Vídeo: los hermanos Pou dividen fuerzas: Apertura en Taghia para Iker, Alta Ruta Suiza para Eneko
Eneko Pou cumple un sueño de juventud en los Alpes, mientras Iker Pou, con Jon Gurutz, abre y escala una nueva vía 8a+ 310 metros en Marruecos.
Fernando Errekalde, Marta Alejandre y Juan Carlos Jiménez, guías de montaña, ascendieron todos los tresmiles pirenaicos en 52 jornadas, de las cuales 40 fueron de actividad, con 64.666 metros de desnivel acumulado. Comenzaron un 1 de septiembre, y terminaron un 22 de octubre. Su camino buscó las crestas y la dificultad. Probablemente, muchos otros elegirán un camino más trillado y enlazado. Quizás más lógico. Pero dudamos que más hermoso
Más de una vez alguien me ha preguntado ¿qué es más duro, hacer expediciones a picos de 8mil metros o subir todos los 3miles del Pirineo seguidos?. Cuando intento contestar esa pregunta pasan por mi cabeza varios factores, porque todos juntos son los que conforman una realidad y la otra. Deportivamente hablando, en los 8miles subes muriendo, tu cuerpo nota como se degrada y tú sigues hacia arriba por pura motivación. En este proyecto noté como mi cuerpo sanaba cada vez más con el paso de los días; los seres humanos estamos diseñados para cazar, entre otras cosas, y estar más de un mes caminando por el monte me hizo sentir pletórica físicamente; noté como el cuerpo se adaptaba a una situación que le resultaba placentera, y que cada día que pasaba funcionaba mejor internamente. Respecto a la dureza física, es difícil de calibrar por lo contado anteriormente, pero si obviamos esa “circunstancia diferencial” de la muerte y la vida entre los 8miles y los 3miles, el proyecto que hemos llevado a cabo en el Pirineo es muchísimo más duro que hacer un 8mil “bajo” (que son los que yo he probado). 64.600m de desnivel acumulados en 40 jornadas de actividad creo que son cifras que hablan por sí solas, aunque a mis interlocutores siempre les digo que basta con partir con una fortaleza física adecuada para que el cuerpo sea capaz de asimilar, como he dicho antes, y disfrutar con lo que le estás pidiendo. Más difícil es el aspecto psicológico, aquí no se muy bien hacia donde inclinar la balanza. En los 8miles, los días de actividad no son los mayoritarios en el mes que te pegas en el monte. Las estancias en los campos base suelen ser largas y machacantes psicológicamente, en ellas es difícil pero necesario no decaer mentalmente en cuanto a motivación, creer en ti mismo cuando llevas 10 días sin poder menearte más allá de los 20 metros cuadrados que suponen el campo base. En el proyecto de los 3miles lo difícil comenzó a ser asimilar que te sonara el despertador un día tras otro a las 4,30h de la mañana y que no había opción de decir que no. Sobre todo para mí cuando comenzaron a llegar los días otoñales cada vez más fríos y oscuros a estas horas del amanecer…. Para ambos tipos de proyectos se necesita disciplina, motivación, ilusión, concentración, grandes dosis de disfrute y emoción. Sin embargo ante la pregunta de con qué actividad me quedaría, no tengo dudas. Me quedaría con los 3miles por muchísimas razones, o a lo mejor no son tantas pero son lo suficientemente importantes para mí como para no tener que pensar en absoluto para dar esta respuesta. El recorrido de todos los 3miles del Pirineo tuve la fortuna de hacerlo con dos amigos del alma y eso ya por si solo conlleva toda una serie de situaciones que son las que moldean realmente mis “montañas”. Las vivencias, las emociones, los sentimientos que afloran a lo largo de los días en uno mismo, los que ves aflorar en tus compañeros; la evolución que ves que va tomando el proyecto, la lucha y el éxito que vas viviendo con cada día de actividad; los altibajos de “la montaña rusa” que suponen este tipo de experiencias apoyado por tus amigos y ellos apoyándose en ti es algo indescriptible por lo íntimo y profundo que supone. Y al final, una vez que ambas experiencias son recuerdos acumulados en “tu mochila de la vida” muchísimo más grande y poderoso es el recuerdo de los 3miles. Es más hondo, más intenso y más enriquecedor. Nunca dejaré de agradecer haberme visto inmersa en esta vivencia, y nunca seré capaz de manifestar a Fer y a Curro la gratitud que siento por esos días que vivimos juntos. |
