porque entienden que no va con ellos y que no les aportará nada…para todos ellos es este relato breve que pretende ensalzar el mantenimiento y la perseverancia de unos criterios e ideas a lo largo del tiempo. El artificial crea amigos, buenos amigos
Foto: Santiago Llop 
Santiago Llop, abriendo "Con derecho a volar", en el Torreón Figueroa 

Como os indicábamos en la anterior noticia, hoy vamos a publicar un relato de Santiago Llop, una de las personas que más han hecho por el artificial aquí, aperturista del primer A5 de la península en 1.984 (El mirall impenetrable, Montserrat), en el que nos describe una de las últimas rutas que ha abierto en Tenerife, "Con derecho a volar", al Torreón Figueroa". Además, en el croquis nos encontramos con una doble graduación: la tradicional, y la nueva que Santiago propone, que combina, dificultad, ética y exposición, como podéis leer en la anterior noticia.

Utilizaron empotradores, principalmente pequeños, 1 juego de Aliens, Friends medianos, 4 Rurps, 3 KB pequeños, 1 universal corto y ganchos variados.

La vía fue abierta por Francisco Reyes, Pablo Mata y Santi Llop, el 4 de Agosto de 2007. Los 2 primeros largos los habían abierto Francisco y Pablo en agosto de 1.995.

“Hace cinco años descubrí que tenía amigos que no conocía. Siempre habían estado allí, pero la distancia y la fortuna no habían propiciado el encuentro. Bastó una referencia en un artículo, para efectuar una llamada telefónica. A partir de ahí, no hubo que hacer gran cosa para que la semilla de la amistad germinara y creciera aceleradamente.

Foto: Santiago Llop 
La vía en el Torreón Figueroa 

Fueron dos semanas de un ir y venir constante, más de dos mil kilómetros en una isla de algo más de cien de largo y cincuenta de ancho.

A pesar de las intensas escaladas por las curiosas formas de la Cañada del Capricho, de la particular roca de la Catedral en los Roques de García o de los quinientos metros de escalada en pared (no en la misma) en un mismo día en la península de Anaga, faltó tiempo para culminar un viejo proyecto.

Este agosto reencontré a los amigos de la anterior ocasión y se incrementó el grupo con otro miembro igual de agradable y sorprendente. Como ya nos conocíamos, todos teníamos claro los gustos, preferencias y objetivos. Sólo los años transcurridos y sus secuelas en forma de lesiones y disminución de capacidades nos limitaban físicamente. Pero la ilusión, no sólo no había disminuido, sino que se había incrementado, sobre todo a raíz de los últimos encuentros y debates con otros escaladores.

 
Croquis de la vía. En él pueden verse las dos graduaciones 

La lejanía con la península y la inconveniencia de fechas no permitió a mis amigos canarios asistir a dichos encuentros, por lo que fue preciso dedicar varias horas a actualizar su conocimiento sobre los temas debatidos y contrastar opiniones. Pero para eso están los desayunos previos a la escalada, los viajes en coche, las aproximaciones y las cervezas después de la actividad, sobre todo las que acaban convirtiéndose en divertidas y gratificantes cenas.

El proyecto en cuestión era “Con derecho a volar”, una vía en la cara oeste del Torreón Figueroa con dos largos de escalada predominantemente artificial, abierta en 1995 por Francisco Reyes y Pablo Mata. Esta vía sin cima no había sido repetida y mis amigos me propusieron su repetición para ratificar su graduación y si lo deseaba finalizarla hasta la cima.

No tuvieron que insistir mucho para convencerme. Si la línea es lógica, evidente, estética, con buena roca y difícil, no puedo negarme.

El sábado 4 de agosto, con arnés, rodilleras, calzado, cinta probadora, un par de mosquetones de seguro y, como no, mis estribos personalizados como único material propio, afronté el reto. El resto de los trastos me los proporcionaron ellos. Uno siempre prefiere su propio material, pero con el tiempo la capacidad de adaptación a los recursos disponibles se incrementa y es posible, como en el presente caso, sentirse cómodo escalando con material ajeno.

Mucho ha cambiado el material en estos años, cuando se abrió este largo gran parte del material con el que estoy ascendiendo no estaba disponible. Para colmo, en estas islas, la escasa llegada de material especializado le añade una dificultad adicional a este tipo de itinerarios.

Una expansión blanca a cinco metros del suelo, al final de una fisura que se va abriendo progresivamente, marca el inicio de la vía. Después se sortea un desplome con otros tantos metros de gancheos hasta enlazar con otra fisura muy parecida pero más larga que conduce hasta la reunión.

Es difícil comparar sensaciones, pero creo que en algún momento han sufrido más Frank y Pablo que yo mismo. Pero la experiencia me ha proporcionado confianza en este tipo de escalada y como ingrediente secreto cuento con la fuerza interior proporcionada por la placidez emocional.

Un buen primer largo; difícil, pero no extremo; entretenido, sin excesos. Algo más de dos horas para 30 metros. Se merece la graduación original de A3, matizándola con cinco pasos seguidos de exposición.

El segundo largo es más corto y con fisuras más anchas. Para progresar utilizo preferentemente “aliens” y fisureros, aunque también hay que clavar algo, por lo que asciendo más rápido.

Foto: Santiago Llop 
Santiago, empezando el tercer largo 

Una de las mejores recompensas que nos ofrece la escalada es compartir. Disfrutar y sufrir con los compañeros de cordada, compañeros, que la mayor parte de las veces, son amigos en los que se puede confiar. De hecho se confía la vida en ellos en cada largo arriesgado.

Me ha encantado poder compartir con ellos mi visión de la escalada, truquillos para progresar, técnicas para casos concretos, chistes malos, algún bollito con o sin miel, el agua, fuente de vida, las sensaciones proporcionadas por este entorno privilegiado y tantas cosas que lo mejor es repetirlo más pronto que tarde.

Esta ascensión permanecerá en el recuerdo, como un acicate para un próximo encuentro, que seguro se producirá. El artificial crea amigos, buenos amigos."

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