El tiempo empeoró rápidamente en el K2 |
Además del montañero ruso, están perdidos en la montaña el iranà Davoud Khadem Asl, al que se vio por última vez junto a Sokolov, y el kirguizo Alexander Gubaev, quien se sabe que intentó un ataque a cima el dÃa 28 de julio.
Según relataron los miembros de la expedición catalana a explorersweb.com, Gubaev se cruzó aquel dÃa con el navarro Iñaki Ochoa de Olza a la altura del cuello de botella. El escalador español, con el que compartÃa permiso de escalada, le aconsejó que se diera la vuelta, pues las condiciones meteorológicas estaban empeorando rápidamente por arriba.
El de Kirguizstán, guÃa de montaña, desoyó los consejos de Ochoa de Olza y siguió hacia la cumbre, de la que, al parecer, nunca regresó. Mientras tanto, Sokolov y Khadem Asl aguardaron en el Campo 4 junto a los tres montañeros de la expedición andaluza y a algunos italianos de los Scoiattoli. A la mañana siguiente, españoles y transalpinos iniciaron el descenso hacia el Base, que realizaron en muy malas condiciones, no sin antes intentar convencer al ruso y al iranà de que les acompañaran.
Sokolov y Khadem Asl prefirieron permanecer en el Campo 4 para esperar a su compañero, con la esperanza, además, de que el tiempo les diera una última oportunidad de atacar la cumbre.
Sergey Bogomolov |
Intento de rescate
El 1 de agosto, cuando la expedición en la que estaban encuadrados los tres alpinistas habÃa abandonado ya el Campo Base, los catalanes escucharon en el transmisor de Gubaev una llamada de Sokolov, de 62 años, y Khadem Asl desde algún lugar entre el Campo 3 y 4.
Rápidamente pusieron en marcha una partida de rescate con miembros de la expedición catalana y de la andaluza, asà como de una japonesa que todavÃa espera otra oportunidad para lanzarse a por la cima por la ruta de los Abruzzo. El plan era llegar hasta el Campo 2 para intentar ayudar a los dos alpinistas en caso de que lograsen descender hasta allÃ. Sin embargo, el tiempo era tan malo que tuvieron que desistir.
“Ya llevan una noche a la intemperieâ€, relataban los catalanes hace dos dÃas. “Por encima de 8.000 metros y con vientos de más de 100 kilómetros por hora. Sabemos que tenemos pocas esperanzas de volver a verlos vivos. La emisora está todavÃa conectada, hemos dejado de emitir, pero tenemos la esperanza de volver a recibirâ€.
Fuentes: www.k2climb.net, Expedición K2 Magic LÃne 2004