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Escalada en bavaresas y chimeneas

Para todos aquellos que pasamos ya de cierta edad y que disfrutamos de la montaña en todas sus facetas no existe una mejor imagen de inspiración de cara al montañero que aquella representada por el gran Gaston Rébufatt. Sus libros y películas inspiraron a una gran cantidad de alpinistas deseosos de aventuras, entre ellos un servidor. ¿Quién no se quita el sombrero ante aquél que sin recelo asciende bavaresas y chimeneas con una cuerda atada a la cintura y sin ninguna posibilidad de protección? Esa era la ideología de la época.
Para todos aquellos que pasamos ya de cierta edad y que disfrutamos de la montaña en todas sus facetas no existe una mejor imagen de inspiración de cara al montañero que aquella representada por el gran Gaston Rébufatt. Sus libros y películas inspiraron a una gran cantidad de alpinistas deseosos de aventuras, entre ellos un servidor. ¿Quién no se quita el sombrero ante aquél que sin recelo asciende bavaresas y chimeneas con una cuerda atada a la cintura y sin ninguna posibilidad de protección? Esa era la ideología de la época.

La camisa de cuadros, los pantalones bávaros y las botas de cuero completaban el equipo del montañero. Todavía hoy en día las manos sudan cuando contemplo tales fotografías. Y es que no es para menos: la ascensión de fisuras en bavaresa y chimeneas requiere de una técnica muy específica, expuesta en ocasiones, debido a la dificultad de proteger tal tipo de accidentes morfológicos.

La variedad de técnicas empleadas durante la escalada es muy diversa y a veces específica. Durante la escalada de placas de adherencia emplearemos una técnica de escalada de fricción muy determinada para posibilitarnos la ascensión por la pared. La escalada deportiva y de desplomes requiere también de una técnica de bloqueos y equilibrio muy particular, con el fin de mantenernos cerca de pared y así poder progresar por ella. Cantos laterales, horizontales o invertidos obligarán al escalador a desarrollar la imaginación y poner en juego tales técnicas. La escalada de fisuras también requiere de una técnica de progresión muy particular. Dependiendo del tamaño de la fisura emplearemos un tipo de cerrojo determinado. Así emplearemos cerrojos de dedos en fisuras pequeñas, empotramientos de manos en fisuras medianas y empotramientos de puños en fisuras grandes (todo dependerá del tamaño de las manos para poder catalogar tales dimensiones). En fisuras de grandes dimensiones emplearemos una combinación de puños y manos o bien de rodillas y codos, dependiendo de la anchura de la fisura. Dentro de tal concepto de fisura podemos extraer un par de estilos muy definidos y que disponen de identidad propia: las bavaresas y las chimeneas.

Escalada en fisuras en bavaresa

El concepto de escalada empleando la técnica de escalada en bavaresa es muy amplio y no solo confinado a aquellas lajas adosadas a la pared. La técnica de escalada en bavaresa la podemos emplear en diversas ocasiones durante nuestra progresión por la pared, extendiéndose a bloques y aristas verticales, diedros fisurados, lajas adosadas o fisuras de labios desiguales.

Básicamente la técnica de ascensión en bavaresa consiste en una combinación de oposición de fuerzas generadas y repartidas por brazos y piernas. Se trata de crear con los brazos una contrapresión en las piernas y de tal manera mantener el centro de gravedad del cuerpo fuera de la superficie de apoyo. Simplemente tiraremos de los brazos de la fisura y empujaremos con los pies en la pared, facilitándonos de tal manera la progresión. Los brazos los hemos de mantener extendidos con el fin de evitar la fatiga y los pies elevados sin dejarlos demasiado bajos (foto 2, técnica de oposición en bavaresa.) En paredes lisas y carentes de rugosidades los pies los hemos de mantener en contacto con la piedra, simplemente apoyados en la pared y siempre bajo tensión con el fin de crear una buena fricción (foto 3, pies en la pared empujando con tensión.)

Si la roca dispone de pequeñas repisas, rugosidades o agujeros apoyaremos los pies en ellos, con el propósito de ayudarnos y facilitar la fricción (foto 4, pies apoyados en las rugosidades de la pared).

