Bastones de trekking y trail running ¿cómo elegir y regular la longitud adecuada?
Guía práctica para regular la longitud de tus bastones en montaña según tu altura, terreno y actividad
Javier Rodríguez Bodas enlaza Aneto, Perdiguero, Posets y Monte Perdido en poco más de 24 horas.
Fuente: Miguel Caselles / Fotos: Carlos Galera y Antonio Alcalde
El veterano corredor y esquiador madrileño Javier Rodríguez Bodas se ha probado a si mismo en el Pirineo, y ha conseguido ascender superando en apenas 3 minutos las 24 horas las cumbres del Aneto (3.404m), Perdiguero (3.221m), Posets (3.369m) y Monte Perdido (3.355m). 110 kilómetros de recorrido y algo mas de 9.500 metros de desnivel positivo -y una cifra muy similar de desnivel negativo.
Un nuevo reto para el que ha tenido que planificar, y mucho, la actividad de principio a fin: estudio exhaustivo del recorrido, gestión de horarios, tramos nocturnos, equipación, avituallamiento, vías de escape si la actividad se complica, comunicación e instrucciones con el equipo de apoyo y todo lo que una vez en acción evite perder tiempo. Porque parar el cronómetro en horarios de récord es directamente proporcional a lo razonado y entrenado sobre el propio terreno antes de dar la primera zancada.
Como comentaba Javier el día previo, “se trata de un recorrido muy exigente que no solo implica correr rápido, hay que avanzar por eternas pedreras, caos de grandes bloques, aristas expuestas, trepadas, tramos de glaciar, neveros… en un ambiente de alta montaña con grandes desniveles y zonas en las que es fácil perder el trazado”. Según sus estimaciones, “aproximadamente el 35% del recorrido es más o menos ‘corrible’ mientras que el restante 65% es terreno técnico en el que hay que desenvolverse con agilidad y fuerza, tanto en las fuertes subidas como en las bajadas más técnicas”.
Un reto a la altura de Javier, en cuyo historial en zapatillas despuntan primeros puestos en todas las modalidades del UTMB y en diferentes temporadas del circuito de la ISF. También compitiendo como miembro del equipo madrileño de esquí de montaña. A lo que hay que añadir su vertiente de entrenador y técnico de esquí de la FMM y la FEDME.
Javier tenía su plan bien diseñado y como equipo de apoyo contaba con Carlos Galera (acompañante en el Aneto y el Perdiguero), Antonio Alcalde (acompañante de Chisagües a Monte Perdido) y Maribel Martín de la Iglesia (logística, seguimiento y avituallamientos). Los tres, corredores y esquiadores de montaña con un contundente palmares deportivo. Solamente quedaba pasar de la teoría a la práctica y ver si, como pensaba Javier, era capaz de romper la barrera de las 24 horas.
Javier puso en marcha el cronómetro en el parking de Plan de Senarta a las 6:53h (no quiso utilizar el bus lanzadera hasta el puente de Coronas), hizo cumbre en el Aneto, bajo al Hospital de Benasque, se adentró en el valle de Remuñe hasta alcanzar la cima del Perdiguero, descendió al refugio de Estós, pasó por la cumbre del Posets, patinó por sus neveros en busca del refugio de Biadós, siguió el GR-11 hasta Pineta y, para finalizar, los mas de 2.000m de desnivel positivo vertical desde el final del valle de Pineta hasta tocar el vértice geodésico de Monte Perdido poco después del amanecer, a las 6:57h. En total..24 horas y tres “sarcásticos” minutos.
Una actividad deportiva de tal magnitud que, al igual que otras aventuras similares en las montañas, afortunadamente no la encontraremos en ninguna competición organizada y masificada. Dibujar sobre la silueta de las montañas una idea y llevarla a cabo en el menor tiempo posible es un clásico de cualquier corredor de montaña. Un reto personal, ya sea para si misma, o para fijar un horario público y competitivo que anime a otros a intentar rebajarlo.
Artículos más recientes
Deja tu comentario
Sé el primero en comentar este artículo.