La cara norte del Monte Sarmiento permanecía virgen hasta que el pasado mes la expedición Gore-Tex, Beyond The Limit, compuesta por Robert Jasper, Jörn Heller y el fotógrafo de montaña Ralf Gantzhorn consiguieron alcanzar la cumbre oeste a través de esta vertiente.
Situado en Tierra de Fuego, este pico es raramente ascendido y unas 30 expediciones de las que lo han intentado con anterioridad han fracasado, lo que habla a las claras de las dificultades que se encuentran en la región. Para poder alcanzar el pico hay que navegar 11 días desde Ushuaia por aguas difíciles, doblando el cabo de Hornos y continuando hacia el norte por el estrecho de Magallanes, hasta establecer el campo base. Posteriormente hay que encontrar un camino; a través de la vegetación primero, por el roto glaciar después. El mal tiempo y estos handicaps abortaron 3 tentativas del grupo alemán antes de conseguir alcanzar la montaña.
El 1 de abril los vientos cambiaron de dirección y lo intentaron de nuevo. Hasta que se encontraron en mitad de un white-out que les hizo detenerse. Pero tuvieron suerte: a las 2 de la mañana Robert Jasper vio una estrella en la noche que le indicó que las nubes estaban desapareciendo. Rápidamente se prepararon para salir, y a la 1 del mediodía pisaron la cumbre del monte Sarmiento.
Decidieron llamar a la ruta, escalada en estilo alpino, “La Odisea de Magallanes”, en honor al navegante portugúes, primero en explorar estas tierras. La ascensión que realizaron cubrió 20 kilómetros de distancia, 3.000m de desnivel y las dificultades llegaron hasta el WI4. Les llevó 39 horas ascender hasta la cima desde Caleta Escandalo, al borde del mar, en donde instalaron su campo base, y volver.
Robert Jasper afirma que “toda la expedición fue una verdadera aventura. Las tormentas que sufrimos en el cabo de Hornos zarandeaban nuestro pequeño barco. Cada región tiene sus dificultades específicas, y aunque estas montañas son mucho más bajas que las del Himalaya, su clima es extremo, con tormentas, frío intenso y lluvia constante. A esto hay que añadir que se trata de un lugar totalmente salvaje y remoto, algo que en Europa es imposible de encontrar. La vegetación es tan densa que es como un muro de ladrillos infranqueable, y hay tantos pantanos peligros que en cualquier momento puedes desaparecer en ellos, que nos llevó dos días tan solo atravesar la zona de bosque. Fue muy duro el frío helador, fue muy duro encontrar un camino a través de las grandes formaciones de hielo, pero al final tuvimos suerte con el tiempo: una buena ventana inesperada de 20 horas duró lo suficiente como para regresar sanos y salvos. Supongo que es una cuestión de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, pero aunque tuvimos un tiempo perfecto en la cima, no pudimos disfrutar verdaderamente de ella por el miedo a que en un instante cambiara y se cerrara. Lo que ocurrió justo después de que regresáramos.
Todo termino el 10 de abril en Puerto Natales, después de otra semana navegando de vuelta a la civilización.”
Fuente: www.robert-jasper.de