Las lajas adosadas a veces son muy finas y pueden romper cuando tiramos de ellas. Por otro lado también hemos de tener la precaución de que tales lajas no estén sueltas y accidentalmente las desprendamos de la pared. La técnica de escalada en bavaresa requiere de mucha energía de ahí la necesidad de dominar la técnica y dosificar las fuerzas.

Por otro lado, escalar en bavaresa nos puede sacar de muchos apuros si lo hacemos. Sobre todo durante algunas situaciones de escalada en fisuras en las cuales nos resulta difícil realizar técnicas de empotramiento. Como contrapartida, durante tal técnica de bavaresa es difícil la colocación de material con el fin de proteger el largo, pues puede ser complicado comprobar qué tal nos ha quedado el material emplazado en la roca. En ocasiones incluso es imposible asegurar tales lajas, debido a sus grandes dimensiones en cuestión de anchura.

Básicamente nos centraremos en tres tipos de orientación en pared en cuanto al empleo de las técnicas de escalada en bavaresa: aquellas en las cuales nos desplazamos en la vertical, aquellas de desplazamiento horizontal o diagonal y aquellas de agarre invertido.

Bavaresas verticales

Como norma general intentaremos mantener los pies lo más cercanos a las manos posibles. De tal manera el centro de gravedad se mantendrá en línea con la pared. Cuanto más desplomada sea la pared mas afuera hemos de sacar el cuerpo, con el fin de ayudar a mantener un buen centro de gravedad. Si los pies los dejamos muy abajo, estos resbalaran debido al pobre ángulo de oposición, y por consiguiente perderemos el contacto con la pared. Dependiendo de la dirección de la fisura intentaremos mantener los pies a un lado u otro de ésta, simplemente juraremos con el centro de gravedad y el peso del cuerpo. A modo de ejemplo estudiaremos las siguientes fotos.

En la foto 5 observamos la disposición de los pies durante la escalada en bavaresa. El pie izquierdo lo mantenemos en la placa y el pie derecho lo introducimos en la fisura, con el fin de que éste se estabilice mejor dentro del empotre. En la foto 6 nos mantenemos en la misma posición que la anterior pero esta vez hemos desplazado el pie derecho hacia la placa de la bavaresa (hacia la derecha) con el fin de ampliar nuestro ángulo y base de equilibrio. En la foto 7 observamos la posición en bavaresa con los pies demasiado bajos con respecto a las manos, con el consiguiente peligro de perder contacto con la pared. En la foto 8 observamos la misma posición pero esta vez con los pies demasiado cerca de las manos, forzando la posición y debilitando nuestras fuerzas.

Durante la progresión desplazaremos las manos y los pies de manera alternativa. Podemos colocar la mano izquierda donde teníamos la derecha, subir la derecha y repetir la jugada con la izquierda, de manera sucesiva. En otras ocasiones puede ser posible cruzar las manos durante el desplazamiento. Con los pies realizaremos la misma combinación. En ocasiones simplemente desplazaremos los pies alternando la posición y otras veces podemos cruzarlos. Todo ello va a depender del ángulo de dirección de la fisura y también del ángulo de inclinación de ésta.

En diedros y fisuras de labios desiguales la técnica de escalada en bavaresa es también muy efectiva. En ocasiones solamente podremos agarrar la fisura con los dedos y otras veces podremos emplear toda la palma de la mano. La técnica de empotramiento de manos y de pies durante la escalada en bavaresa es muy práctica y nos ayuda a salvar energía. Siempre que sea posible deberemos de empotrar por lo menos los pies en la fisura y si es posible también las manos, con el fin de ayudar con la progresión. Solo el hecho de empotrar un pie en la fisura nos ayudará enormemente, sobre todo a la hora de pararnos a colocar material de protección.

La colocación de material en bavaresa es siempre complicada. Como es lógico es necesario comprobar que el friend (o aparato mecánico de expansión por levas) se encuentra en contacto con la pared, con todas sus levas, y orientado perfectamente en la dirección de una posible caída. Durante la escalada en bavaresa es necesario extender y girar la cabeza con el fin de poder visualizar tal emplazamiento. Ello puede originar una pérdida de equilibrio si no lo hacemos adecuadamente. Para ello hemos de encontrarnos en una posición perfecta de equilibrio, ejerciendo presión con los pies y las manos. Una vez ahí, rápidamente cogeremos la pieza adecuada de seguro del arnés para a continuación colocarla en la fisura. Vigilaremos que las levas no se hallen apoyadas en cristales de cuarzo, agujeros, lajas débiles, rocas sueltas o roturas en la roca. Una posición cómoda y adecuada a la hora de colocar material es aquella que nos proporciona el hallarnos empotrados en la fisura, con pies o manos. Ello nos libera de la postura de oposición que hemos de mantener cuando nos hallamos extrictamente en bavaresa.

