Gran apertura en Alaska para Tom Livingstone y Gasper Pintar

Tom Livingstone y Gasper Pintar, apertura en Mt. Dickey, Alaska. Foto: Tom Livingstone

Siempre que sale a relucir el nombre de Tom Livingstone, se sabe que la cosa ha tenido que ser seria. A veces acaba en Piolet d’Or, a veces cerca, pero eso es algo que carece de importancia: la garantía es que van a ser escaladas sin concesiones, de alta dificultad, alpinas y comprometidas.

Tom Livingstone y Gasper Pintar, apertura en Mt. Dickey, Alaska. Foto: Tom Livingstone

En esta ocasión, acompañado de Gasper Pintar, ha aprovechado la primavera ártica de Alaska para pasar una temporada en la Cordillera de Alaska, en Ruth Gorge, dentro del Parque Nacional de Denali. Es una época muy buena para el alpinismo en la zona, ya lejos de uno de los inviernos más duros del planeta pero, normalmente, con condiciones aún invernales.

Tom Livingstone y Gasper Pintar, apertura en Mt. Dickey, Alaska. Foto: Tom Livingstone

Un juego de equilibrios que no siempre sale bien: puede que el frío aún sea extremo, pero también puede llegar una primavera cálida que complique las condiciones. Livingstone y Pintar han sufrido ambos extremos: según sus palabras, el primer tercio de la expedición fue como “vivir dentro de un congelador”, y prácticamente solo pudieron dedicarse “a desenterrar nuestras tiendas bajo la nieve”; después llegó el placentero momento en el que el sol les alcanzaba a las 11 de la mañana en el campamento...precarizando el estado de la nieve, el hielo y las paredes.

Tom Livingstone y Gasper Pintar, apertura en Mt. Dickey, Alaska. Foto: Tom Livingstone

Aún con todo, consideran que no tuvieron mala suerte con la meteo. Les frustró un intento de Blood from the Stone, pero les permitió, en 4 días de trabajo, abrir en el Mt. Dickey (2.909m) “La Gran Muralla”.

Tom Livingstone y Gasper Pintar, apertura en Mt. Dickey, Alaska. Foto: Tom Livingstone

La vía transcurre entre placas que llevan a una chimenea que les había llamado la atención desde su llegada. La nieve les acompañó durante la escalada pero, curiosamente, debido a los vientos ascendentes, de abajo a arriba. Consiguieron llegar a una cueva a mitad de pared, en la que vivaquearon. “Muchas placas parecían imposibles, muy complejas, pero conseguimos llegar a la cresta, en donde pasamos otra noche”. Desde allí les quedaba un último tramo desplomado, hasta que, en medio de fuertes vientos, llegaron a cima “felices y bromeando como niños”.

No han llegado a graduar la vía. Pero, vistas sus palabras y sus imágenes, la dificultad tiene que ser importante.

Tom Livingstone y Gasper Pintar, apertura en Mt. Dickey, Alaska. Foto: Tom Livingstone