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La Peña del Águila: el Yosemite de la Península

Hablábamos de ir a la peña de Águila desde hacía ya tiempo. Sabiendo de su existencia era imposible pasarla por alto: una pared de granito compacto de 200 metros, totalmente vertical, con interminables fisuras para explorar una vez más nuestros límites en escalada libre de dificultad.
Hablábamos de ir a la peña de Águila desde hacía ya tiempo. Sabiendo de su existencia era imposible pasarla por alto: una pared de granito compacto de 200 metros, totalmente vertical, con interminables fisuras para explorar una vez más nuestros límites en escalada libre de dificultad.

Texto: Jonathan Trango. Fotos: Dani Castillo


Dicen que es: “El Yosemite de España”, tieso, mantenido, buena roca, y vías de primera calidad. ¿Cómo es posible de ignorar todo esto?

La cosa empezó en el blog “Subidos al peñasco” donde Almu declaró en directo que a ella nadie la engañaría (nunca) para hacer una vía en ese paredón. Ahí se abrió la caja de Pandora y empezamos planear la visita.

Siempre había algún obstáculo (excusómetro a tope). Pero este puente de mayo parece que se alinearon los planetas para garantizar nuestras aventuras en la Peña del Águila, así que juntamos una gran peña de escaladores y nos subimos a Gredos.


Salimos jueves por la mañana, extraordinaria caravana de salida de Madrid. Lo que supone 2 horas de viaje nos cuesta unas 5, así que al llegar a “la cabra” no perdemos mucho tiempo, mochilas a la espalda y arriba. Llegamos al vivac a las 17:00. Perfecto para echar un buen rato por la tarde. Nos metemos directamente en lo que es, sin duda ninguna, “LA MEJOR VÍA DE FISURA DE LA PENÍNSULA” y gente, ¡¡esto escrito con mayúsculas!!

TIEMPOS DE CAMBIO: 150 metros de fisura vertical y mantenida de manos y puños en grado medio (6b-6c) ¡¡Vaya pasada!! ¡¡Que disfrute!! ¡¡Que elegancia!!

Como un niño antes de su cumple, casi no puedo dormir con el ansia de lo que me espera el siguiente día. Tras saborear las delicias de la Peña del Águila, nos quedan tres días más llenos de emoción.

El día siguiente pasa “a la carrera”. Empezamos con la mega-hiperclásica: Sulayr. Una fisura recta como cortada a cuchillo de 50 metros da acceso a unos bloqueos técnicos, y termina en el famoso off-witdh donde mas que uno se la ha jugado demasiado, y han dejado sus tobillos clavados sobre la repisa que queda por debajo. Nosotros vamos preparados con la artillería pesada y pasamos como se deben pasar los off-witdh sufriendo y arrastrándonos.. jejeje…

De bajada comemos algo rápido y nos lanzamos sobre otra vía magnifica en la Norte del Tupe (pegado a la Peña del Águila y que comparte la misma calidad de vías). De nuevo flipamos con la verticalidad de la pared y lo mantenido que es el estilo de escalada.

Un pequeño descanso en la cumbre y a por la última vía del día, otra clásica: la Esquizofrénesis. 6a+. Os aseguro que aquí no hay nada regalado. Salimos por una variante de diedro de 6c perfecto para terminar un día extraordinario con tres vías de 150 metros.

Agotados llegamos al vivac, que está bien animado. Gente de todas partes, ¡un ambiente excepcional! Durante el día se ven escaladores y escaladoras por todos los riscos. Cordadas por encima de otras, paralelas, en las paredes de enfrente, super buen rollo que te hace sentir bien, y por la noche todos duermen justo debajo de la pared, contando aventuras del día y planifican el siguiente día. Parece que todo es perfecto, el tiempo estable los 4 días, agua de los neveros de arriba, se puede escalar al sol, se puede escalar a la sombra. Ambiente increíble de escaladores… ¿que más se puede pedir? ¡Son momentos únicos de la vida en que todo se junta y hay que saber aprovecharlos!

El tercer día despierto y me duele todo el cuerpo, pero el corazón y el cuerpo no se llevan demasiado bien porque el uno no escucha al otro, de modo que seguimos la racha.

Calentamos con La Danza del Fuego, 100 metros de 6a+ ¡de película! De verdad que nunca disfruté tanto en vías de este grado. En el fondo… somos clásicos. Modernos, pero clásicos.

Para completar la gira clásica a la Peña del Águila solo falta una: La vía de la Luna. Es una de esas líneas, que desde que llegas a la base de la pared hasta que te vas, no dejas de hablar de ella. Da igual si te metes o no, en ningún momento deja de llamar tu atención.

- Todos los otros días hablamos de si la vamos a probar o no…
- si nos metemos desde arriba…
- desde abajo…
- hacer el primer largo…
- no hacerlo…
- intentar liberar…
- artifo…
- joder…

A final acabamos aburridos de nosotros mismos. “Vamos a escalar y ya está”. Nos metemos desde abajo, cacharros al arnés y en libre. Entramos por lo evidente, que es el primer largo del Sueño del navegante, un 7b increíblemente guapo que David como buen makina resuelve a vista. Yo sigo el largo y me preparo para la segunda tirada de la Luna. De aquí para arriba solo se han metido una vez en la historia en esta vía, en libre, desde abajo, sin los cacharros puestos, y ya entiendo por qué…jejeje. 7b+ de escalada técnica y mantenida, emplazamientos difíciles desde posiciones incómodas, y otras delicias. Por algo dicen que es la vía larga de granito mas dura de la península, ¡y que todavía no tiene ninguna liberación desde abajo metiendo cacharros!

