En las Barrancas del Cobre, una de las cicatrices orográficas más profundas del planeta, equivalente a cuatro veces el Cañón del Colorado, se celebró a mediados de julio el Ultramaratón de los Cañones con motivo del festival de turismo de aventura 2003 de Chihuahua. Distancias de 100, 63 y 42 kilómetros con desniveles que superaban los tres mil metros fueron el desafío para los más de setecientos atletas participantes llegados de todo México, EE.UU., Japón, Alemania, Austria y España.
Las diferentes carreras comenzaron de madrugada en el centro de la ciudad de Guachochi (en el estado de Chihuahua). El complicado recorrido enfilaba inicialmente hasta borde de la Barranca Sinforosa (a 2.500 metros de altitud), desde donde por un estrecho y serpenteante sendero los corredores debían descender hasta las profundidades de la Barranca (a 1.000 metros), por cuyo fondo transitarían hasta superar el desnivel del abismo anteriormente descendido. Tras salir de lo más hondo de la Barranca, los trayectos de cada carrera regresaban de nuevo a la, abarrotada de público, plaza de Guachochi.
En el evento se dieron cita algunos de los mejores corredores de montaña y de ultradistancia mexicanos. Si bien, los favoritos y protagonistas de la competición fueron, como en ediciones anteriores, los originarios pobladores de las Barrancas: los indios Rarámuri. Este grupo humano vive disperso y aislado a lo largo del vasto sistema de cañones que forman las seis Barrancas del Cobre, un territorio inaccesible al que solo es posible acceder a píe o en caballería. La necesidad de cubrir a píe largas distancias y tremendos desniveles ha dotado a los rarámuri de una capacidad de resistencia que roza lo sobrenatural. Tan solo avituallándose de un brebaje a base de maíz tostado, calzando unas sandalias y vistiendo un taparrabos son capaces de correr durante días sin parar a un ritmo frenético.Así lo demostró el rarámuri Arnulfo Químare, que venció en los cien kilómetros (recorrido con más de tres mil metros de desniveles) marcando un increíble tiempo de 8:17:41. En la carrera de 63 kilómetros fue Porfirio Armenta quien se imponía. Y, por último, en el maratón, en los 42 kilómetros, el español Miguel Caselles (patrocinado por el Consejo de Promoción Turística de México) aprovechándose de la ventaja conseguida en el descenso de la Barranca, se hizo con el primer puesto en la meta de Guachochi.
“La experiencia ha sido inolvidable”, comentó Miguel, “No esperaba ganar, pero aun me defiendo en los descensos complicados y conseguí unos minutos a mi favor con los que pude llegar en solitario a meta”. En cuanto al recorrido manifestó “El descenso y el ascenso de la Barranca Sinforosa es bestial y los paisajes tan desmesurados que dan vértigo”. Pero lo mejor, aseguró, “Ha sido ver a los rarámuri en acción, como han sido capaces de vencer con tanta autoridad en los cien… desde luego son seres superiores”.