ASOCIACION ESPAÑOLA DE GUIAS DE MONTAÑA
Tras la reciente situación producida por el accidente de barranquismo ocurrido en la Gorga de Saxeten (Suiza), y debido a la tremenda repercusión y alarma social que dicho accidente ha causado, nos parece oportuno ofrecer a la opinión pública las siguientes consideraciones acerca de la seguridad y los "deportes de riesgo".
El que estos se desarrollen en la montaña, en plena naturaleza, es uno de los principales alicientes y atractivos. Esa grandiosidad, esa sensación de estar en medio de algo "salvaje", no alterado por el hombre, conlleva como contrapartida, el estar expuesto a cierto tipo de riesgos. Objetivos (los propios del medio, tales como desprendimientos, los derivados de las condiciones meteorológicas como rayos,…) y subjetivos (derivados de los propios participantes y sus decisiones). Existen estudios cientÃficos como la tesis elaborada por el Doctor Avellanas "Estudio epidemológico de los accidentes de montaña en España en los últimos 25 años" que nos ofrecen múltiples datos acerca del tipo de problemas que pueden dar lugar a un accidente. En cualquier caso, en la montaña la seguridad absoluta no existe, como tampoco en otros órdenes de la vida (circulación por carretera, en avión, en ferrocarril.)
Quien accede a practicar los llamados "deportes de riesgo" debe ser consciente de que el grado de riesgo puede disminuir al mÃnimo posible conociendo el medio, los materiales, la técnica y las elementales reglas de seguridad. Obtener dichos conocimientos y una experiencia adecuada y suficiente conlleva tiempo y esfuerzo. Desde los orÃgenes de estos deportes hay quienes optan por acudir a profesionales para que sean estos quienes se desenvuelvan en las maniobras técnicas, prevengan riesgos, solucionen los posibles problemas y tomen las decisiones.
El colectivo profesional de guÃas siempre ha sido consciente de la grave responsabilidad que esto supone. Por ello se ha preocupado de formarse y reciclarse adecuadamente, de utilizar los materiales más adecuados a la actividad que se ha de desarrollar, de contratar seguros de responsabilidad civil y de accidentes, de establecer el número de máximo de clientes por guÃa en función de la salida,… En cualquier caso, debemos señalar que los profesionales que funcionamos asà lo hacemos por propia iniciativa, ya que no tenemos, en general, la obligación de hacerlo. Salvo alguna regulación que hace referencia a un entorno muy concreto, como la actualmente vigente en la Sierra de Guara (Huesca), en el resto del territorio la administración no ha regulado al respecto. Sà que se están desarrollando por parte de la administración diversas iniciativas para cualificar a profesionales, pero mientras las empresas que ofertan actividades no tengan la obligación de utilizar a dichos titulados y de respetar ciertas normas de seguridad, creemos que el consumidor está en situación de desprotección.