Me arrastro por el segundo largo un buen rato, resolviendo todo en libre pero con un estilo bastante lamentable, tengo que parar cada 2 o 3 metros de lo difícil que es meter los seguros, y con algún vuelo que otro, pero al final completo el largo ¡Incluso me quedo contento!.

Turno de David. Empieza el tercer largo que es incluso peor. Emplazamientos más difíciles si cabe, y justo donde quieres cerrojar, sumado a una escalada todavía más exigente. Esto es una barbaridad y termina sacando el pedal. Dos horas más tarde llegamos por la sexta vez a la cumbre, totalmente exhaustos… pero encantados.

Cuando despierto el cuarto día casi no me puedo ni mover, y no tengo la más mínima intención de escalar, pero… tienes esta pared encima tuyo, tienes el día libre, y estás ahí, y el tiempo es bueno… un último esfuerzo. Decidimos hacer un día corto dedicado al off-width. La peña de Águila es una mina para este tipo de escalada tan peculiar y tan odiada por casi todos los escaladores. El caso es que hay algunos masoquistas a los que les (nos) gustan… jejeje.

Ya pasamos por el off-width de la Sulayr un par de días atrás, y desde la cumbre vimos dos más que llamaron nuestra atención. Subimos directamente a la cumbre y de ahí rapelamos para hacer estos largos, y os aseguro vale la pena, a pesar del dolor, creedme que hubo dolor… jejeje.

Equipados con los cacharros más grandes que he visto en mi vida escalamos un 6b y un 6c de horribles y buenísimos off-width. Nos arrastramos como buenos masoquistas hasta gastar toda la poca energía que nos queda en el cuerpo. Lo damos todo, ya tenemos suficiente (de verdad). Recogemos y nos vamos, no sin antes mirar de nuevo a la Luna, y prometer que volveré para darle un pegue mas digno.

No exagero, tardaré más que una semana para recuperarme de este pequeño gran viaje, y volveremos a la primera oportunidad que tengamos. Hasta entonces, es bueno saber que tenemos nuestro pequeño Yosemite aquí, que nos llama, y sabiéndolo, ya es imposible de ignorar.

Las noches de vivac son tan simpáticas que nos sentimos animados y con buena musa, así que entre varios escribimos ese relato (con más humor que rigor científico). ¡¡¡Cuidado no nos vaya a tomar nadie es serio!!!

Por la noche en el vivac a pie de vía, echando un vistazo al croquis, nos hemos dado cuenta que todas esas vías reciben un grado de ED (más o menos), y como buenos deportistas no podemos evitar empezar una discusión sobre el grado.

Hace tiempo calculé que, según estadística, el escalador deportivo pasa 300 horas anuales charlando y discutiendo sobre la graduación de las vías…sea por vicio, sobra de tiempo, o tal vez, por falta de temas de conversación. El caso es que si ellos pueden, nosotros, los alpinistas, también podemos opinar sobre el tema.

Veamos, “Tiempos de cambio” es una vía larga (150m), no equipada con parabolts y que se sitúa en las montañas (casi 2000m), y por eso le dan el grado “Extremadamente Difícil”, sobre todo porque en libre sale 7a+. Para comparar contemplamos la vía “Walker Spur” en la cara norte de las Grandes Jorasses en los Alpes. Aproximación de 5 horas sobre glaciar lleno de grietas, 1200m de pared norte y frío que llega hasta los 4200m, actividad de varios días, compromiso, mal tiempo, condiciones cambiantes, bajada complicada y aun así solo queda en el TD (muy difícil).

Pues teniendo en cuenta las Jorasses como referencia de grado de montaña, las vías de Galayos se quedan en F (fácil), porque apenas tienen compromiso, tiempo estable, actividad muy corta, bajada facilita, aproximación sencilla y etc.… Entonces ¿por qué el ED? ¿Por el 7A+? ¿y si lo hago en A0 y sigo? ¿Tendrá otro grado entonces? Complicado…

Los americanos y los ingleses inventaron sistemas de graduación que vienen a separar los factores y solucionar el problema. Tienen una cifra romana para definir la seriedad de la vía (aprox., bajada, compromiso, exposición…) y aparte vienen los grados máximos de la escalada misma. Esto soluciona algo pero deja sin tocar más factores importantes. En fin, basta de lecciones didácticas, al grano: ¡Hemos pensado en algo nuevo! Nosotros, los alpinistas, no somos escaladores deportivos; en realidad somos héroes modernos. El ser humano tiene la tendencia a buscar el heroísmo, que se basa en conquistar, salvar, conseguir, y pasarlo mal mientras dura “lo que sea” para sentirse reconfortado.










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Comentarios

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1 comentario

1. patusi - 10 Nov 2008, 19:57
Las fotos son espectaculares, enhorabuena.

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