Así informa Fredrike, de vuelta al campo base:
Esquiando por fin:
De vuelta en el campo base tras una segunda escalada de aclimatación en el Kangchengjunga. Esta vez, en lugar de 4 días, tan solo nos llevó 8 horas ascender los 1.000 metros verticales que nos llevan hasta el campo 1, a 6.250 metros de altura. Una mejor aclimatación y tener ya el camino marcado de la anterior ascension marcan la diferencia.
El tiempo ha sido idéntico al de la semana pasada. Sol por las mañanas y nubes y nevadas por las tardes. Nos alegramos de haber marcado la ruta con pértigas de bambú, que nos permiten encontrar el camino fácilmente incluso en condiciones de mala visibilidad.
La ruta del campo 1 al campo 2 transcurre por lo que nosotros llamamos “el segundo glaciar”, una ladera nevada con mucha pendiente con muchísimos seracs y grietas. Muy similar al “primer glaciar” que lleva hasta el campo 1.
Como estamos un poco perezosos y calentitos en nuestros sacos de dormir no nos levantamos muy pronto por la mañana. Así no avanzamos mucho antes de que las nubes y las nevadas nos paren al mediodía. En nuestra defense tengo que decir que el invierno está llegando y que las noches cada vez son más frías. Así que nos costó 3 días llegar a los 6.950 metros de altura, en donde encontramos un buen lugar para colocar nuestra tienda.
En ese momento el tiempo cambió, con mucho viento. Unos 90 km/h a 8.000 metros, según nos confirmaron después. Un poquito menos en donde nosotros nos encontrábamos, pero aun así mucho viento…Después de una noche tormentosa en la que el viento no cesó, al día siguiente decidimos descender al campo base.
Después de 4 días de ascenso, había llegado el momento de calzarnos los esquís. Fue una buena sensación la de enganchar las fijaciones tras un largo verano y tanto subir en esta expedición. El “segundo glaciar” es una buena pendiente para esquiar. Tiene de todo, desde travesías hasta campas de 50º. Desafortunadamente, la nieve no era muy buena en esta occasion, pero el escenario hizo que no nos diéramos cuenta de eso: esquiar en las laderas del Kangchengjunga fue una sensación muy especial.
Tanto Jörgen como yo nos encontramos con buen ánimo y estamos aclimatando bien. Ya estamos listos para el ataque final a cima y tan pronto como tengamos un buen parte meteorológico que nos de una ventana de 4 días de buen tiempo, lo intentaremos.”