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'Restaurada' la parte baja de la Serón-Millán; recuperada la 1ª directa a un gran Mallo

04 de Mayo de 2010  |  Comentarios (3)
Se han “restaurado”, más que reequipado, los 6 primeros largos -que ahora se evitan por el collado del Puro-, con permiso de los aperturistas, desde abajo. Una escalada clásica y comprometida; Riglos en estado puro
Se han “restaurado”, más que reequipado, los 6 primeros largos -que ahora se evitan por el collado del Puro-, con permiso de los aperturistas, desde abajo. Una escalada clásica y comprometida; Riglos en estado puro

Advertencia: Se ruega a aquellos que quieran intentar la vía que lean atentamente lo que los reequipadores exponen. En ningún caso esta vía, tras el reequipamiento, puede considerarse de deportiva, como ha ocurrido en algunas actuaciones sobre vías clásicas en Riglos en los últimos años. De hecho, la intención de los reequipadores ha sido la de preservar una vía clásica y fuertemente comprometida, un fiel exponente de la historia de Riglos, con un gran componente psicológico, representación del antiguo estilo de escalada de los Mallos, frente a la deportivización que los mismos han sufrido en algunas de sus zonas y en algunas de sus grandes vías clásicas. Ésta es la recomendación de los reequipadores: “una escalada muy exigente y en ocasiones expuesta, por lo que se recomienda a quien vaya a repetirla que conozca suficientemente la roca riglera, así como que tenga suficientemente consolidado el grado obligado (V+/6a) y controle bien el aspecto psicológico de una escalada de estas características.”


Serón-Millán: recuperación de un clásico del Pisón

“El actual reequipamiento de la parte inferior -restauración, habría que decir- se llevó bajo el más estricto seguimiento a la ética de los reequipamientos, respetando la personalidad de la vía tanto en lo referente a su itinerario, como al número de seguros emplazados: la restauración se realizó con el permiso de los aperturistas, realizada desde abajo y sustituyendo seguros viejos por nuevos, llevado esto último a cabo sin añadir mayor número de anclajes que los que ya existían; aún diría más, ahora hay menos anclajes de los que había en un principio al eliminar la sobreacumulación de buriles en las reuniones.”

Quien así habla es Alex Puyó, que junto a Felipe Guinda y Pedro Barón han sido los artífices de la recuperación de esta vía clásica que tan pocas veces ha sido repetida como se concibió, hasta el punto de haber quedado totalmente desdibujada y descafeinada, especialmente tras la reequipación de la parte superior, desde el collado del Puro.

Os recomendamos leer el artículo que hace 3 años publicamos sobre la historia de esta vía, con motivo de su 50 aniversario. Pinchando aquí podéis acceder a él. La importancia de esta vía, además de por su dificultad y belleza, radica en que fue la primera gran directa a un Mallo, hace ya 53 años. Por eso merecía la pena que no se olvidara, y que recuperara su verdadero espíritu

Nos lo cuenta Alex Puyó:

“Pasaban los años y eran escasísimas las cordadas que se aventuraban a subir la Serón-Millán sin atravesar desde el collado del Puro y quienes lo hacían, la mayor parte de las veces terminaban rapelando desde la primera o segunda reunión. Muestra de estos abandonos era la acumulación de cordinos, buriles y clavos en las primeras reuniones, llegando a encontrarse en "el trono" una unión de diversos anclajes que sumaban dos metros de extremo a extremo... y ésta era sólo una de las tres reuniones similares que entre la "cicatriz" y el "trono" existían.