En la foto 9 observamos la colocación de material en posición de bavaresa, sujetos con una mano de la fisura y ejerciendo presión con los pies en la pared en sentido contrario. Es una posición total de equilibrio contrapesado. En la foto 10 observamos también una bavaresa en la cual nos hemos empotrado para poder colocar el material de manera más cómoda.

No siempre es posible empotrar manos o pies en las fisuras en bavaresa, pero si ello es así, el descanso está garantizado. Son aquellos segundos necesarios para colocar la pieza de seguro y poder tomar un respiro.

Fisuras horizontales y diagonales

Básicamente vamos a seguir los mismos pasos referidos de cuando escalamos en bavaresas verticales, con algunas diferencias. Hemos de mantener la distancia entre manos y pies muy de cerca, con el fin de no perder el centro de gravedad, y estirar los brazos para evitar el cansancio. Los pies los mantendremos altos y no demasiado alejados de las manos pues de tal manera podremos mantener la tensión y así progresar (foto 11). Si los pies los bajamos demasiado con relación a las manos perderemos la tensión y las fuerzas de oposición con la consiguiente pérdida de equilibrio. La caída está garantizada (en la foto 12 podemos ver la perdida de fricción al bajar demasiado los pies). En este tipo de bavaresas es más posible que podamos cruzar las manos y pies durante la progresión, debido al trazado de la fisura. Es como quisiéramos arrancar la laja de la pared. El material lo colocaremos siempre desde una posición de equilibrio y visualizando el emplazamiento de la pieza en la fisura. Al igual que hicimos durante la escalada en bavaresas verticales es posible empotrar las manos en la fisura para ahorrarnos esfuerzo. Para ello es preciso dominar la técnica de empotramiento en fisuras con el fin de aplicarla correctamente y evitar esfuerzos innecesarios. En la foto 13 podemos ver la misma técnica en bavaresa pero esta vez empotrando las manos en la fisura. Los pies siguen ejerciendo la misma tensión y oposición sobre la pared.

Bavaresas invertidas

Es aquí donde esas técnicas de empotramiento en fisura pueden dar un mayor fruto. Durante este tipo de escalada es muy importante mantener una buena posición de pies, bien en adherencia o bien en apoyos naturales. La fuerza de oposición va a ser grande, pues ella es la que nos permitirá el posicionamiento y la progresión por la pared. La disposición de apoyos para los pies en la pared en forma de regletas, cristales o bañeras es crucial, marcando una diferencia muy grande al simple apoyo en adherencia. En la foto 14 podemos apreciar los pies en la pared aprovechando apoyos naturales y las manos empotradas en la fisura. En la foto 15 las manos agarran la fisura en bavaresa sin realizar ningún empotramiento. En esta ocasión los pies también se apoyan en la pared, sin descartar la posibilidad de introducir alguno de ellos en la fisura. Durante el aseguramiento seguiremos los mismos principios vistos anteriormente para bavaresas verticales u horizontales. Necesitaremos de una posición cómoda y que nos permita observar el emplazamiento del material en la fisura. Si es posible también empotraremos una mano con el fin de darnos un reposo. En la foto 16 observamos la colocación de material con la mano izquierda mientras mantenemos la mano derecha empotrada en la fisura, el pie izquierdo también tocando la fisura y el pie derecho apoyado en la pared.

Se trata simplemente de observar y controlar nuestros desplazamientos en la pared de acuerdo con nuestro posicionamiento y centro de gravedad. A partir de aquí es simplemente una cuestión de práctica y experiencia.

