Mingma G, primer nepalés en conseguir los 14 ochomiles sin oxígeno
Primeras cimas de la temporada en Shisha Pangma. Mingma G, 14 sin O2.
Mingma Gyalje Sherpa publica una larga crónica de lo acontecido en el K2, en cuanto él y sus compañeros consiguieron la 1ª cima invernal de la historia.
Habían sido décadas de intentos hasta que ellos lo consiguieron. Abrieron la ruta, cargaron con cantidades ingentes de cuerda y material mientras subían, y además entraron los 10 en cima juntos cantando su himno nacional.
Después han venido las alabanzas, y las críticas. Sin embargo, el esfuerzo que tuvieron que hacer fue casi inhumano y, en estos momentos, quizás no haya otro grupo en el mundo capaz de realizar algo así en tan poco tiempo, y cargando y trabajando.
Mingma G., el líder de una de las dos expediciones que se unieron para alcanzar la cumbre, publica ahora todo lo acontecido desde que empezó en Nepal a preparar la expedición hasta el día de cima.
Para la historia quedan los nombres. Los miembros del equipo de Nirmal Purja fueron él, Mingma David, Dawa Temba Sherpa, Pemchhiri Sherpa, Gelje Sherpa, y Mingma Tenzi Sherpa. El equipo de Mingma G estaba compuesto por él, Dawa Tenzing Sherpa y Kilu Pemba Sherpa. Y el equipo de Seven Summit Trek aportó a Sona Sherpa para apoyar, ya que la montaña para los clientes de SST la estaban abriendo estos otros dos grupos independientes.
Los sherpas nepaleses somos considerados como la columna vertebral de la escalada de los ochomiles, y cuando me di cuenta de que no había ningún nepalés en la lista de primeros ascensos a ochomiles me sentí avergonzado. El K2 era el último que quedaba por coronar, y si no lo hacíamos nosotros, perderíamos la última oportunidad.
La razón es sencilla: nos sentimos orgullosos del legendario Tenzing Norgay por conseguir la primera cima de la historia en el Everest, y quería que nuestros futuros alpinistas nepaleses se sintieran orgullosos porque nosotros conquistáramos el K2.
Esta es la razón que me llevó este año a prepararme concienzudamente para el K2 invernal este año.
Pocos días antes de partir uno de ellos decidió no tomar parte de la expedición. Esto provocó una fuerte presión de las esposas de Dawa y Kili para que tampoco fueran. Ambos trabajan en Noruega en verano, y sus jefes allí también les pedían que no fuera. En realidad, era un consejo sensato.
Esto me provocó problemas, porque lleva de 4 a 6 semanas conseguir un permiso de escalada en Pakistán, y no podía cambiar los miembros en el último minuto. Si hubiera sido más fácil, no habría tenido problemas para conseguir otros alpinistas, porque yo pagaba con los gastos, y además cobraban por los espónsors de material.
Finalmente les convencí a ellos dos, y partimos rápido a Pakistán, antes de que cambiaran de opinión.
El 13 de diciembre comenzamos la aproximación desde Askoli, ya con nieve. Nuestros porteadores provenían de Baltistan, muy fuertes y siempre alegres. Nos llevó 6 días alcanzar el campo base, y desde el segundo tuvimos que abrir huella en nieve profunda, no fue fácil.
El 18 de diciembre llegamos al campo base, y dí 4.000 rupias pakistaníes de propina extra a cada porteador, además de toda la comida fresca para su vuelta a casa.
Ellos fueron quienes comenzaron a forjar nuestro éxito en el K2.
Los días 19 y 20 descansamos. La razón fue el debate sin fin sobre qué invierno seguir, el meteorológico (del 1 de diciembre al 28-29 de febrero) o el astronómico (del 21 de diciembre al 21 de marzo). Como no queríamos controversia, decidimos esperar hasta el 21 para empezar.
Pensábamos que podíamos finalizar la expedición en 3 semanas, si el tiempo permanecía estable, porque la ruta hasta el campo 1 ya había sido abierta (por Ali Sadpara, Sajid Sadpara y John Snorri), y podíamos empezar a trabajar por encima del campo 1. Además, al ir sin clientes, teníamos que cargar menos, no teníamos que estar subiendo y bajando guiando y facilitándoles la aclimatación, y podíamos avanzar más rápido.
En ese momento no esperábamos ayuda del resto de equipos, y teníamos mucha confianza en nosotros mismos.
