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Paciente actividad en el invierno himaláyico

22 de Enero de 2009  |  Deja tu comentario
Tras múltiples problemas provocados por el exceso de nieve en la aproximación, Simone Moro y Denis Urubko consiguen llegar al Makalu, y tan solo 3 días después ya duermen en el campo 2 a 6.910 metros. Bowie, Szymcazk y Hajzer van aprovechando las ventanitas de buen tiempo y han montado el campo 3 en el Broad Peak. El resto del tiempo se dedican a ver nevar y a intentar no congelarse. Pasar el invierno en un ochomil, es lo que tiene…
Tras múltiples problemas provocados por el exceso de nieve en la aproximación, Simone Moro y Denis Urubko consiguen llegar al Makalu, y tan solo 3 días después ya duermen en el campo 2 a 6.910 metros. Bowie, Szymcazk y Hajzer van aprovechando las ventanitas de buen tiempo y han montado el campo 3 en el Broad Peak. El resto del tiempo se dedican a ver nevar y a intentar no congelarse. Pasar el invierno en un ochomil, es lo que tiene…

La gran aventura de los ochomiles en invierno comienza mucho antes que la de verano. En esta última estación, la aproximación suele ser un agradable trekking que sirve para aclimatar y disfrutar. En invierno, sin embargo, con nevadas en cotas bajas de más de un metro, puede ocurrir que te tengas que volver a casa sin ni tan siquiera haber llegado al campo base.

Algo así les ocurrió a los polacos que encabezados por Jacek Teler pretendían ser los primeros en alcanzar la cima del Nanga Parbat en invierno. Buena parte de su material se quedó a mitad de camino del campo base, atascado en la nieve. Los porteadores no podían continuar, así que hace un mes, a la semana de llegar a la montaña tuvieron que darse media vuelta y desistir.

Y por poco no les ha ocurrido esto mismo a Simone Moro y Denis Urubko. No vamos a narrar sus peripecias por orden cronológico; baste decir que, tras varias semanas por el Khumbu, sus porteadores se quedaron atascados, lejos aún del campo base del Makalu, en una tremenda nevada, y se negaron a continuar (en realidad era casi imposible hacerlo). La expedición estaba finalizada, ya que abandonaban las cargas en mitad de la nada, pero consiguieron convencerles con argumentos económicos para que volvieran con el material. Esto salvó el intento. Pero tras muchos días, tuvieron que volver a Katmandú. Y desde allí intentar contratar uno de los dos únicos helicópteros de gran carga que trabajan en Nepal, y que habitualmente tienen una buena lista de espera. Tras las habituales burocracias y un precio que Simone califica de “crazy”, consiguieron volar, y el pasado día 16 de enero por fin alcanzaban la montaña.

Aunque no hay mal que por bien no venga. Tantos días por el Khumbu esperando les han permitido realizar diversas subidas por encima de los 5.000 metros y conseguir una aclimatación perfecta. Hasta tal punto que (cronológicamente) el viernes 16 alcanzaban el campo base. El 19 ya tenían montado el avanzado. El 20, por motivos de seguridad, reinstalaron el avanzado en una zona más alta. El 21, con 20 kilogramos cada uno a la espalda, llegaban a los 6.151 metros de altura en tan sólo una hora y media, instalando allí el campo 1. Y aprovechando una ventana de buen tiempo puede que irrepetible, ayer en tan solo 2 horas y media, con el mismo peso a la espalda, alcanzaban los 6.910 metros y dormían allí, en el campo 2.

Hoy tienen previsto subir un tanto por encima de los 7.000 metros para aclimatar, y después descender de tirón hasta el campo base.

En el Broad Peak aguantan el tirón invernal los polacos Robert Szymcazk y Artur Hajzer y el canadiense Don Bowie. Llevan allí más de 20 días, y entre paciencia y paciencia han conseguido montar el campo 3 a 7.000 metros. Están muy contentos, porque ayer fue el primer día que salió un poquito de sol y no nevó desde hace 12 días, así que aprovecharon para volver a subir. Gastaron todas sus fuerzas desenterrando las cuerdas que habían instalado hasta el campo 1, situadas bajo 1 metro de nieve. Cuando Don Bowie llegó a este campo, se encontró con que no había tienda: el viento se la había llevado.

Sin embargo, parece ser que los campos superiores han sido respetados, y las tiendas siguen ahí.

Por hacernos una idea, entre 6.000 y 7.000 metros, durante la última semana, las temperaturas máximas han rondado los-30ºC, y las mínimas los -35ºC. Al menos no hay mucha oscilación térmica. Lo que sí que hay, además, es viento. De entre 40 y 70 kilómetros por hora.

Pasar el invierno en un ochomil, es lo que tiene.

Página de Don Bowie: www.calpinist.com
Página de Simone: www.simone.com

Blog de Ines Papert: http://www.winterinnepal.blogspot.com/


Don Bowie, intentando encontrar las cuerdas bajo 1 metro de nieve nueva


Restos del campo 1

Tags: Alpinismo

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