“Estamos vivos", fueron las palabras que me lanzó Jorge cuando me lamentaba al contemplar sus dedos de la mano izquierda. Nos atrapó, nos arrastró hasta que la grieta nos detuvo.”
Son las palabras de Martín Ramos desde Katmandú. Ha afirmado que se encuentran bien físicamente, pero parece ser que el asturiano Jorge Egocheaga tiene una mano dañada que les impide continuar con la expedición. Así que un helicóptero les evacuó hasta Katmandú, en donde esperan poder regresar a España en cuanto se solucionen las gestiones de billetes.
Llegaron el pasado sábado día 21 al campo base. Enseguida se pusieron a trabajar, ascendiendo hasta el campo 1 y realizando un depósito. Un día después, entre el campo 1 y el lugar en el que pensaban montar el 2, esta avalancha cayó sobre ellos, provocando el final de la expedición y el regreso a casa, aunque con el alivio de saber que el accidente no ha sido grave.
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