Reapertura del Refugio de Respomuso, Valle de Tena, Pirineos
Finaliza el parón invernal. Con la llegada de la primavera, el Refugio de montaña de Respomuso reabre sus puertas.
El checo Adam Ondra visita Montanejos por primera vez. En tan solo 2 días consigue, entre otras escaladas, un 8c/9a a vista, un 9a “casi a vista”, y vislumbra un posible 9b+.
Hace ya tiempo que, animado por Juan José Andújar, "Hippie Actitud", Adam Ondra tenía previsto visitar Montanejos. Y finalmente la visita se ha hecho realidad.
Una visita que va a dejar huella. No solo por el asombro de los presentes al ver solucionar vías a vista y como calentamiento que, para la mayoría, supondrían culminaciones a una vida, (incluyendo un 8c+/9a y un 9a “casi a vista”, como veremos) sino también por su cercanía y por alguna lección de ética que, desde luego merece ser conocida.
Le reciben como anfitriones el grupo de amigas y amigos de la zona que forman www.destinoclimbing.com. Carlos Pineda nos envía la crónica y fotos sobre las andanzas del checo en esta histórica zona de escalada.
El sector Pilas Alcalinas se popularizó allá en los 80 con el equipamiento de algunas de las vías más duras y fanáticas de escalada de Montanejos. Entonces, la localidad castellonense del Alto Mijares se convirtió en uno de los puntos más calientes para la comunidad de escalada en la Península.
Fue en el 97 cuando Cristina González y Joaquín Lechuga equiparon “El Gran Bellanco”, 9a, (grado asignado propuesto por los primeros ascensionistas, que se ha asentado en 8c+/9a con las últimas 4 escaladas). 25 metros de desplome que han traído a los escaladores/as más fuertes de todas partes del mundo durante años a visitar este sector. Una vía que sigue siendo deseo de much@s, que poco a poco van progresando por las vías del pilas de derecha a izquierda, soñando con enfrentarse algún día al Bellanco.
Llegan a mediodía, directos del aeropuerto. A Adam y su equipo no les cabe nada más en la furgoneta. Tras unas presentaciones mucho más cercanas de lo esperado, nos damos cuenta de la ilusión con la que viaja este grupo, especialmente Adam, que ya está con la cabeza centrada en ponerse a escalar.
De camino al Pilas, les hablamos de Montanejos y de la cantidad de sectores de deportiva y vías de tapia que pueden encontrar aquí. Ondra encabeza la fila de los pocos que somos y como si lo oliera, coge el desvío al Barranco de la Maimona y va directo hacia el Pilas. Es su primera vez en Montanejos, pero va enfilado al 9a. Llegamos al sector y ya es un poco tarde, hay que ponerse las pilas (nunca mejor dicho). Les explicamos las diferentes líneas con sus respectivos grados y Adam ya está con el arnés puesto.
ADam calienta en la vía “Pilas Alcalinas” (7b+), y la hace fácil, demasiado fácil para cualquiera que conozca la vía (¿Qué esperabas?). Victor Matoxo le recomienda salir con la primera puesta (que es lo habitual debido a la altura de la misma), y Adam no se ríe porque es bastante respetuoso. “No, es buena roca no se va a romper” dice. Llega a la “R” y se gira, “¿Qué, va a escalarla alguien?”. Hippie y Migue Sancho se miran, “Déjala que ya vamos nosotros”.
Apenas descansa, hablando con los pocos escaladores locales que le han acompañado, mirando de reojo al Gran Bellanco. Se viene arriba otra vez, segunda vía de calentamiento: “Manolete paque te metes” 8a+. Y más de lo mismo, se la pasea ante el asombro de todos los que estamos allí. No es que esperáramos otra cosa. Es que asombra de verdad ver tanta fluidez en una vía así. La expectación crece más y más.
Tras un breve descanso, Adam se quita el plumas. Casi a la vez bajan todos los escaladores de las vías en las que estaban metidos. ¡Que viene! Con Hippie como asegurador, se sitúan debajo de “El Gran Bellanco”.