Hace unos años (por la fecha que pone en los clavos colocados como químicos, fue probablemente en el año 2002) los Grupos de Montaña de la Guardia Civil reequiparon la chimenea, dejando involuntaria y definitivamente condenada al olvido la parte inferior con su acumulación de material arcaico e inútil para su función. Ese reequipamiento de la parte superior atrajo consecuentemente a más escaladores a realizar la chimenea de la Serón-Millán que, a falta de otro itinerario más seguro, accedían a este tramo superior a través de la Normal del Puro. La consecuencia de ese reequipamiento "a medias" de una vía se hizo evidente a los pocos meses: las típicas aglomeraciones en la Cueva del Puro, uno de los puntos más conflictivos de Riglos en lo que a masificación se refiere, se agravaron y el pandemónium de escaladores que subían, que bajaban y que se quedaban bloqueados en el desplome de la cueva llegó a formar escenas muy curiosas.


El actual reequipamiento de la parte inferior -restauración, habría que decir- se llevó bajo el más estricto seguimiento a la ética de los reequipamientos, respetando la personalidad de la vía tanto en lo referente a su itinerario, como al número de seguros emplazados: la restauración se realizó con el permiso de los aperturistas, realizada desde abajo y sustituyendo seguros viejos por nuevos, llevado esto último a cabo sin añadir mayor número de anclajes que los que ya existían; aún diría más, ahora hay menos anclajes de los que había en un principio al eliminar la sobreacumulación de buriles en las reuniones. Sólo se ha modificado mínimamente el emplazamiento de los anclajes fijos en unos pocos casos para evitar rozamiento innecesario y evitar las cornisas en las caídas. De la inutilidad real del material encontrado se podría hablar largo y tendido, pero pondré sólo tres ejemplos:

1.- buril que salta en el muro del primer largo haciendo una suave palanca
2.- clavo retorcido que se parte al principio del tercer largo al primer intento de extraerlo
3.- clavo que salta en el nicho del segundo largo con la tensión producida en la cuerda por una caída ¡¡del segundo de cordada!!


Toda esta explicación viene a cuento porque, tras obtener el permiso de Cintero en 2009, la noticia corrió de boca en boca entre los veteranos y dicha restauración despertó muchas dudas en escaladores a los que tengo mucho aprecio: Villarig y Jesús Bernal no veían clara la necesidad de reequipar la vía y abogaban por dejarla como estaba.

En mi opinión, la vía en absoluto ha quedado en "concepción deportiva" y sería un error afrontarla como tal; tras el reequipamiento de la parte superior era necesario hacer lo propio en la parte inferior, ya que se quedó una vía completamente desvirtuada en su conjunto y olvidada en su parte más difícil y meritoria, llegando a darse el caso de que mucha gente desconocía la existencia de esa mitad inferior de la Serón-Millán. Desde que los aperturistas abrieron la vía, muchos escaladores fueron dejando material a lo largo de su recorrido cuando no se fiaban de la resistencia de aquello que encontraban ya puesto, siendo en su momento material fiable, pero que con la corrosión y el paso del tiempo han dejado de ser eficaces para detener una caída o, en algún caso como los ya relatados, incluso para sostener el peso de una persona. La acumulación de "ferralla" y cordinos, especialmente numerosa en las reuniones, era escandalosa a la vez que poco útil. Quien colocara en su día esos anclajes lo hizo para que le aguantara una hipotética caída y hoy en día, en buena parte, ese material ya no cumplía con su función.


Tras el tercer día de reequipamiento, en el que se llegó al nivel de la base del Puro, se dejaron cuerdas fijas entre la primera y tercera reunión para facilitar el trabajo que quedaba por hacer. Aunque el reequipamiento nunca se llevó en secreto, la evidencia de las cuerdas ponía de relieve que se estaba trabajando en el itinerario y fueron varias las cordadas que se lanzaron a escalar la vía, casi todas bajándose al llegar a la última reunión equipada, con excepción de la cordada formada por Toño Carasol y Gregorio Villarig que continuaron también por terreno sin reequipar hasta el collado del Puro.

