La Federación Aragonesa de Montañismo, gestora de la gran mayoría de los Refugios de Montaña de la comunidad, tomó hace ya un tiempo la decisión de que estos permanecieran abiertos durante todo el año. Consideran que ofrecen un servicio público que va más allá de la pernocta (base de equipos de rescate, asistencia, toma de datos meteorológicos, control de manto nivoso invernal para aludes, etc.) y que por ello su apertura invernal está justificada.
Sin embargo, no todas las voces que se escuchan están de acuerdo con esta apertura. Algunos alegan que esto provocará un efecto llamada similar al que se ofrece en verano, introduciendo en la montaña invernal a alpinistas no preparados para ella. Las posturas pueden encontrarse en muchos puntos (los referentes al edificio) con facilidad, y en otros no están realmente enfrentadas, sino que como bien afirma David en numerosas ocasiones en nuestra conversación, más bien no están claras. Hay dudas sobre si esto supondrá un efecto llamada que aumentará los accidentes de montañeros no preparados para acceder a la zona en invierno o no. Algunos opinan que sí, otros que no, pero no está claro para nadie.
El caso de Respomuso tiene su propia complejidad, debido a la zona en la que se encuentra. En tiempos abrió durante todo el año, pero el riesgo de avalancha del acceso, y el que sufre el propio edificio, que pudo comprobarse en 2002 cuando un gran alud cayó sobre el mismo provocando grandes destrozos, aunque no desgracias personales, motivaron su cierre.
Ahora, una vez terminado el sistema antialudes que protege el edificio, la FAM ha decidido abrir durante todo el invierno.
“En un principio no estamos ni a favor ni en contra de la apertura porque sí. Mantener abierto un refugio durante el invierno supone una pérdida económica importante, que asumimos nosotros, pero en la apertura de un refugio influyen más factores. Sin embargo, creemos que ha sido precipitada la apertura este año porque el edificio todavía no está preparado, y lo que es más importante, podía haberse esperado un invierno para probar la seguridad del sistema antialudes sin personas en el edificio, y para ver si cubre correctamente todas las zonas expuestas”.
David Abajo es hijo del legendario escalador aragonés Ursi Abajo, y junto a su hermano Javier lleva varios años guardando el refugio de Respomuso. Ursi y su esposa también les ayudan en algunas ocasiones.
Pero no son sólo los problemas de seguridad los que según David han hecho precipitada la apertura. “En cuanto a comodidad, mantener en funcionamiento un lugar así es muy difícil. Por ejemplo, este mes estuvieron mis padres unos días allí. Y con el refugio habitado y en funcionamiento, se helaron todas las tuberías de la segunda planta y buena parte de las de la primera cuando se alcanzaron los -18ºc, quedando inutilizadas. Esto hay que solucionarlo antes de abrir. El motor está expuesto, y en el último alud fue arrasado por la avalancha. Hay que protegerlo, no puede estar así. Por eso creemos que el Refugio no está aún preparado para el invierno, y que la apertura ha sido precipitada; quedan cosas por hacer en él.”
Accesos y seguridad
Pero los temas referentes al edificio no son los que más preocupan a David. Uno de los problemas concretos del refugio de Respomuso es su acceso, largo y muy expuesto a aludes. Y es bueno escuchar en boca de alguien que lleva dedicándose a la montaña profesionalmente muchos años, desde bastante antes de ser guarda del Refugio, y que observa a miles de montañeros y alpinistas cada año, lo que opina sobre el nivel adecuado de acceso: “Por su especial idiosincrasia, el acceso en invierno a esta zona está limitada a montañeros de nivel medio-alto. Y para mí, nivel medio-alto es algo que está por encima de lo que la mayoría de personas considerarían nivel alto. Hablo de gente verdaderamente experta. Hoy en día la gente va muy bien equipada y dominan técnicas, pero eso no les califica como montañeros con nivel alto, por desgracia.”
“Para superar los 800 metros de desnivel hasta Respomuso, debido al terreno, son necesarias en condiciones invernales unas 8 horas bastante duras. Es normal que a personas experimentadas les cueste este tiempo el ascenso, siempre y cuando la cosa no esté especialmente mal. Y buena parte de ellas por un terreno complicado y de alto riesgo de aludes. Yo ya he desenterrado a 8 montañeros por el alud del Paso del Onso. No es agradable, desde luego.”
