El 29 de mayo, coincidiendo con la conmemoración del 55 aniversario de la primera ascensión al Monte Everest por Tenzing Norgay y Edmund Hillary, un total de 180 atletas se dieron cita en la base de la montaña. Su objetivo ha sido correr los 42 kilómetros de la prueba reina del atletismo a lo largo del himaláyico valle del Khumbu. Tan solo para llegar hasta allí los corredores extranjeros han necesitado ocho jornadas de aproximación caminando, además de los días necesarios de aclimatación para correr por encima de los cinco mil metros, pues a esa altitud el organismo solo dispone del 50 por ciento de oxígeno respecto del nivel del mar. Una vez en la zona, Juan Antonio Alegre, ‘Chinotto’, dedicó tres semanas a entrenar, corriendo, en las rutas al Gokyo, Chukung y Kala Patar para lograr una mejor adaptación atlética a la altura.
La línea de Salida fue instalada sobre el glaciar donde se asienta el propio Campamento Base sur del Everest, situado a 5.360 metros de altitud, y la Meta en la población de Nanche Bazar, la capital del Pueblo Serpa, a 3.446 metros. Corredores mayoritariamente sherpas y una representación extranjera de 50 corredores de 20 nacionalidades se enfrentaron al complicado trayecto de aéreos senderos sumando unos desniveles, en descenso y ascenso, de más de 4.000 metros. Debido a la dureza del recorrido y la altitud unos 60 corredores se vieron obligados a abandonar la prueba.
Conscientes de la superioridad física de los corredores sherpas en las alturas, los organizadores nepaleses del Tenzing-Hillary Everest Marathon, además de la clasificación general, otorgan un especial reconocimiento a los atletas extranjeros que se atreven a competir en este maratón brindándoles una clasificación propia. Como era de esperar los corredores sherpas lideraron la carrera de principio a fin al poseer una mayor adaptación a la elevada altitud. Deepak Raj se alzó con la victoria absoluta y Ang Futi ganó en féminas. Por su parte Juan Antonio Alegre, ‘Chinotto’, logró el segundo puesto en la clasificación de foráneos, por detrás del japonés Isikawa Hiroki y por delante del indio Kunchok Rempa, quien una semana antes había coronado la cima del Everest.
En conversación telefónica desde Nepal, Juan Antonio Alegre, ‘Chinotto, ha relatado que “El recorrido es el nirvana para la vista y un infierno para piernas y pulmones”. Se mostró satisfecho de su carrera y orgulloso de haber portado las siete estrellas de la Comunidad de Madrid en su camiseta. Destacó el impresionante poderío fondista de los corredores sherpas en terreno montañoso y, como anécdota, señaló que al paso de uno de los puentes colgantes un yak de una caravana tibetana a punto estuvo de tirarle al río. Por último, agradeció el apoyo recibido de la Consejería de Deportes de la Comunidad de Madrid, su principal respaldo en el Everest Marathon.
Tras su participación en el Maratón del Everest, Juan Antonio Alegre, ‘Cinotto’, cierra la etapa asiática en su ‘carrera’ a por el Grand Slam Marathon. Un circuito consistente en completar un maratón en cada uno de los siete continentes y el Polo Norte, y que hasta el momento solo han conseguido 27 atletas en el mundo (entre ellos, el también madrileño Miguel Caselles). Después de haber corrido los respectivos maratones en África, América del Sur, Europa, Oceanía, Polo Norte y Asia, tan solo le restan los correspondientes a América del Norte y La Antártica. Sus previsiones son finalizar este exigente circuito deportivo-geográfico a finales de año.