Las cosas han cambiado mucho y, desde las novelas que alimentaban nuestros sueños, donde primaba la épica y los valores literarios, hemos pasado a una visión de las expediciones a los grandes ochomiles, y sobre todo al Everest, basada en la cantidad de información y en la inmediatez más absoluta. Está claro que se ha ganado mucho, pero también tal vez hayamos perdido algo por el camino. Si hacemos caso del viejo dicho periodístico de que aquello que no aparece en los medios no existe, entonces tenemos ante nosotros un Everest más real que nunca, pero que por la misma razon ha sido despojado (tanto la montaña como los que intentan escalarla) de su pátina de leyenda y heroísmo. De soñadores a años luz del exótico Himalaya, nos hemos convertido en testigos de cargo de un grupo de personas con sus grandezas y miserias, sus valores y sus trampas, sus motivaciones más o menos nobles para subir al punto más alto del planeta. No es el momento ahora de juzgar si cualquier tiempo pasado fue mejor en las grandes montañas, sino de analizar cómo ha evolucionado la tecnología de las telecomunicaciones en un banco de pruebas extremo como es el Chomolugma. Este informe exhaustivo, cedido por Explorersweb, que publicaremos en tres partes (una por semana), muestra como han evolucionado y como es posible la comunicación entre la 'zona de la muerte' y los lugares donde habitan los humanos, mucho más a ras de suelo. En general, aporta una visión de conjunto que será muy útil para entender y apreciar en su justa medida la avalancha informativa que se nos viene encima esta primavera, con cientos de expediciones dispuesta a conmemorar un cincuentenario (y muchas otras cosas), y contárnoslo todo, en el momento. PRIMERA PARTE: desde Hillary a la revolución de internet |
El equipo de explorersWeb, probando nuevos sistemas de tlecomunicaciones en el Polo sur |
El Campo Base del Everest: próximo hot-spot de conexión wireless
Esta primavera, Tsering Gyalzen Sherpa y unos cuantos 'amigos americanos' planean abrir un ciber-café con tecnología wireless en el mismo Campo Base del Everest. Un ISP Israelí proveerá servicios de Internet vía satélite a través de una antena VSAT (Very Small Aperature Terminal) que se colocará a una milla del Campo Base, aproximadamente unos 500 metros por encima del mismo. Es muy probable que se ubique en la ladera del Kala Patar; un pequeño pico que se eleva por encima del refugio más cercano en Gorak Shep.
De aquí, un sistema WiFi (inalámbrico) transmitirá la señal de Internet al Campo Base. Este WiFi se basa en el protocolo del 802.11b; la misma tecnología usada para aquel Everest Internet Experiment de 1999 -ver reportaje anterior- y que está siendo adoptado hoy día en casas, colegios y oficinas.
En EE.UU. las redes inalámbricas son tan populares que en lugares como las cafeterías Starbucks lo ofrecen a sus clientes. "Tómate un moca-chino y surfea la web desde tu propio portátil". Incluso hay parques en Nueva York donde se ofrece suministros inalámbricos al público, dándoles la oportunidad de estar al aire libre y a su aire mientras trabajan en su portátil o PDA.
Practicamente, todas las expediciones llevan un sistema de comunicación por satélite entre su equipo de Campo Base |
Con la ayuda de una tarjeta inalámbrica y algo de software, es posible conseguir navegar gratis, si se coloca uno dentro del alcance de las innumerables conexiones inalámbricas que existen en las grandes ciudades. Incluso hay entusiastas que marcan aquellos "hot spots" en una pared con tiza (el llamado war-chalking), como si fuera un guía clandestina de cómo entrar gratis a Internet. Algunas redes están codificadas y otras no; las hay que hacen aparecer banners cuando te conectas. Por ejemplo, justo a la entrada a las oficinas de ExplorersWeb, que tiene tecnología wireless, cada tarde a las seis en punto aparca una ambulancia, siempre la misma. En su iterior se puede ver al conductor liado con el servicio de mensajería instantánea de AOL.
Eso sí. Quien iba a decir que el próximo "hot spot" iba a ser el Campo Base del Everest!