Así nos lo cuentan ellos:
”Nuestro objetivo, después de dormir en el acogedor refugio de Pombie (mantas, colchones, mesas y hasta gas...) es la vía Ravier al Pilar del Embarradére. Las condiciones que nos encontraremos son inciertas, pero esa incertidumbre es, en parte, lo que le da ambiente y aventura a esta actividad.
Una aproximación más cómoda que en verano nos dejará al pie del Pilar, donde este se alza espectacularmente vertical ante nosotros en una sucesión de fisuras y desplomes coloreados al gusto. Inevitablemente viene a la cabeza el valor y la audacia de Bouchet y de los hermanos Ravier que entre el 17 y el 18 de julio de 1965 consiguieron superar tan elegante bastión. Sin lugar a dudas una de las joyas del Midi.
Combinando técnicas de libre y de artificial, y con peso en las mochilas (mejor petatear¿?) conseguimos ascender el Pilar con el oscuro persiguiéndonos. Oscuro que en la bajada por el corredor de la Fourche, en condiciones incómodas y tediosas de nieve blanda y pastosa, acaba por alcanzarnos.
Cansados pero contentos llegamos de nuevo al refugio del Pombie donde disfrutamos de una sopa, de unos fideos calentitos y de unos buenos trozos de salchichón y de queso. Al rato caemos como lirones entre las mantas…”