El silencio es sepulcral. Se chocan la mano y Adam empieza a escalar. En el Pilas solo se escucha su respiración. Antes de la primera chapa se le va un pie, casi nos explota la cabeza a todos (¡Que se cae!), pero ni por asomo.
Empieza a escalarla con una fluidez nunca vista en esa vía. Es rápido y sus movimientos son bastante precisos. Encuentra un reposo de rodilla inédito hasta ahora, algo bastante sorprendente. “No estaba seguro de que fuera una buena rodilla, pero parece que entraba la mitad de la rodilla y pude confiar en el reposo”, nos cuenta después.
Baja pulsaciones y vuelve a la carga. Llega al crux de la vía y sus respiraciones se convierten en esos gritos tan característicos suyos. La tensión en el sector es brutal, que se lo digan a Hippie que está asegurando casi más concentrado que el propio Ondra. Sigue gritando y nadie se atreve a hablar ni parar animarle. Llega al agujero final, chapa la cadena. Y la celebración es tremenda. Gritos de todos, sobre todo de Adam, que se ha llevado “El Gran Bellanco” a vista.
Baja y nos abraza a todos, como si el mérito fuese compartido. La alegría sí que lo es. “Qué vía más buena, buenos cantos, buen reposo. El final no era exactamente como yo había intuido desde abajo, pero he sabido resolverlo con facilidad. Era la segunda opción que tenía en la cabeza.”. Confirma el 8c+/9a. Comparte con todos sus impresiones y al poco, por si no fuera suficiente, le da otro pegue (para las fotos).
La cosa no acaba aquí, Adam Ondra es incombustible. Le planta cara a “El maquinista” (9a+?). Un proyecto nunca encadenado. Esta vez no va a por todas, pero se mete. Nosotros flipamos.
Termina diciendo que probablemente sea, como poco un 9b+. Que la cantidad de pasos físicos sin descanso alguno merece que el grado sea bastante más alto que el propuesto. Nos quedamos con ganas de que vuelva y verlo proyectar este coloso. Es enorgullecedor poder contar con un proyecto que se encuentre en el top de vías más duras del mundo cuando se encadene.
Se hace oscuro y estamos ya recogiendo cuando Adam suelta “Alguien me pilla?”. Es increíble, cuando ya es prácticamente de noche se mete en “El Efecto Mariposa” 8b. En un primer intento se cae a causa de la ausencia casi total de luz. Es ya al segundo pegue cuando, obviamente, pues también la encadena. Parece que ahora sí, termina la jornada. Volvemos entre comentarios y risas a las furgos. La verdad es que la simpatía y el trato cercano caracterizan a Adam y su equipo.
Hasta ahora, solo Adam Ondra y Alex Megos han conseguido la hazaña del 9a a vista. Megos se llevó el primero registrado en el mundo, su único encadene de este grado hasta el día de hoy. Adam Ondra lo ha hecho ya 4 veces (él no suma las vías propuestas de 9a, que tras su encadene a vista, considera “un poco más fáciles”).
Si hay un sector imponente en este paraíso de roca del Alto Mijares, es Cova Negra. Una increíble cueva, de esas que cuanto más te acercas a ella más te impresiona. Hasta que te asomas a su interior y te envuelve su inmensidad.
Dani Andrada, Jonatan Flor y compañía están consiguiendo una concentración de vías de alta dificultad que cuesta creer. Pronto habrá croquis e info de lo que allí está pasando… ¡Va a dar mucho de que hablar! Fácilmente se puede convertir en destino para la élite del deporte vertical.
Desde 2002, una imponente línea de 45 metros surca la pared izquierda de Cova Negra y, recorriendo el techo, sale por la boca de la cueva. Fueron Nuria Martí y Pedro Pons quienes le dieron vida a esta vía, bautizándola como “La Parada de los Monstruos”.