En la Semana Santa, una cordada de croatas que escalaba el tercer largo sufre un accidente. Un bolo que se desprende provoca una tremenda caída de unos 15 metros del primero de cordada detenida por el puente de roca y sin consecuencias demasiado graves para lo que podía haber pasado. La mejoría del tiempo en abril hace que la gente se arremoline en la base de la vía y son varias las piedras que caen muy cerca de los curiosos. Definitivamente, parece ser que la tranquilidad con la que se trabajaba las primeras veces, no se va a repetir hasta que no vuelva el frío.


Todo esto hace que la ética de la apertura se deje con rabia a un lado y los reequipadores van a lo práctico y rápido, accediendo a los dos siguientes largos (cuarto y quinto) desde el collado del Puro, pero manteniendo el criterio de perforar sólo para sustituir aquellos anclajes o buriles que no aguantarían una hipotética caída, quedando en definitiva una escalada muy exigente y en ocasiones expuesta, por lo que se recomienda a quien vaya a repetirla que conozca suficientemente la roca riglera, así como que tenga suficientemente consolidado el grado obligado (V+/6a) y controle bien el aspecto psicológico de una escalada de estas características.

Espero que este trabajo sirva para que quien recorra estos muros admire el buen hacer y la valentía de los cuatro excepcionales aperturistas: Rafael Montaner, Ángel López "Cintero", Alberto Rabadá y Pepe Díaz.”


Reseña y Croquis:

Ubicación del pie de vía: tomar como referencia la marcada chimenea a la derecha del Puro por la que discurre la vía y situarse en la vertical, bajo un pequeño árbol que se encuentra a 30 metros del suelo al nivel de la segunda reunión. Desde ahí, seguir remontando la cuesta a pie de vía unos 10 metros, junto a un muro gris bajo un visible nicho horizontal alargado a 7 metros del suelo.

L1: Escalar fácilmente el muro hasta llegar al nicho a 7 metros del suelo, que se recorre de derecha a izquierda en su totalidad. Recomendable proteger la salida del nicho (C4 1, el siguiente parabolt está cerca, pero el suelo también). Escalar el muro (V) hasta una repisa y atravesarla hacia la izquierda atravesando dos nichos. A la salida del segundo, arriba, está la reunión.

L2: Superar la panza que domina la reunión (6a+) por su izquierda y escalar con ligera tendencia a la derecha hasta alcanzar un nuevo nicho, del que saldremos hacia arriba por su izquierda para alcanzar fácilmente "el trono", repisa de la segunda reunión.

L3: Comenzar por un corto diedro encima de la reunión y salir de él (V+) con tendencia a la izquierda hacia otro diedro poco marcado. Por terreno muy fácil pero expuesto (un solo puente de roca en 10 metros) alcanzar un parabolt que marca el comienzo de la diagonal hacia la derecha que, buscando los pasos más fáciles, nos lleva a la reunión.

L4: Escalar el muro a la izquierda de la marcada fisura situada encima de la reunión y, una vez superada, seguir fácilmente por un muro hasta llegar a la cueva (vivac en la primera ascensión). Superar trabajosamente el techo (6b/A0) y tras un corto paso de diedro (recomendable proteger) llegar a la reunión.

L5: Seguir sin problemas por el diedro, con atención a la pésima roca del muro de la derecha. Llegar a la cueva -más fácil de lo que parece desde abajo- protegida con un clavo y un puente de roca (V+) y al llegar a las cornisas herbosas y terrosas de debajo del collado del Puro, desplazarse a la derecha bajo la chimenea en busca de la reunión. Posibilidad de enlazar L4 + L5 (53 metros).

L6: Superar el corto muro situado encima de la reunión y por un corto diedro (IV+), entrar en la reunión a la que llegan los que vienen desde el collado del Puro.

L7: Comenzar por el profundo diedro hasta la panza que lo cierra (V+) bien visible desde la reunión. Tras superarla, continuar en la misma tónica y al llegar a una entosta en forma de cuña, desplazarse a la derecha de esta cuña, encontrando inmediatamente la reunión. Posibilidad de enlazar L6 + L7.

