El amargo éxito de la Magic Line

Hacía casi 20 años que el espolón sudoeste al K2 esperaba una repetición. El lunes, el catalán Jordi Corominas ponía fin a esa espera. Cinco hombres habían trabajado durante dos meses en la Magic Line y la habían vencido. Un éxito digno de todos los honores. Sin embargo, como tantas otras veces, la muerte esperaba en el descenso.

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