Ya hace casi dos años de esta actividad. Resulta muy monótono contar lo que hicimos en cada día, ya que todos eran muy similares: madrugón, desayuno rico con frío en las manos, y empezar el día cuesta arriba y cada vez acelerando más el paso. Si el día era sólo de andar, era un no parar, y si tocaba escalar, por lo menos parábamos para poner el arnés y preparar la cuerda. Pisar el primer 3mil del día, marcarlo en el GPS y a por otro, otro y otro más. Y luego cuando terminábamos con los deberes del día nos comíamos nuestro gratificante picnic y a bajar otra vez. Descansar, estirar, tachar de la lista de los 3miles oficiales los que habíamos pisado ese día, confirmar la meteo, replanificar el día siguiente, descansar o movernos a la siguiente zona, preparar la cena y a dormir a la furgo que mañana toca madrugón. Si hubiese sido así, estoy seguro que Fer, Marta y yo solo habríamos aguantado una semana. Realmente no fue así, cada día era muy distinto al anterior. Todos los días hacíamos lo mismo pero cada uno de nosotros tenía una ilusión diferente por realizar la actividad, ya sea que estábamos en una zona del pirineo que ninguno había pisado, o por el contrario que cada día estábamos más cerca de casa y las montañas que veíamos nos resultaban más familiares, que la cresta del día iba a ser especialmente bonita o una de las grandes clásicas. Con el paso de los días y el cansancio acumulado nos empezaban a ilusionar cada vez con mayor intensidad cosas más sencillas, como por ejemplo que hoy no hay que llevar cuerda y la mochila pesa menos, que hoy nos prepararán la cena en un refugio y no tendremos que cocinar nosotros, que hoy me voy a poder duchar y dormir en casa de algún amigo. Ya se veía el final de la travesía y quizás lo que más nos ilusionaba eran las visitas de los amigos, cenar en la furgo con caras distintas, que otras personas escuchasen nuestras tonterías, que nos diesen otro punto de vista y renovasen nuestras coñas. Al final lo hicimos, conseguimos nuestro objetivos. Quizás la clave fue adaptarnos a las condiciones de la montaña, saber disfrutar de todo, tanto del día de descanso que nos ofrecía el mal tiempo como de algunos días de actividad en condiciones invernales, tomarnos esto con la mayor sencillez posible y saber disfrutar de cada momento, de cada cresta, de cada ascensión. |
LAS CONDICIONES
Por motivos profesionales, comenzamos la travesía el 1 de septiembre. Conscientes de que no era la mejor época, sabíamos que además de días de mal tiempo podrían llegar las primeras nevadas al Pirineo dificultando así la progresión por las aristas.
Los días de muy mal tiempo los aprovechamos para ascender cimas aisladas por sus rutas normales, pero resultó inevitable escalar con condiciones adversas.
Fuertes vientos, que a priori no son problema , pero cuando te encuentras en una arista se convierte en tu peor enemigo ya que puede desequilibrarte.
Densas nieblas, que no dificultan la escalada pero dificultan el encontrar los accesos y descensos de las crestas.
Por fin, el hielo y la nieve. El otoño iba avanzando y las nevadas eran cada vez más intensas. Además de obligarnos a cambiar de planes muchas veces nos obligaba a avanzar muy lentos y extremando las precauciones.
De todas formas, todo esto hizo que algunas actividades fueran muy especiales y las recordaremos siempre.
LAS ACTIVIDADES
Dentro de los 52 días que duró nuestra aventura, realmente 40 días fueron de actividad.
Los 12 días restantes los invertimos en descansos, traslados de una zona a otra o preparativos.