L8: Fácil largo (IV+) en el que el diedro definitivamente se convierte en chimenea avanzando fácilmente en X gracias a la cercanía de las paredes y al tamaño generoso de las presas.

L9: Largo muy corto (IV+) con las mismas características que el anterior. Posibilidad de enlazar L8 + L9.

L10: La chimenea se va cerrando (V) hasta terminar convirtiéndose de nuevo en diedro. Reunión a la izquierda en la cornisa "edílica" (vivac en la primera ascensión) utilizada antes del reequipamiento para terminar por el escaqueo de la izquierda, pero con el primer seguro un poco alejado si vamos a seguir por la vía original.

L11: Seguir por el diedro aprovechando la fisura y las presas del muro de la izquierda (6a) hasta que se pierde verticalidad progresivamente y se alcanzan las primeras sabinas de la cima. Ultima reunión con dos paraboles sin argolla a la derecha de la segunda gran sabina en terreno ya definitivamente tumbado. Posibilidad de enlazar L10 + L11 (55 metros).


La Serón Millán,


Foto de la vía

Reseña

Reseña original

Material viejo retirado

Reequipada desde abajo

En la pared

Uno de los "tinglados" limpiados y sustituidos

Un viejo anclaje

Otra de las reuniones sustituidas

Reunión durante el reequipamiento

Travesía en el primer largo

Un viejo clavo

Tags: Alpinismo

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Comentarios

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3 comentarios

3. Mane y Maria - 12 Oct 2010, 23:04
Hola soy Mane, de Ejea en primer lugar quiero hacer este comentario respetando a todos los escaladores que van a Riglos,tanto aperturistas,deportivistas,equipadores y reequipadores.Hoy dia 12-10-2010 mi amigo Paco y yo hemos escalado la Seron Millan desde su salida original,puesto que nos informamos de su reequipacion. Sirva este comentario de "AVISO" tanto a escaldadores como a excursionistas que van a pie de via del tremendo peligro que supone el pasear por debajo,escalar esta via y sobre todo para el segundo de cordada,por la continua delicadeza de la roca en que se encuentra dicha via que aun tanteando de manos y pies con muchisimo cuidado es imposible el evitar que desprendas los tipicos "BOLOS"rigleros. Hoy no ha pasado nada porque no,pero mi compañero a sufrido golpes de los "BOLOS" y los transeunte que abajo habia no les ha partido la cabeza de milagro.Muy importante al que se decidad hacer esta via.QUEDA MUCHO POR CAER DE ESA PARED.CREO QUE NO DEBERIA SUBIR NADIE PUES ESTA EQUIPADA PERO NO LIMPIA.

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2. elales - 04 May 2010, 12:26
Hola, mamadou: Esa foto está tomada desde el suelo. El primer seguro es un parabolt y desde ahí entras en al nicho y sigues en travesía hacia la izquierda. La salida del nicho es muy importante asegurarla (el Camalot rojo entra a cañón en el extremo izquierdo del nicho) porque debido a la travesía, hay bastantes metros de cuerda y apenas se ha ganado altura desde el suelo. En ese punto está el escalador de la fotografía. Después hay un parabolt en el muro y se llega a la fácil cornisa, asegurada con un clavo y un buril hasta la reunión. Salud!!

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1. mamadou - 04 May 2010, 11:44
Tengo una pregunta para los "restauradores". En la foto "travesía en el primer largo", parece que desde el ángulo hasta el escalador no hay ningún seguro, excepto un bolo natural que pasa la cuerda por encima y que quizás hiciera de seguro en caso de caída. Es eso así? porque entonces entiendo a qué os referís cuando habláis de que habéis respetado la vieja escuela y que es una vía comprometida!! :-) Me gusta lo que habéis hecho y que Riglos aún conserve vías así. Sobre todo después de lo que hicieron con la directísima.

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