De hecho, este año, con los pocos grupos que han subido, ya ha habido problemas: “Con las nevadas de final de noviembre un grupo tuvo verdaderos problemas para acceder. Al final hubo que ayudarles. Incluso estuvieron a punto de alcanzarles 2 aludes, uno de ellos arrastró a un montañero. Y entendamos que prácticamente no ha subido nadie.”
El camino de Musales
La FAM, consciente de este problema, ha recomendado que durante la temporada invernal el acceso al Refugio se realice por el camino de Musales. Sergio Rivas, responsable de refugios de Prames, comentó a www.barrabes.com que, ya que no esperan efecto llamada con el refugio, y que allí sólo acceden en invierno montañeros muy experimentados que pueden asumir una aproximación más larga por su propia condición, es el recorrido preferido para esta estación.
Sin embargo, David no lo ve tan claro: “Puede ser menos expuesto que el habitual, pero es expuesto. Cuando estuvieron mis padres este mes pudieron ver como todo el circo de Musales completo, por donde desciende el camino al lago, se fracturó y un alud que abarcó el circo íntegro cayó. Y sobre todo está el tema del tiempo y el cansancio. Si por el camino normal en invierno cuesta entre 8 y 12 horas, por Musales que hay que ascender casi hasta 2.900m de altura, el tiempo se puede eternizar, y el esfuerzo puede ser muy grande, con problemas de luz.” Respecto a esto, David afirma: “Alcanzar este refugio en invierno es, además de arriesgado, extenuante. Un ejemplo: en estos años en los que ha permanecido cerrado, y en los que prácticamente nadie ha accedido a la zona, todos los años ha habido que rescatar a alguien en invierno. Y en la gran mayoría de los casos ha sido por agotamiento. Montañeros que han realizado el ascenso, han llegado a duras penas al refugio, y una vez allí no han tenido fuerzas ni ganas para descender por el mismo lugar y ha habido que evacuar.”
Niveles de uso del refugio y de visitas en la zona
Sergio Rivas afirmó a www.barrabes.com que eran conscientes de que había montañeros que frecuentaban la zona en invierno, debido a que cada primavera había que restaurar los daños provocados en el refugio por aquellos que intentaban entrar en situaciones difíciles. Lo cierto es que, si bien es evidente que hay montañeros que visitan la zona en invierno, tampoco hay unos datos fiables y estadísticos que lo demuestren por medio de un estudio previo. La posición que la FAM ha mostrado es que el refugio no va a provocar un efecto llamada (el mayor temor de todos) a una zona especialmente conflictiva en la que pocos deberían entrar en invierno, pero que sí garantizará la seguridad de los que ya acuden a ella.
“No estoy seguro de esto”, afirma David. “Veamos las cifras: en el mes de noviembre, un mes en el que habitualmente el refugio está abierto, recibimos sólo 55 visitas. Durante todo el mes de diciembre, tan solo 12 personas durmieron en el refugio, a principio de mes, la mayoría coincidiendo con el Puente de la Inmaculada. En el resto del mes, nadie ha subido. De hecho, el fin de semana siguiente al Puente de la Inmaculada, las condiciones fueron perfectas, y se sabía. Es probable que en todo el invierno y primavera no nos veamos en otra así. Nieve abundante, dura, riesgo 2 e incluso 1 de aludes…pues durmieron 0 personas en el refugio.”
Las perspectivas no son más halagüeñas: “no había ninguna reserva para Navidad, y nos han permitido cerrar el refugio dejando una zona libre con literas, cocina y la radiosocorro conectada. Para enero tampoco hay ninguna reserva realizada.” Según David, esto muestra que las visitas actuales en la zona son mínimas durante el invierno, cosa que afirma que ya pudo comprobarse en los años en los que permaneció abierto durante esta estación, y que si el refugio empieza a ser más visitado durante los meses invernales, será porque el efecto llamada se ha producido, “con el riesgo que eso conlleva.”
Sin embargo, David afirma que aún no tienen una opinión completamente definida: “más bien ocurre que pensamos que esto ha sido precipitado, tanto por temas del refugio como por lo que en sí supone la apertura. Creemos que debería haberse debatido y estudiado todo con más calma, sólo es eso. Por ejemplo, respecto a las fechas. Hay ocasiones en las que después del 15 de diciembre la zona está bien. Y hay veces que el 20 de mayo es el día de mayor riesgo de aludes del año. Se puede variar mucho la apertura según las condiciones, acortarla, estirarla...”