Aunque en un principio planeamos descansar cada 4 ó 5 días, nos dimos cuenta enseguida que la meteo iba a ser la que determinara el ritmo cada día. Aprovechamos los días de mal tiempo, en los cuales era imposible caminar, para éstas tareas.
Dentro de los 40 días de actividad, hubo mucha variedad. Desde ascensiones por su ruta normal a alguna cima aislada hasta el encadene de 16 cimas en el día cresteando durante muchas horas.
-Salenques-Tempestades (13-09) D+
-Costerillou-Frondiellas (15-10) D+
-Cresta de las Maladetas (8-09) D
-Cresterío Crabioules-Lezat-Gran Quayrat (20-09) D
-Circo de Coronas (15-09) D
-L'Arête des Trois Conseillers (3-10) D-
-El circo de Gavarnie (20-10) D-
-Cresterio Forquetas-Picos de Eriste (28-09) AD+
-Cresterío Seil de la Baque (21-09) AD+
-Cresta del Alba (12-09) AD+
-Cresterío Pic Maubic- Pale Crabounouse (2-10) AD
-Cresterío Belloc-Gías (22-09) AD
-
El macizo del Vignemale (8-10) AD
-Cresterío Pic Long-Estaragne (6-10) AD-
-Cresta de los Besiberri (4-09) AD-
-Cresta de los Bachimala (29-09) AD-
-Cresterío Culfreda-Loustou (27-09) AD-
-Picos Russel (11-09) PD+
-Cresterío Punta de las Olas-Monte Perdido (21-10) PD+
-Cresterío Veteranos-Bardamina (23-09) PD+
-Cresterío Picos de Infierno-Picos de Argualas (16-10) PD
-Espadas-Posets (24-09) PD
-Circo de Troumouse (12-10) PD
-Cresterío Picos de Infierno-Picos de Argualas (16-10) PD
Describir todas y cada una de las actividades resulta complicado, sería como escribir un diario o porque no un libro.
De todas estas actividades, yo destacaría 3, haciendo un gran esfuerzo, La cresta de Salenques-Tempestades, El Circo de coronas y la Crabioules-Lezat-Quayrat.
SALENQUES-TEMPESTADES
La Salenques Tempestades probablente sea la etapa reina de los Pirineos.
Se trata de una arista muy codiciada entre los pirineístas, por su dificultad, envergadura y porque finaliza en el Aneto, punto culminante del Pirineo.
Es una actividad que tiene dos partes muy diferenciadas. Una primera, desde el collado de Salenques hasta la cima del Pico Margalida, donde el recorrido es evidente, la calidad de la roca es buena y las dificultades se concentran en la escalada de sus numerosos gendarmes.
Una segunda parte, desde el Margalida hasta la cima del Aneto, donde la dificultad técnica baja de nivel, la calidad de la roca es mediocre y la dificultad se centra en la elección del mejor itinerario.
A todo esto, hay que añadir la larga aproximación desde la Besurta hasta el collado Salenques y el descenso desde la cima del Aneto.
Fieles a nuestro estilo planteamos la actividad en el día, con poco peso para poder movernos con soltura. Curiosamente se emplea el mismo tiempo aproximadamente para cualquiera de sus tramos aunque las dificultades sean diferentes.
EL CIRCO DE CORONAS
El Circo de Coronas engloba tres actividades por separado, que uniéndolas conforman una maratón de aristas, de una calidad y belleza espectaculares: la Cresta de Llosas, la Cresta de En medio y la Cresta de Cregüeña.
Para mí fue la sorpresa del Pirineo. De menos renombre que otras pero de una calidad bestial.
Debido a la longitud del recorrido decidimos hacer vivac en los lagos de Coronas. Punto de unión del bucle que forman estas tres aristas. Aquí pudimos dejar el material de vivac y recogerlo durante el descenso.
