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Hans Kammerlander está de vuelta; al Manaslu 16 años después, a cerrar un ciclo

10 de Octubre de 2017  |  Deja tu comentario
El gran alpinista sudtirolés está de vuelta, a intentar alcanzar la cumbre de su 14º ochomil.

Hans Kammerlander vuelve al Manaslu a los 60 años a cerrar un ciclo
Hans Kammerlander vuelve al Manaslu a los 60 años a cerrar un ciclo. Foto: Hans Kammerlander

Hace 16 años, en 2001, el gran alpinista sudtirolés Hans Kammerlander consiguió la cima del K2, su décimotercer ochomil, junto a Jean Christophe Lafaille.

Y entonces ocurrió algo inaudito en el mundo de la montaña: anunció que renunciaba a completar los 14.

¿El motivo? Guardaba mal recuerdo del Manaslu, y no le apetecía volver. En 1991, durante un intento a esta montaña, había perdido a sus compañeros Karl Grossrubatscher y Friedl Mutschlechner. Para un alpinista que busca más la belleza de las líneas y el estilo empleado que la acumulación de premios y números, esto era mucho más importante que la fama que la pertenencia a un selecto club le pudiera reportar.

Y ahora, 16 años después, con 60 años, está ya listo para volar a Nepal para, junto al alpinista austriaco Stephan Keck, finalizar el proyecto con la cima del Manaslu. Por supuesto, fiel a su estilo: sin oxígeno, rápido, sin ayudas. 26 años después de la tragedia en la que fallecieron sus 2 compañeros, que además eran sus 2 mejores amigos. “Quiero cerrar el triste episodio, que aún me afecta mucho hoy en día, finalizar un ciclo, y poder descansar”, afirma Hans Kammerlander.

El motivo de partir hacia la montaña con la temporada tan avanzada -debido al rodaje de una película sobre su vida, estará en otros lugares de Nepal, y hasta final de octubre no alcanzará el campo base- es la masificación que este año ha sufrido el Manaslu motivada por el cierre del Shisha Pangma, Cho Oyu y Everest norte por parte de las autoridades chinas. 255 permisos ha concedido el gobierno nepalés, lo que sumado a sherpas, etc, crean una verdadera multitud. Nada que ver con la solitaria montaña que Kammerlander se encontró en 1991. "Espero que haya pasado el boom. No quiero encontrarme allí con tanta gente, lo que además es muy peligroso en la montaña".

Hans Kammerlander ha sido siempre uno de los grandes, una leyenda. Su actividad himaláyica se inició a comienzos de los 80 con dos escaladas excelentes: abriendo la 1ª ruta que transitaba por la virgen cara sureste del Cho Oyu, junto a Reinhold Messner y Michl Dacher, y realizando la 1ª travesía de la historia de dos ochomiles, el GI y el GII, también con Messner. Su carrera continuó ligada a la del tirolés, abriendo otra nueva vía en el Annapurna por la también virgen cara noroeste, hasta que en 1986 ambos hollaron el Lhotse, y Messner se convirtió en la primera persona en conseguir los 14 ochomiles.

Kammerlander continuó su carrera, tanto en el Himalaya como fuera de él. Escaló más de 2.000 vías de alto nivel en Alpes y Dolomitas, incluyendo las grandes caras norte. Abrió más de 50 nuevas rutas, y realizó más de sesenta escaladas en "solo" superiores al sexto grado de dificultad. Llegó el año 2001 y consiguió su decimotercer ochomil: el K2 junto a Jean Christophe Lafaille. Tan sólo le restaba la cima del Manaslu para pasar a formar parte del hasta ese momento muy escaso y selecto club de los catorceochomilistas. 13 ochomiles ascendidos sin oxígeno, con numerosas rutas en alpino, nuevas vías, y alguna expedición en solitario. No sólo eso: esquiador extremo, fue el primero en descender con esquís desde la cima del Everest. También esquió el Broad Peak, Shisha Pangma, o el Kanchenjunga desde los 7.500m.

Hasta que, por la comentada decisión personal, abandonó su proyecto de 14 ochomiles.

Pero esto no significó que abandonara la montaña. "A veces olvidamos que hay muchas montañas hermosas que escalar por todo el mundo", afirmó cuando renunció a los 14. Intentos a cimas vírgenes como el Nuptse este, primera vía en la inescalada pared sur del Jasemba junto a Karl Unterkircher...hasta que un día de 2009, durante un viaje por Sudamérica, ascendió los Ojos del Salado. Y le vino a la cabeza la divertida idea, probablemente cargada de ironía y una cierta crítica hacia el montañismo de coleccionismo, de ser el primero en conseguir la cima de las segundas mayores alturas de cada continente. Algo que, bromas aparte, no es especialmente fácil, si tenemos en cuenta que entre ellas se encuentran el K2 y el monte Logan.

Ahora, 16 años después, está de vuelta para cerrar una herida y finalizar un camino que comenzó hace 4 décadas.

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