Escalada en chimeneas

Es raro no encontrar una vía clásica en pared sin la existencia de al menos algún largo de cuerda a través una chimenea. Desde los orígenes del montañismo las chimeneas, fisuras y diedros sirvieron como caminos de trazado de nuevas rutas. La escalada en chimeneas es una escalada interior, un tanto intimidante y la cual requiere de una técnica de ascensión muy particular. Las chimeneas varían de tamaño, algunas muy apretadas y otras muy amplias. Por otro lado, la protección en tal sistema de fisura suele ser difícil sino imposible. En ocasiones deberemos de ascender sin posibilidad de protección. Otras veces podremos colocar piezas de seguro en fisuras o agujeros emplazados dentro de la chimenea.

El principio básico de escalada en chimeneas es el de emplear el cuerpo a modo de empotrador, usando fuerzas opuestas de empuje con el fin de evitar la caída y ayudar a la progresión. Dependiendo del tamaño y características de la chimenea encararemos a ésta de una manera u otra. Intentaremos en lo posible aprovechar agujeros y salientes de la pared para apoyar los pies o el cuerpo. Deberemos también de tener en cuenta la posibilidad de llevar mochila en la espalda. En chimeneas estrechas empujaremos con los pies y espalda en una cara de la chimenea y las rodillas y manos empujaran contra la cara opuesta. Progresaremos desplazando el cuerpo lentamente ayudados por las fuerzas de oposición. En chimeneas un poco más anchas emplearemos una combinación de oposiciones repartidas entre la espalda, las manos y las piernas. Mantendremos un pie detrás de nuestro trasero y apoyado en la pared mientras que la otra pierna la apoyamos en la pared opuesta. Las manos también mantendrán oposición, cada una en una cara de la pared. Eventualmente podemos descansar ejerciendo presión a ambos lados de la pared, combinando la espalda, los brazos y las piernas. En la foto 17 vemos una posición de descanso básica en una chimenea estrecha. En la foto 18 nos preparamos para progresar trayendo la pierna izquierda hacia atrás y debajo de nuestro trasero. En la foto 19 desplazamos la mano derecha hacia atrás, en la pared donde apoyamos la espalda, con el fin de crear oposición con la otra mano en la cara opuesta de la pared. De tal manera iremos progresando alternando las manos y pies siempre creando oposición entre ellos. Es una forma muy natural de progresión y el mismo cuerpo nos llevará a ella.

En chimeneas muy anchas podremos emplear la técnica de escalada en X. Para ello deberemos de extender las piernas y brazos en todo lo ancho de la chimenea, favoreciendo, de tal manera, la distribución adecuada del centro de gravedad del cuerpo. Extenderemos las piernas una en cada cara de la chimenea, al igual que los brazos. Si existen agujeros o salientes en la pared los aprovecharemos para apoyar los pies. Si no, empujaremos de manera opuesta hasta conseguir que el cuerpo se mantenga estable dentro de la chimenea (foto 20, escalando en X). A continuación iremos desplazando el cuerpo hacia arriba alternando brazos y piernas (foto 21, progresando en X).

Es una tendencia natural el intentar ascender la chimenea muy en su interior, pues parece que nos ofrece un poco mas de seguridad. Sin embargo puede ocurrir que al final sea difícil volver hacia el exterior, complicando la ascensión. Será necesario mantenernos en una posición que nos permita finalizar el largo de manera segura.

La técnica de escalada en chimenea la podemos aplicar también durante la escalada de diedros y fisuras abiertas. A veces es simplemente una combinación de técnicas lo que nos llevará a finalizar el largo. Alternando fuerzas de oposición. En la foto 22 podemos ver la técnica de chimenea aplicada a una escalada de fisura.

Hemos repasado dos ejemplos de escalada de oposición. Tanto bavaresas como chimeneas requieren de una técnica muy particular y específica: emplear nuestras extremidades aplicando fuerzas de oposición. La práctica de tales técnicas es muy necesaria.

Y el factor mental y psicológico también. No nos dejemos intimidar por el tamaño o forma de la fisura.


Escalando una fisura empleando la técnica de bavaresa


Foto 2

Foto 3

Foto 4

Foto 5

Foto 6

Foto 7

Foto 8

Foto 9

Foto 10

Foto 11

Foto 12

Foto 13

Foto 14

Foto 15

Foto 16

Foto 17

Foto 18

Foto 19

Foto 20

Foto 21

Foto 22

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