El número de turistas extranjeros ha descendido en casi un 60% |
El nivel de entrada de divisas en Nepal está por los suelos; el país no había visto un déficit como éste desde que abrió sus fronteras al turismo, hace cinco décadas. Ahora es cuando las autoridades se dan cuenta de hasta que unto la riqueza de Nepal depende de las visitas de los extranjeros, y de la gravedad de la situación que, además, no parece que vaya a calmarse.
Los atentados del 11 de septiembre fueron un mazazo para el sector turístico a nivel mundial. La gente estaba demasiado preocupada por el curso de los acontecimientos y el simple hecho de coger un avión se había convertido en algo incómodo y relativamente arriesgado. Sin embargo, Nepal no tenía que haber salido tan mal parado del caso, sobre todo cuando el escenario de la guerra se situó en otros países. A nivel de turismo de montaña, inmediatamente tras el 11S, este país asiático, tradicionalmente pacífico y hospitalario, parecía una buena opción en comparación con el problemático Pakistán, fronterizo con la ‘zona de guerra’ entre Estados Unidos y Afganistán, las montañas de la India, demasiado cerca de la franja de Cachemira, o las cordilleras ubicadas en China y en repúblicas ex soviéticas, donde las primeras medidas que se tomaron incluían el cierre de fronteras.Por cada turista que llega a Nepal, diez de sus habitantes obtienen trabajo |
Pero entonces, entraron en escena los maoístas. En realidad, llevaban años formando parte de la escena política nepalí, pero sus acciones armadas no habían tenido demasiada repercusión a nivel internacional por haber tenido lugar en zonas rurales, lejos de los centros de atención turística. Sin embargo, en noviembre la situación se descontroló: una serie de atentados que se saldaron con más de cien muertos, forzaron al Gobierno a decretar el estado de Emergencia en todo el país. Ya no podía disfrazarse como ‘incidentes aislados’ una situación de inestabilidad generalizada. Las medidas de urgencia, según se dijo, se mantendrían durante un periodo de tres meses (justo para que la calma hubiera sido restablecida a tiempo para el premonzón).
Han pasado los tres meses, y la calma no ha vuelto; más bien, se ha marchado definitivamente. Los enfrentamientos se multiplican, las zonas atacadas incluyen ya las afueras de Katmandú y algunas zonas frecuentadas por turistas extranjeros, y el número de victimas entre militares y guerrilleros maoístas se incrementa día a día. El gobierno ha prolongado el Estado de sitio de manera indefinida. Por si fuera poco, hace un mes estallaron dos bombas en el aeródromo y el pueblo de Lukla, el punto de partida para los trekkings más frecuentados del país: los que recorren el valle del Solo Khumbu (entre ellos, los que terminan a los pies del Amadablam, el Mera y el Island Peak, o el mismo Everest. Se trató de dos bombas caseras que no causaron víctimas, pero el aeropuerto se cerró al público, y la repercusión en prensa internacional, justo en el momento en que muchos viajeros se disponían a reservar sus billetes para viajar a Nepal en primavera, ha tenido una respuesta inmediata.El gobierno ha abierto 103 nuevos picos a los alpinistas |
Los diferentes Ministerios de Asuntos Exteriores recomiendan precaución a la hora de viajar a Nepal, cuando no directamente desaconsejan este viaje. Aunque no se han registrado ataques de guerrilleros maoístas a grupos de montañeros o turistas, el Foreing Office advierte que la inestabilidad en Nepal puede traer problemas indirectos. Por ejemplo, y dada la predilección de los guerrilleros por seleccionar y atacar aeródromos y bases de policía o militares, en caso de que ocurriera un accidente en la montaña, es posible que los equipos de rescate no pudieran disponer de un helicóptero con el que evacuar heridos.
Por otra parte, algunos turistas hablan de grupos maoístas (o que se hacían pasar por ellos) que han intentado atracarles o extorsionarles.