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En otros artÃculos hemos abordado aspectos del deporte como el entrenamiento, las lesiones, la prevención...pero quizás he llegado el momento de mirar un poco hacia nuestro interior. El principal artÃfice del movimiento, nuestro aparato locomotor, también ha sido objeto de algunas valoraciones, sin olvidar todo el aspecto neurológico que hace saltar la chispa de ese motor que representa para nosotros dicho aparato locomotor.
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las personas acabamos condicionadas por dos parámetros: la herencia genética y la vida que desarrollamos | |
Pero es posible que nunca nos hayamos preguntado algo tan sencillo como ¿porqué los huesos son casi todos distintos?, o ¿porqué los músculos tienen diferentes formas, grosores, incluso composiciones?, ¿qué posibilidades de movimiento nos dan las articulaciones?...
A lo largo de estas tres próximas entregas vamos a intentar dar algunas nociones de las respuestas a estas y otras preguntas respecto a ¿porqué tenemos esta forma, y no otra?.
Los que tengáis ahora una edad de 30 a 40 años, sin duda, recordareis una serie de dibujos animados que hace unos 20 años se transmitÃa por la entonces única cadena de televisión.
Se titulaba: “Erase una vez el hombreâ€. Yo era un ferviente admirador, y recuerdo sentarme todos los sábados por la tarde a ver una de las cosas que más me llamaba la atención.
SucedÃa al principio, antes de empezar el capÃtulo de ese dÃa, y era la animación de la historia de nuestro planeta en el tiempo que duraba la canción del principio.
En esta breve historia, se podÃa ver la formación del mundo, la aparición de la vida, y como de un pequeña célula, se iba transformando en un ser pluricelular, un pez, un reptil, un ave... para acabar apareciendo los homÃnidos, y por fin el hombre moderno.
Me entusiasmaba presenciar en tres minutos lo que con los años he sabido ha durado millones de años. Ahora, recordando mi inocencia infantil, pienso que es posible que me hiciera sentirme un ser superior, fuerte, poderoso el ver como toda la historia de la Tierra no era nada en comparación con mi tarde del sábado.
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Este es el éxito de la raza humana: la increÃble capacidad de adaptación | |
La realidad es distinta, y como digo, la historia es mucho más lenta, y en el caso concreto de nosotros, como seres humanos, el llegar a tener el cuerpo que tenemos ha sido ardua tarea. Lenta e inacabada. Diré que lo logrado hasta ahora, en mi opinión, ha merecido la pena.
Vamos a olvidarnos un poco de la parte más antropológica del tema y pensemos en cada uno de nosotros en este preciso instante.
Nuestra posición, la bipedestación, sobre lo que fueron en origen nuestras “patas†de atrás. La mirada horizontal, mirando hacia delante. Los brazos a los lados, “liberados†de nuestro peso y dispuestos a cualquier acción o gesto.
Las piernas como sustentadoras fundamentales del peso propio.
La espalda y sus curvaturas naturales como eje fundamental del cuerpo.
Los brazos como grandes efectores de las acciones “más humanasâ€, con un extremo que es la mejor pieza de ingenierÃa mecánica de nuestro cuerpo: las manos. Sin duda, las manos, son la pieza más lograda de nuestra mecánica. Uno de los mejores logros de la evolución.
A esto cabe añadir el que cada una de estas partes está conformada por distintas piezas y materiales: huesos, tendones, fascias, músculos, ligamentos, lÃquido sinovial, piel...Y por si fuera poco, todo trabaja perfectamente coordinado.
Vamos a dejar que las formas de estas estructuras nos vayan hablando y nos puedan contar en que medida pueden colaborar en los movimientos, las posturas, las acciones, los equilibrios que continuamente hacemos en nuestra vida.
En absolutamente toda nuestra vida... si, aunque parezca que estamos completamente quietos, incluso tumbados...hay dos movimientos que hacemos desde el instante en que nacemos hasta el momento en que morimos: el latir del corazón y los movimientos de la respiración. Al menos estos dos, y uno de ellos antes de nacer.