El día 22 de diciembre comenzó nuestro trabajo fijando cuerda hacia el campo 2. Nos llevó 7 horas llegar. No podíamos creer que habíamos abierto y equipado la ruta en tan solo 1 día. Partimos en un día soleado, pero el viento fue creciendo. Teníamos miedo de las congelaciones, así que trabajábamos con las manoplas, y esto nos molestaba en las maniobras de clavado y de nudos. Kili lideró la mayoría del terreno, y yo abrí las partes más técnicas de hielo.
Sobre las 4 de la tarde terminamos de equipar la última parte de la Chimenea, y descendimos rápidamente. Ya era de noche cuando estábamos de vuelta en el campo 1, bajo la luz de nuestros frontales. Pasamos otra noche en el campo 1, y el día 23 volvimos al campo 2 cargando tiendas, cuerda y material de escalada.
Fue un día muy ventoso, la escalada fue agotadora, y pasamos mucho frío. Corrimos el riesgo de subir al campo 2 en un día así porque ya habíamos instalado la cuerda. Dejamos el equipo en el campo 2, y regresamos de tirón al campo base, llegando de nuevo de noche bajo la luz de los frontales. En realidad, estábamos al final demasiado cansados para encontrar la ruta, así que llamamos a nuestro cocinero y vino a buscarnos.
El parte indicaba 3 días de mal tiempo. Entonces ya había llegado el otro grupo nepalés, liderado por Nirmal Purja.
El 27 subimos al campo 1, y el 28 instalamos el campo 2 superior a 6.800m. El mismo día, tras instalar el campo, Kili y yo fijamos 400 metros de cuerda más, y volvimos al campo a la luz de nuestros frontales. Pasamos nuestra primera noche allí.
Al final del día nos juntamos de nuevo los 3 en el campo 2, con la idea de fijar hasta el campo 3 al día siguiente. De los 900 metros de cuerda de 6mm de alta calidad y muy ligera de cargar queríamos guardar al menos 600 para el día de cima, y con los 300 metros restantes no nos daba para llegar al campo 3. Así que nos tuvimos que coordinar con Nirmal Purja.
Espero que no vuelva la polémica al decir esto: nos aseguramos de la seguridad de los alpinistas, y ningún accidente tuvo lugar en estos puntos.
Llegamos hasta los 7.300m, justo debajo de la sección de hielo antes del campo 3. En ese momento llegó Mingma Tenzi, del equipo de Nirmal Purja, y nos ayudó a tirar los 90m de cuerda a través del hielo, hasta que paramos y depositamos los 600 metros de cuerda restantes. El campo 3 suele estar 200 metros por encima de ese punto, así que descendimos porque se hacía tarde.
Unos 200 metros por debajo nos cruzamos con Nirmal, que cargaba con 200 metros de cuerda de 10 mm bastante pesada. Fue bonito verles: a pesar de que ni Mingma Tenzi ni él estaban aclimatados, subieron hasta el campo 3 cargados de cuerda para ayudarnos. Habíamos hecho mucho del trabajo duro del K2, pero quedaba el camino al campo 4 y a cumbre.
En el campo a 7.000m, los 5 nepaleses nos presentamos formalmente unos a otros, compartimos té, y discutimos nuestros planes.
A los 5 minutos ya habíamos decidido que su equipo y el mío serían uno solo. No estábamos guiando, y ambos escalábamos por Nepal y comunidad de la montaña.
Esa noche fue horrible. El viento no cesaba, y Kilu comenzó a quejarse de dolor en el pecho. Su nivel de oxígeno era solo de 43, lo que era preocupante. Le administramos oxígeno, pero decía que con él respiraba peor, y se lo quitó. La noche pasó y descendimos al campo base el día 31, cruzándonos por debajo del campo 1 a algún miembro de Seven Summit Treks, en su primera incursión en la montaña.
Para el día 2 habían dado bueno, un día perfecto para abrir hasta el campo 4, pero estábamos demasiados cansados, y decidimos esperar hasta la siguiente ventana de buen tiempo, que se anunciaba como pronto para el 8. Esto nos fue genial, porque Kili estaba enfermo, y yo tenía los pies heridos por las botas, y pudimos recuperarnos.
El día 10 de enero, el equipo de Nirmal subió hasta el campo 2 para comprobar el equipo y llevar cuerda, oxígeno y otros materiales. Al llegar allí descubrieron que no quedaba nada: el viento se había llevado todo. Al regresar nos reunimos para discutir nuestro nuevo plan.
Decidimos que Nirmal Purja y su equipo partían el día 12 y nosotros el 13, descansando ambos el día 14 en el campo 3. Así ellos llegaban al campo 3 antes, veían qué parte de nuestro equipo se había perdido, y lo podíamos subir, llegando de tirón del campo base al 3. Por suerte, todo el equipo estaba intacto dentro de la tienda rota.
