El esquiador sueco Andreas Fransson, acompañado por Magnus Kastengren, acudió al Denali con la intención de realizar el 1º descenso con esquís de la cara sur. Una vez en la montaña, tardaron 4 días en alcanzar el campo base avanzado, para ir aclimatando. Los dos días siguiente Fransson ascendió y descendió el corredor Orient Express, (dos veces, una cada día...), de 1520m de desnivel y 45º de pendiente, para aclimatar e ir practicando con las tablas.
Ya preparados, Fransson y Kastengren ascendieron por la ruta normal del contrafuerte oeste hasta el standard camp, a 5242m de altura, en donde fueron sorprendidos por una gran tormenta que les obligó a permanecer dos días allí. Y en la madrugada del tercero, partieron hacia cima.
Las condiciones este año en McKinley han sido muy malas, lo que por desgracia ha provocado más accidentes mortales de lo habitual. El fuerte viento ha pelado las zonas habitualmente cubiertas de nieve, dejando el hielo azul al descubierto, lo que ha obligado a extremar las precauciones. Desde luego, no son las condiciones idóneas para el esquí.
Una vez alcanzada la cima, Kastengren desciende por la ruta normal, y Fransson se encamina a la cara sur. Comienza a esquiar con malas condiciones, que empeoran según va descendiendo. Toda la nieve en perfectas condiciones que habían avistado desde el campo base ha desaparecido, aflorando el hielo. Los primeros 1500m los consigue en media hora, hasta que se ve algo bloqueado. Asciende con piolet y crampones y realiza una travesía que le deposita en un corredor que alcanza el glaciar. Pero la temperatura ha subido, y comienza una gran lluvia de piedras que le obliga a refugiarse durante 6 horas, hasta que a las 11pm se da cuenta de que tiene que descender de ahí como sea, y sin luz, rapelando, destrepando, y esquiando en los lugares en los que esto es posible, alcanza el glaciar. Allí sigue con su descenso, pero oscurece por completo, y tiene que sentarse a pasar la noche y a esperar a que amaneciera. La luz vuelve a las 5am, y cruza por el glaciar hasta la ruta normal, en una zona llena de grietas que el sueco califica como clave en el descenso con las tablas.
Descansa unas horas y desciende en la misma jornada hasta el campo base avanzado, en donde descansa un día, tras el que Fransson y Kastengren parten de nuevo hacia cima a través de la arista Cassin. 33 horas después están de vuelta en el ABC con la cumbre, incluyendo en este tiempo un vivac de 9 horas.
Y para terminar con su excelente estancia en el McKinley, 2 días después vuelve hacia arriba, y desciende esquiando el corredor Messner, de 1.600m de desnivel y 45º de inclinación.
Según Andreas Fransson, “La mitad de lo que destrepé al final del descenso habría sido posible de esquiar de día, en mejores condiciones. Aún así va a ser difícil para alguien hacerlo mejor; es probable que se pueda esquiar 300 ó 400 metros más de lo que yo hice, siempre teniendo en cuenta la gran caída de piedras en el corredor.”
Fuentes: www.outerlocal.com, andreasfransson.blogspot.com