Cuando Jordan Romero cumplió 9 años y sus padres le preguntaron qué quería como regalo, contestó: “las 7 cumbres”. Lo extraño del caso fue que sus padres aceptaron enseguida la propuesta. Según afirman, ellos viven en una zona montañosa de California, y es rutina para la familia practicar con sus hijos montañismo, trekking, kayak, bicicleta de montaña…
Así que, poco después, la familia compuesta por Paul Romero, Karen Lundgren y el pequeño Jordan puso rumbo a África, y en 2.006 alcanzó la cumbre del Kilimanjaro. Desde allí, fueron al Caucaso, consiguiendo la cima del monte Elbrus. Y un año después, el 30 de diciembre de 2.007, la familia Romero al completo puso pie en la cima más alta de América, el Aconcagua.
Para ello necesitaron que un juez de Mendoza les permitiera la ascensión, ya que el reglamento del parque prohíbe expresamente que los menores de 14 años alcancen la cima, por motivos de seguridad. El juez les concedió el permiso, y una médico del Parque se encargó de supervisar el estado del chico durante toda la travesía.
Una vez conseguidos los permisos, fueron para Plaza de mulas, acompañados por Pablo Borrajo, guía de la empresa Buenos Aires Climbing, y del cámara del equipo The North Face John Griber, que documentó el ascenso.
A partir de Berlín, el viento de más de 40 km/h y la nieve hasta la rodilla les dificultó el ascenso. Al llegar a la cima, el pequeño dedicó la ascensión a su abuela mientras desplegaba una bandera estadounidense y era aplaudido por los montañeros que se encontraban allí en ese momento.
Es bonito que una familia comparta la pasión por la montaña, y juntos consigan momentos tan maravillosos. Sin embargo, produce sentimientos contradictorios el ver como se involucra a un niño en este tipo de retos, un tanto alejados del espíritu de juego con el que quizás debería afrontarse la montaña con niños, independientemente de la actividad que se realice. Más bien el carácter de reto que la actividad en si misma es lo que produce esos sentimientos. Como afirmó el jefe de Áreas Protegidas de Mendoza, Pablo Perelló, “nos preocupa seriamente que con casos como estos se inicie una carrera por saber quién es el niño de menor edad que puede alcanzar la cumbre sin medir las consecuencias.”
Sin embargo, qué momento para una familia poder compartir esa cima todos juntos.
Web del pequeño Jordan. Se aceptan donativos... www.jordanromero.com