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Nanga Parbat: Daniele Nardi, Tomasz Mackiewicz, y un equipo ruso, a por la 1ª cima invernal de la historia

14 de Noviembre de 2014  |  Deja tu comentario
Un año más, algunos de los más fuertes himalayistas del mundo intentan conseguir la 1ª escalada invernal de la historia al Nanga Parbat. Daniele Nardi acude a la vertiente de Diamir por 3º año.

Daniele Nardi, en el Nanga Parbat invernal en 2013

Por tercer año consecutivo, el italiano Daniele Nardi acude a la vertiente de Diamir del Nanga Parbat para intentar la primera invernal de la historia al Nanga Parbat, a través de una nueva vía por el Espolón Mummery.

Pero en esta ocasión no va en solitario; le acompañarán Elisabeth Revol, que ya estuvo con él en su primera tentativa, en 2013, y el polaco Tomasz Mackiewicz, que el año pasado alcanzó la más alta cota (7200m) en la vertiente de Rupal del Nanga junto a David Göttler en la expedición de Simone Moro, y Roberto Delle, que se encargará de imagen y logística.

“Hace tan solo 10 meses tuve que abandonar a 6.000m mi último intento en el Nanga Parbat debido al mal tiempo, pero desde ese día mi mente aún está allí, en Pakistán. Han sido meses de entrenamiento y sacrificio para poder intentar cumplir mi sueño de pisar la cima en invierno.”, afirma en su facebook el italiano, quien además pide ayuda para financiar su expedición por medio del crowdfounding: “Cuando parta hacia la cima del Nanga Parbat, sólo podré confiar en la fuerza de mis manos y mis piernas, y en mi fuerza de voluntad. Pero ahora necesito la ayuda de todos vosotros. Una fuerza de grupo, un grupo de amigos y amantes de la montaña que me permitan llegar a enero con fuerza y sabiendo que la conquista de la cima en invierno del Nanga es posible. Os invito a visitar socialstart.com, en donde ha comenzado la campaña de recogida.”

Daniele Nardi, en la pared en años anteriores

Probablemente no estarán solos, y eso es importante, porque la ingente cantidad de trabajo que exige una montaña como esta en invierno es mejor hacerla en grupo. Un equipo ruso, con 4 alpinistas de San Petersburgo (Totmjanin, Shamalo, Kondrashkin y Koval), muy experimentados, partirá de Rusia el 22 de diciembre, y probablemente su objetivo sea también esta pared.

Queda poco más de un mes para que comience la acción en el Karakorum, para intentar la cumbre invernal de los únicos ochomiles que no han sido hollados en esta estación: Urubko, Txikon y Bielecki al K2, los protagonistas de esta noticia al Nanga Parbat.

Daniele Nardi, con la inmensa pared de Diamir por delante

Nanga Parbat invernal

Con el Nanga Parbat hay que tener cuidado cuando se habla de altura, si no queremos acabar pensando que el trabajo realizado es menor. Debido a la inmensidad de sus paredes, cuya escalada puede compararse -como afirmó el pasado año Emilio Previtali- a una verdadera travesía oceánica, los desniveles son enormes; el campo base se sitúa por debajo de los 4.000m.

Pongamos un ejemplo: para alcanzar los 7.200m de altura a los que llegaron el año pasado David Göttler y Tomasz Mackiewicz en la vertiente de Rupal, tuvieron que superar ¡3.600m! de desnivel positivo desde el campo base, abriendo y equipando junto a sus compañeros, y además por zonas técnicas difíciles de encontrar en ninguna ruta normal a un ochomil.

Por comparar, el desnivel que hay entre el campo base del Everest y su cima es de unos 3.400m. Y a ellos aún les quedaban casi 1.000m de desnivel hasta cima por terra incognita...

Visto así, se entiende la lucha que en pleno invierno se desarrolla en el Nanga Parbat: es cierto que en un primer momento, al llegar, se tiene la ventaja de trabajar a baja altura, sin el hándicap que supone estar por encima de los 7.000m; pero el esfuerzo que se realiza año tras año en cuanto a desnivel, ya les habría depositado en la cumbre de cualquier otro ochomil.

A lo que hay que añadir la estación en que se encuentran, la dificultad técnica de la vía, y el que ellos carguen con todo y equipen las zonas mixtas más complejas, ya que no hay porteadores de altura; todo el trabajo lo tienen que realizar los alpinistas.

Y decimos que hay que tener cuidado porque si se abre una noticia con un titular que afirma que alguien ha alcanzado los 6.400m en un ochomil, como Daniele Nardi en años anteriores, es probable que la mayoría de lectores no sea consciente de lo que eso supone en el Nanga Parbat, y pueda minusvalorar el esfuerzo realizado: en realidad, ha superado casi 3.000m de desnivel muy técnico, en altura, sin ayuda, y en uno de los más crudos inviernos del planeta.

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