La salida está dispuesta para principios de junio y piensa alargar la estancia hasta finales de agosto. Aunque cree que no sea necesario emplear tanto tiempo, es una manera de asegurar el ascenso. De todos modos una llegada tan temprana se debe a que es a principios de julio cuando suele hacer mejor tiempo en el K2. Además, afirma que esta vez dedicará todos sus esfuerzos al K2, sin combinar el viaje con otras ascensiones como en años anteriores, para no mermar fuerzas.
Un detalle de esta expedición es que se tiene la idea de llevar a un grupo de trekkers que seguirán la expedición hasta el Campo Base. Waldemar piensa que es una buena manera de proporcionar una oportunidad para vivir de cerca las sensaciones de una expedición.