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Iñurrategui vuelve a mirar al G-III

La expedición está resultándole complicada al grupo de Alberto Iñurrategui. El mal tiempo que está azotando la zona de los Gasherbrum ha obligado a los vascos a cambiar de nuevo su objetivo. El G-IV quedará para otra ocasión, ahora la mirada vuelve a estar posada en el G-III.
Foto: www.bbk.es 
El G-III sólo ha sido ascendido en una ocasión 

“Esta vez la montaña no solo no nos ha dejado rascarle la cabecita, si no que ni siquiera nos ha dejado medirnos con ella”, aseguró el grupo tras renunciar al cuarto de los Gasherbrum, que era su principal objetivo.

La expedición, formada por Iñurrategui, José Carlos Tamayo y Jon Beloki, pretendía ascender las dos montañas, de enorme dificultad técnica pera a las que apenas unos metros han dejado fuera del circuito de los ochomiles y, por tanto, del foco de los objetivos.

Su proyecto original consistía en ascender primero el G-III, de 7.952 metros, para más tarde acometer el plato fuerte del viaje, el G-IV, de 7.925, al que querían subir por la arista noroeste, por donde no pasaba nadie desde 1958, cuando Walter Bonatti y Carlo Mauri realizaron una escalada adelantada a su tiempo. En total, la montaña sólo tiene cuatro ascensiones.

Ante los azotes del tiempo y el retraso en el programa, Iñurrategui decidió invertir el orden de la escalada e intentar primero el G-IV, pero el trabajo en solitario en la montaña y la nieve caída, que borraba los rastros de la labor hecha anteriormente, han empujado al grupo a cambiar nuevamente de idea.

Foto: www.bbk.es 
El grupo de Iñurrategui ha pospuesto una semana su vuelta 

“Podíamos acabar de abrir la ruta y equiparla con cuerda en su tramo final, intentar regresar al día siguiente cargados (pero con la huella abierta) para instalarnos en lo que sería el C-2 y, tras pasar una noche allí, descender al CB dejando dicho campo instalado. Pero era claro que las siguientes nevadas borrarían nuestro rastro, y dado lo avanzado de la temporada nos arriesgábamos a perder ese campo y ni siquiera poder hacer un intento serio a la cumbre. Así que decidimos deshacer nuestros pasos y encaminar nuestros esfuerzos y oportunidades hacia el G-III”.

La ventaja de optar por el tercero de los Gasherbrum es que gran parte de su ruta la comparte con su vecino G-II, con lo que los escaladores verán su trabajo facilitado por la huella abierta por las decenas de montañeros que están intentando conquistar el ochomil.

“No era nuestra idea recorrer caminos tan transitados, pero la temporada ha venido así…”, se resignaron. El objetivo sigue siendo ambicioso, ya que de lograrlo, supondría la segunda ascensión mundial a la montaña. Para ello, el grupo ha retrasado una semana su regreso a casa.

Pauner

Foto: www.carlospauner.com 
El mal tiempo es la tónica en los Gasherbrum 

También Pauner empieza a ver cómo el tiempo se le echa encima. “Me acabo de levantar en el campo base y comienza a nevar de nuevo. Parece que es la tónica de esta expedición, la cual se está tornando dura por momentos. De hecho, no es normal que a 14 de julio no se haya hecho ninguna de estas dos cimas del Karakorum”.

Así comenzó su última crónica el aragonés, que hace 40 días partió rumbo a Islamabad con la voluntad de ascender G-I y G-II y está teniendo problemas para cumplir únicamente con el primero de sus objetivos.

La vuelta a la actividad después de su odisea en el Kanchenjunga el año pasado, cuando pasó tres días perdido en la montaña, está resultando especialmente dura para Pauner, que el 11 de julio salió del Campo Base con intención firme de hacer cima en el G-I pero que tuvo que retirarse hacia los 7.000 metros, tras escalar parte del Corredor de los Japoneses.

El mal tiempo abortó el intento y las oportunidades empiezan a agotarse. “Paciencia, vamos a necesitar toda la del mundo y, sobre todo, mantener la cabeza muy fría, esperando de nuevo, en medio de la nieve, que cuatro días de sol nos devuelvan la esperanza”.


Fuente: www.bbk.es, www.carlospauner.com


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