Nos avisaron de que los otros equipos no venían porque no habían aclimatado bien, no tenían nada instalado por encima del campo 2, y no estaba tirada la cuerda por encima del campo 3. Tampoco nadie creía que pudiéramos alcanzar la cumbre si lo intentábamos.
Entonces Nirmal tuvo la idea de que llegáramos todos juntos a la cima y cantando el himno de Nepal. Esto hizo que todos nos sintiéramos muy ilusionados y patrióticos. Nos dio el empuje de energía y coraje que necesitábamos.
Desde allí vimos al equipo de Nims por encima de la Chimenea House, y supimos que no les iba a dar tiempo de llegar al campo 3. Estaban cansados de la carga tan pesada del día anterior, con 35 kilos cada uno, porque no habían subido nada anteriormente hasta los 7.000m. Les dijimos que dejaran allí la cuerda, y la cargaríamos nosotros al pasar, porque al tener arriba nuestro oxígeno y cuerdas, íbamos más ligeros. Entonces Nirmal nos llamó y nos dijo que nuestro material del campo 3 estaba bien.
Nirmal afirmó que el plan del 15 debía cambiarse al 16 por variación del parte meteorológico, para ese día era mejor. Su parte mostraba fuerte viento para el 14, y podíamos sufrir severas congelaciones. Pero me llegó mi nuevo parte, que mostraba buen tiempo el 14, y fuerte viento el 15.
Lo compartí con ellos, pero dudaban, porque venía de Nepal, y el suyo era de expertos extranjeros. No sabíamos si continuar hasta el campo 3 o descansar, así que decidimos dejarlo para la mañana siguiente, al recibir el nuevo parte.
Por la mañana mi nuevo parte informaba de mejor tiempo el 14 que el 15. Lo miramos Nirmal y yo, y también vimos que no había viento. Decidimos ir hasta el 3, pasar allí la noche, y también hablamos que podíamos emplear un día extra en equipar hasta el 4, y poder comprobar las condiciones de la zona alta de la montaña. Estuvimos de acuerdo.
Llegamos al campo 3, y nos alegramos de haber tomado la decisión. Fue un día soleado y con poco viento.
A las 5pm aún estaban tirando cuerda, les dijimos que volvieran, pero continuaaron, hasta fijar casi 300 metros y agotar las estacas de nieve antes de descender. Llegaron al campo casi de noche.
Dudábamos de si al día siguiente descansar o seguir fijando hasta el 4. Al final, quienes habían descansado en el 3 partían a la mañana siguiente, y así todos estábamos igual de descansados y cansados al haber dividido el trabajo. Teníamos 1.200m de cuerda para el ataque a cima, y decidimos que cada uno cargaríamos con 100, y dividiríamos también las estacas y tornillos.
Esperábamos fuertes vientos esa noche, pero fue tranquila y dormimos bien.
Fijé 200 metros por encima de donde había llegado Nirmal el día anterior. Esperé a Mingma David y Mingma Tenzi para que me trajeran más cuerda. Les dije que quizás podríamos tirar hacia la izquierda y seguir la ruta Cesen, pero David dijo que era mejor seguir la ruta de verano. Ya habiamos subido por ella en verano con éxito, y la otra vía era una incógnita, así que seguimos por ella.
Fijamos otros 200 metros, y justo antes de la muralla antes del campo 4, encontramos una enorme grieta que era imposible de superar. Lo intentamos más a la derecha, y tampoco. Descendimos algo para intentarlo por la izquierda, y lo mismo. Así que regresamos al campo 3 y comenzamos a fijar cuerda de nuevo por la ruta que había sugerido.
La grieta continuaba, pero había un punto en el que un serac había colapsado cubriendo la parte superior de la grieta. Era complicado y arriesgado cruzar, pero me aseguraba Mingma Tenzi y lo hice, fijando la cuerda. Seguí 100 metros abriendo en nieve fresca hasta que no pude más y me sustituyó Mingma Tenzi.
Ese día tuvimos muy buen tiempo por encima del campo 3, pero sin embargo quienes estaban por debajo de 7.000m sufrieron de fuerte viento.
El camino del campo 3 al 4 suele llevarnos 2 horas, pero nos costó 8 encontrar y equipar el nuevo camino. No pensábamos que nos fuera a costar tanto. Siempre que estamos en la montaña rezamos a ella, y dimos las gracias a la Diosa K2 por aceptarnos.
Para el día 16 se anunciaba un tiempo fantástico, así que planeamos partir a la 1am, con 14 horas máximo para llegar a cumbre y regresar.