Con las primeras luces estábamos en plena cresta de Llosas. Una arista horizontal en su primera parte y que va ganando altura conforme se va acercando al Aneto. Variada y con muy buena roca en general, probablemente sea una de las mejores aristas que tenga el Pirineo. La cresta de En medio tiene menos dificultades técnicas, pero al dividir la cara norte de la cara sur del macizo resulta estar en un enclave perfecto. Y por último la Cresta de Cregüeña, en sentido inverso a lo normal, de bajada, que le da por fin el toque diferente a cualquier actividad donde normalmente se desciende caminando.
CRABIOULES-LEZAT-QUAYRAT
La arista Crabioules-Lezat-Quayrat para mí es la mejor. Situada en la zona de los picos luchoneses a mí me resulta especial. Todos tenemos alguna actividad que se nos atraganta, algunas veces por la meteo, otras porque no tienes el día…….. A mí esto me ha ocurrido en esta arista.
El primer tramo, los Crabioules, es una arista sencilla pero muy aérea y de una calidad única. Avanzando hacia el Pico Lezat hay que resolver numerosos gendarmes. Entre ellos el Gendarme Blanco, que aunque no alcanza los 3.000 metros es famoso por su espectacularidad y ambiente.
El tramo entre el Lezat y el Quayrat, aunque mantiene el grado de la actividad pierde en calidad de la roca. Se trata de un tramo técnico con rápeles y pasos muy expuestos debido a la mala calidad de la roca.
Si por mi fuera pondría punto y final a la actividad en la cima del Lezat.
Como anécdota contaros que bautizamos a esta actividad como “Eleonor”.
Todo viene por una película, 60 segundos, donde el protagonista, un ladrón de coches, bautiza a todas sus presas con nombres de mujer. Precisamente “Eleonor” resulta ser su preferida pero que siempre le da problemas cuando trata de robarla. Algo parecido me ocurría a mí con esta actividad.
EL ÚLTIMO DÍA
Aunque aún nos faltaban todas las cimas de Ordesa y el Robiñera, que por motivos de meteo lo tuvimos que dejar para el final, cuando bajamos del Balaitus y las Frondiellas, fue realmente cuando comenzamos a creer que lo íbamos a conseguir.
Ya habíamos concluido todas las escaladas y sabíamos que aunque nevara mucho tarde o temprano los subiríamos todos.
Así nos plantamos bajando de Ordesa y planeando la última ascensión, el Robiñera.
Se acercaron mis padres hasta Villanua, bajo ningún concepto se querían perder este momento.
Sin darnos cuenta habíamos conseguido el objetivo.
Recuerdo este día como algo muy extraño. Estábamos contentísimos de conseguirlo, algo que ni siquiera nosotros creíamos que pudiésemos hacer. Pero se había terminado algo que habíamos tenido entre las manos durante casi dos meses, en los cuales estuvimos totalmente volcados.
¿Y ahora qué? Yo creo que a los tres nos rondaba por la cabeza la misma pregunta. En el fondo hubiésemos continuado, cada día nos encontrábamos mejor y conseguíamos disfrutar aun más del proyecto.
Los tres lo tuvimos bastante claro. Decidimos dedicarnos de lleno a evolucionar en el aspecto profesional, dar el salto y formar nuestro propio proyecto como Guías de montaña (www.guiar-t.com y www.cota3mil.com), para poder transmitir nuestras vivencias de tu a tu y ayudar a muchos pirineístas a cumplir sus sueños.
Creo que los tres formamos un gran equipo. Sabemos la importancia que hemos tenido cada uno, que en algún momento necesitamos del otro y estuvo ahí. Esta fue lo mejor de toda la aventura.
Haber recorrido todas las cimas más altas del Pirineo me deja una gran sensación, como una vista de pájaro. Una sensación de control del Pirineo. Siempre digo que soy capaz de dibujar sobre el papel todos los cordales y valles en el tramo entre la Pica de Estats y el Balaitus.
Aventura más que recomendable. Os animo a que cada uno se plantee objetivos que realmente le apetecen y pelee por conseguirlos. No siempre es necesario viajar a las grandes montañas, tenemos la suerte de contar con el Pirineo, gran escenario, ¡¡¡no dejéis escapar la oportunidad¡!!
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