David y Javier quieren dejar claro que no se niegan a la apertura por principio, sino que opinan que hay muchos puntos que debatir antes de llegar a una conclusión: ”Entendemos la lógica de la Federación, incluso la compartimos: hay montañeros que suben a la zona en invierno, nuestra obligación es otorgarles seguridad y darles un servicio público. Pero pensamos que esto inevitablemente va a provocar un efecto llamada, con más gente de variada condición accediendo ante la promesa de una habitación y una cena caliente en el fin de etapa. Esto supondrá un aumento de accidentes, y un riesgo añadido para los grupos de rescate. No es lo mismo actuar en invierno que en verano, y menos en esta zona. Es su trabajo, pero deberíamos limitarles el riesgo a ellos también. Por algo en el resto de Europa los refugios conflictivos se cierran en invierno. En el Pirineo francés antes abrían; cuando vieron lo que pasaba, decidieron cerrarlos, dejando sólo abierta una zona libre. De esta manera, se produce una selección natural, como la que hay ahora en Respomuso, y los pocos que acceden saben a lo que van.”
“No negamos que esto nos supone un quebranto económico importante. Nosotros vivimos de un porcentaje de las pernoctas y de las cenas y bar. Lo que supone mantener durante los 5 meses de duro invierno el refugio en gasoil, etc, es mucho, y si en esos 5 largos meses recibimos 10 montañeros por mes, es fácil imaginar las cuentas. Pero me gustaría que se entendiera que alguien como yo, que ha rescatado y ayudado a tanta gente en la montaña, no se mueve por eso. Del mismo paso del Onso he desenterrado ya a 8 alpinistas, y puedo asegurar que preferiría no tener que hacerlo más, no es nada agradable. Tengo un perro en el refugio entrenado para aludes, pero preferiría que no tuviera que actuar.”
Seguridad en el refugio
Por último, David quiere plantear otra duda que tiene, referente al servicio que debe dar un refugio en caso de rescate:
“Hasta ahora esto estaba claro: quien accede a los tresmiles del gran Pirineo central en verano sabe que en caso de accidente puede ser rescatado, en helicóptero, a pie, etc. Quien accede en invierno a zonas como ésta, sabe a lo que se expone. Pero si anunciamos que un refugio permanece abierto para dar servicio y seguridad, y como apoyo a los grupos de rescate, quizás estemos dando una sensación de falsa seguridad a algunos que ahora no suben y que accederían a la zona por el refugio sin tener tan claro como los que se adentran en esta zona en la actualidad que no es verano, y que hay hándicaps importantes para la evacuación.”
David se refiere a que en invierno, en numerosas ocasiones, si un helicóptero no puede volar, no es posible la evacuación a pie de un lugar como Respomuso, tan remoto y con aproximación tan complicada. Pone como ejemplo lo que les ocurrió a sus padres este mes:
“Debido al riesgo de aludes, para abandonar el refugio tenían que utilizar un helicóptero de una empresa privada de Panticosa. Pero en 3 días no pudo volar. Les sacaron después. No podemos dar la imagen de que si algo ocurre están los cuerpos de rescate ahí al quite, porque los montañeros tienen que saber que en muchas ocasiones, durante el invierno, algo como una apendicitis puede ser fatal porque quizás en 4 días no puedas salir de allí. Por poner un ejemplo.”
“Óscar Pérez era un buen amigo mío. Era del valle e hicimos montaña juntos. Estamos ahora con el debate y ponemos el santo en el cielo acerca de por qué no se puede rescatar a alguien en Karakorum, por qué allí no funcionó el helicóptero, cada uno da sus soluciones. Y parece como que aquí eso es tema superado. Si el efecto llamada funciona, y sube más gente, tenemos que entender que eso que ocurre en el Karakorum pasará aquí también en ocasiones en lugares como Respomuso. Esto no es un refugio a pie de carretera o a 3 horas de aproximación sencilla.”
Evidentemente éste es un debate complicado, en el que más que de posturas enfrentadas parece tratarse de pensamientos en voz alta para llegar a una conclusión común debido a que las cosas no están claras para nadie en la comunidad montañera. Esperamos que con la voluntad de las partes se llegue a posturas comunes y las dudas empiecen a remitir.