Cuando por fin salí, algunos ya estaban cerca del campo 4. Pem Chhiri y Gelje salieron detrás de mí. En 2 horas Mingma David y yo llegamos al campo 4, con viento frío. El tenía allí su botella de oxígeno, y yo cargué 20 metros de cuerda, y seguí. No me di cuenta de que él se estaba ajustando la bota, así que lo hice solo. Le esperé, pero con el viento me quedaba helado, así que seguí.
Mingma Tenzi lideraba, y Dawa Tenzing y Sona le aseguraban. Cada uno llevaba 100 metros de cuerda, y casi se les había acabado. Nosotros ya llegábamos, y llevábamos 400 metros más, lo suficiente como para llegar hasta cima.
Nos juntamos allí, y Mingma Tenzing puso mi piolet como último anclaje. Entonces nos acercamos a él, y en línea echamos a andar con nuestra Gopro de 360º conectada. Cada uno de nosotros se sintió tratado igual, La unidad en el equipo fue total. Estábamos a un paso de cumbre y estábamos emocionalmente conectados con un suceso histórico. Así que no caben preguntas sobre quién llegó antes y quién después.
Empezamos a movernos cantando el himno nacional de Nepal. Era mi tercera cumbre en el K2, pero a la vez me sentía conectado con el orgullo de una nación, y unido emocionamente a mis compañeros. Un momento muy emocionante. Tenía lágrimas en los ojos y mi cuerpo temblaba, con la piel de gallina.
No hubo agenda individual, no hubo ambición individual, solo solidariada y fuerza unida con una visión compartida. Muy orgulloso de todo el equipo por conseguir este logro para Nepal y el resto de la humanidad a través del trabajo duro, el esfuerzo sin egoismo y, más importante, la unidad. Probando que nada es imposible, compartiendo este momento con las comundiades de todo el planeta.
El calentamiento global y el cambio climático es uno de los mayores retos a los que se enfrenta el mundo. La raza humana necesita unirse para enfrentar este problema. Si permanecemos unidos, nada es imposible.
Ningún miembro del equipo hemos sido capaces de describir lo que sentimos en ese momento.
En el campo base habíamos hablado sobre ello. Nirmal nos dijo que al menos uno teníamos que subir sin oxígeno, porque sabíamos que se hablaría y habría debate sobre ello.
En mi equipo Kili y Dawa estaban dispuestos, pero no se lo permití, porque prometí a sus esposas que volverían sanos y salvos. En el equipo de Nirmal era difícil que alguien pudiera, porque nosotros habíamos subido más arriba de 7.000m, pero ellos no estaban bien aclimatados.
El día de cumbre, al encontrarnos en la travesía, no me di cuenta de que Nirmal no llevaba oxígeno. 300 metros bajo la cumbre me percaté. Pregunté si se le había terminado, y Kili me contestó que no lo había usado en ningún momento.
Al día siguiente lo hablamos. Es casi increíble pensar que lo hiciera sin estar bien aclimatado, y en su segunda rotación en la montaña. Aún así asumió el riesgo. Incluso comprobé todas mis fotos del día de cima para comprobarlo. Pensé ¡Este tío es capaz de hacer cualquier cosa en la montaña! Ha roto todos los récords, incluso el K2 en invierno sin oxígeno.
En el campo base empezaron a llegarnos los mensajes preguntando sobre el uso de oxígeno. Nos reíamos leyéndolo, porque los esperábamos. Nims decía que tampoco era tan rato que la comunidad sherpa y pakistaní pudiera escalar sin usarlo. Hubo quien lo alabó por ello, y hubo quien lo criticó. Pero siempre será admirada su escalada.
8 de los 14 ochomiles están Nepal, y todos habían sido ascendidos en invierno por nuestros colegas extranjeros. También el Shisha Pangma y 4 de los pakistaníes. Los sherpas somos la columna vertebral de los ochomiles, y habría sido una pena que no hubiéramos conseguido ninguno. Por eso hicimos este esfuerzo conjunto, por Nepal y la comunidad nepalesa de la montaña.
La gente había empezado a pensar que el K2 no podía ser ascendido en invierno. Solo nosotros sabemos la presión que tuvimos, el esfuerzo que tuvimos que hacer, lo mucho que sufrimos a -65ºC y con viento frío. Ni siquiera podemos explicar lo mucho que nuestras familias sufrieron preocupándose por nosotros. A la vuelta pudimos leer muchas críticas de gente desde el sofá.
Superando todo eso conseguimos la cima el 16 de enero.
Nos sentimos muy tristes de los accidentes, y rezamos mucho para que se produjera un milagro a partir del 5 de febrero. Mis más sinceras condolencias a las familias, Seguimos rezando por la paz de sus almas.
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