Orugas subiendo hasta los 5.000 metros a los "montañeros" |
Francisco Ortiz estuvo este año en el Elbrus, que con sus 5.642 metros es el techo de Europa. Como él dice, esperaba una ascensión limpia y alpina. Y se encontró con un panorama desolador. Es un ejemplo que debería hacernos pensar acerca del verdadero valor del alpinismo, y como a veces por la gloria de una ascensión, somos capaces de degradarlo. También ocurre que, aunque el Elbrus no puede considerarse realmente como una expedición, al menos del calibre de una himaláyica, hay mucha gente que así lo vende para conseguir financiación, por lo que a la vuelta se ven en la obligación de callar para poder seguir contando con los patrocinadores. Aquí está la carta, que Francisco titula
DE LA GLORIA A LA HIPOCRESÍA
Campamento entre ruinas y basura en el Elbrus |
El acceso empieza en El Valle de Terksol, que es el centro neurálgico de los deportes de montaña; esquí, BTT, senderismo, alpinismo, pesca, etc.
El teleférico de Azau nos facilita la aproximación hasta la estación de Garabashi, desde donde se accede hasta el refugio de Barrels Hut (3.700 m). En este punto, siempre masificado, ya encontramos varias de las famosas orugas. Lógicamente piensas que sólo se dedican al acondicionamiento de las pistas, y no a subir y bajar montañeros (perdón turistas).
Son muchas las expediciones andaluzas y de todo el mundo que van al Elbrus y muchas las notas de prensa comentando la actividad, pero prácticamente ninguna de ellas refleja la situación real de la montaña. Yo he encontrado una montaña absolutamente explotada, con refugios que son auténticos vertederos de basura, donde los guardas vierten los residuos al mismo glaciar y con situaciones tan sangrantes como orugas mecánicas que suben hasta Pastuckhova Rocks (4.800 m) llevando a supuestos montañeros que quieren realizar su hazaña.
"Es muy duro y muy triste que te adelante una horrorosa maquina echándote el humo" |
Es muy duro y muy triste, que a las 02:00 h de la madrugada, cuando estás concentrado en tu esfuerzo y tu actividad, te adelante una horrorosa maquina echándote el humo y profanando la pureza de la montaña con ruidos, humo, pitos y lo que es peor aún, un cargamento de “alpinistas”, que a nuestro encuentro mostraban la mirada perdida en el horizonte, o bien simulaban hacer algún ajuste en sus pertrechos, evitando mirarnos a los ojos, quizás por miedo a ver reflejada su patética imagen escalando a lomos de un tractor la montaña que luego venderán como “El techo de Europa”, para poder colgar su foto en el salón a 5.642 m.
Pero realmente ¿Qué estamos haciendo?, ¿qué pretendemos?, ¿acaso no es más gratificante escalar el majestuoso Perdiguero o Posets, con sus correspondientes pateos de aproximación? Esa foto sí que es nuestra, la hemos ganado en una lucha limpia y justa, esa foto sí la podemos colgar, compañeros.
No sé exactamente quien o quienes son los culpables de esta situación, pero lo paradójico es que algunas agencias de “aventura” ofertan las maquinitas en su paquete turístico “para que no exista ninguna duda”.