Propuesta en su apertura de 9a+?, “La Parada de los Monstruos” contaba solamente con 3 ascensiones registradas. Fue el catalán Ramón Julian “Ramonet” quien estrenó la vía en 2013, proponiendo 9a tras el primer encadena. Cabe destacar que Ramonet la encadenó sin utilizar rodillera. Algo que quienes se han metido en esta vía no dejan de admirar.
La primera repetición vino de manos de Álex Garriga, ya en 2021. Afirmó que “con rodillas, creo que es 9a fácil; como la hizo Ramon, es otro nivel”. Este mismo año, Jonatan Flor ha conseguido la 2ª repetición.
Madrugamos los pocos afortunados que sabemos de la nueva visita de Adam y su equipo (Peter Chodura, Honza Verner y Honza Vogl) a Montanejos. Aparte de discreción, nos pidieron que les echáramos una mano algunas gestiones para hacer más productiva su visita. Nosotros más que encantados, faltaría.
Aproximamos a la cueva. El ambiente es todavía más agradable y fanático que dos días antes, cuando fuimos al sector Pilas Alcalinas. Al llegar a Cova Negra, Adam desprende entusiasmo. Recorre su interior preguntando por cada una de las vías que se encuentra. La presencia estas semanas de Dani Andrada y Jonatan Flor es más que evidente.
Adam se fija en “La Parada de los Monstruos”, pero brevemente. Primero quiere calentar. Busca una de esas vías que varios de nosotros no nos plantearíamos ni como proyecto. Y se pone a escalar.
De nuevo es Víctor “Matoxo” quien le asegura en su calentamiento. Escala las dos vías que ha elegido, e impresionado por las formaciones de este impactante techo, alarga una de las vías (siguiendo chapas que encuentra) hasta donde decide que ya es suficiente. Se baja. Le observamos.
Aparecen por allí Dani y Jonatan, acompañados por algunos colegas. Adam tenía ganas de verles, quiere conocer sus impresiones acerca de la cueva y las nuevas líneas. Parece como que en su mente buscara algo más a largo plazo.
Pasado un rato el ambiente es distendido, como en un sector cualquiera. Cada uno a la suya. Los que pueden escalan, los que no están de charreta.
Bueno, no todos.
Si diriges la mirada hacia “La Parada de los Monstruos” ves a Adam, solo, debajo de la vía en completo silencio. La está estudiando, se puede sentir una conexión entre él y la vía.
Poco a poco, todos vamos viendo esta fascinante escena y las conversaciones van bajando el volumen. La expectación va creciendo, otra vez. La cueva se silencia casi por completo. Adam empieza a mover los brazos, recreando los movimientos que espera que le lleven al encadene. Todos dejan de escalar.
Adam se equipa y Hippie Actitud vuelve al Gri-Gri. Comienza el pegue.
Adam sale decidido, con esa fluidez y fuerza que caracterizan su escalada. Su fuerte respiración es lo único que se escucha, salvo algún tímido grito de ánimo. Parece que nadie quiere hacer más ruido del que toca, pero es inevitable no decir nada. Sigue en esta primera sección, directo hacia el techo. Encuentra un primer reposo. Saca mano izquierda, mete rodilla y chapa. Se da magnesio. Cambia de mano varias veces en ese canto, dándose un respiro. Parece que va a salir con izquierda, pero lleva de nuevo la mano al canto. Vuelve a alternar manos y cuando parece decidido a salir con izquierda…
¡Pam! Se rompe un pequeño canto que le sujetaba la rodilla en ese reposo.
Se le van los pies. Queda colgando del brazo derecho.
“¡No es ético! ¡No!” Grita, con toda la rabia que te puedes imaginar.
Se suelta. Un silencio absoluto lo envuelve todo por un instante.
Hippie, que ha sido testigo bien de cerca de lo sucedido, está algo desconcertado. “¿Qué ha querido decir con que no es ético?” piensa en ese momento. “Si se le ha roto el canto de reposo, algo que le podría pasar a cualquiera.”
Su respuesta nos deja fascinados: “Al perder el empotre la cuerda me ha sujetado el talón por un instante, frenando la fuerza que, muy posiblemente, me hubiera tirado de la pared. No hay forma de saberlo, pero para mí no resulta ético seguir escalando así. Me sentía fuerte y creo que no hubiera caído, pero no hay forma de saberlo… Así que prefiero intentarlo de nuevo desde el suelo”, explica Adam.
Hippie le baja al suelo. Aplaudimos.
Todos observamos a Adam y Hippie conversar en la distancia. Ambos miran fijamente hacia la vía como si fuera con ella con quien realmente están hablando. Nadie sabe lo que dicen porque hablan muy bajito, pero se percibe que su conversación es más profunda de lo habitual.
De pronto, Hippie se separa unos centímetros de Adam y, tras una pequeña reverencia al estilo samurai, le dice algo. Solo entonces Adam aparta la mirada de la vía y, con una amplia sonrisa le devuelve la reverencia. ”Eso es verdadero sentido del honor en la escalada y te admiro por ello”.
Estamos todos sin palabras. Conocíamos la sinceridad y honestidad de Adam, le ha acompañado durante toda su carrera. Pero esto nos resulta más que admirable, sobre todo en los tiempos que corren. ¡Sólo él se había dado cuenta!
Dani se acerca rápido a hablar con él, comentan la vía. Recibe ánimos de todos los allí presentes. La motivación sigue en el ambiente.
Pasado un rato Adam vuelve a encordarse. Lo que antes se sentía como nerviosismo, ahora se respira como admiración y acompañamiento. Como si estuviéramos con él más que nunca. Lo que hemos presenciado es una lección para la vida. Incluso más allá de la escalada.
Adam vuelve a entrar decidido. Pero más todavía. Llega hasta el reposo con una seguridad bestial. La siguiente sección es crítica. “Lo que más me fastidia es no saber si me hubiera caído en la sección de después del reposo yendo a vista” nos comenta luego.
Lo resuelve, sigue hasta el siguiente reposo. Parece que flote sin la presión del “pegue a vista”. Ya nadie se corta en animar a pleno pulmón. Sigue, resolviendo los pasos clave uno detrás de otro. ¡Es increíble verle escalar! Los gritos van en aumento, los suyos también, pero menos de lo esperado. Y chapa la reunión.
Adam encadena “La Parada de los Monstruos” (9a) al segundo pegue (pero escalando más de media vía a vista). Es alucinante. En Cova negra solo se escuchan aplausos y gritos de alegría. Baja y de nuevo lo celebra con todos.
“Es siempre un placer verle escalar -comenta Dani Andrada- Cómo ejecuta, sobre todo en escalada a vista. Es una pasada el repertorio que tiene. Ha estado muy bien a pesar de que hubiera gente mirándole, que es una presión añadida, pero se ve que está acostumbrado”
Ahora estamos todos contentos y relajados, en especial Adam, que ya se integra a comentar la jugada con quienes hemos tenido la fortuna de verle en directo.
No dejamos de hablar de su reacción en el pegue a vista y de qué diferente sería la escalada si siempre se actuara así.
Adam, sin darle demasiada importancia al tema (pues él no entiende su escalada de otra forma que no sea la más puramente ética, como ya ha demostrado) comenta acerca de la vía. Esta vez sí le parece 9a, “pero 9a bajito” puntualiza.
Habla de la calidad de la roca en la cueva, de lo que le ha gustado la vía. Pero no deja de mirar hacia arriba. Su interés en las nuevas líneas le lleva de nuevo a preguntar a Dani, y le hace la pregunta que todos esperábamos: “¿Podría salir aquí un 9c?”.
“Al menos para algún 9b o 9b+ da seguro” , contesta Dani. Adam vuelve a mirar hacia arriba, ahora con una sonrisa.
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