Vídeo: La Vuelta Al Mundo. Felipe Camargo libera la escalada más difícil de Colombia
La comunidad colombiana invitó a Felipe Camargo para que intentara liberar la que parecía vía más difícil del país. Lo ha conseguido.
El grupo de los Sostremetries confirma con las últimas tecnologías, y tras medición sobre la propia cima, que el Pico Arnales, en Panticosa, mide 3001.37 metros, frente a los 2.996m que le atribuye el Instituto Geográfico Nacional.
Las variaciones en las cotas de las cumbres de las montañas no son algo extraño. En el mismo Pirineo las encontramos no solo en picos secundarios, sino en altitudes tan importantes y consolidadas como el Posets que, en pocos años, ha pasado de sus clásicos 3.375 metros a los 3.369m actuales.
No son grandes variaciones (aunque en algún caso, en montañas secundarias, sí que lo han sido), y no suelen traer polémica, salvo en el caso de que suponga la psicológica diferencia entre ser un dosmil o un tresmil.
Estas diferencias, según nos comentan los Sostremetries, vienen dadas tanto por las actuales formas de medición -los sistemas tecnológicos modernos y por satélite son de gran exactitud, frente a los antiguos- como por el uso de los mismos: “muchas veces una cumbre se ha medido a través de un vuelo de restitución con un dron, con fotogrametría, etc. Estos sistemas no garantizan que estés midiendo exactamente el punto más alto, y aumentan la incertidumbre”.
Y es que, como dicen en la interesante crónica que nos han enviado, “ocurre que la gran mayoría de cimas del Pirineo aún no ha sido medidas con precisión”.
El Pico Arnales, que hace años se consideraba de 3.006 metros, pasó a ser un dosmil cuando el Instituto Geográfico Nacional le atribuyó una altura de 2.996m. Por completar el lío, el Instituto Geográfico de Aragón, en su portal de cartografía vectorial hasta escala 1:5.000, le otorga una medición de 2999.9m.
Así que un grupo de 5 topógrafos -Marc Calaff, Andreu Alvarruiz, David Segura, Salva Sala y Oriol Boixareu-, amantes de estas cosas, decidieron medir por ellos mismos, desde la misma cumbre, y con los mejores sistemas, su altura real.
¿El resultado? Una medición final que reintroduce de nuevo al Pico Arnales de nuevo en la lista de los 3.000 pirenaicos.
Publicamos a continuación la interesantísima crónica de su investigación, desde el principio hasta las mediciones en cima y sus resultados finales.
También publicaremos próximamente un artículo, escrito por ellos mismos, en el que se explica más en detalle en que consisten y como funcionan los nuevos sistemas de medición de altitud centimétrica, que aquí se nombran sin profundizar, y qué aparatos se emplean para ello.
Algo bastante desconocido y que, pensamos, puede ser de gran interés para los amantes de la montaña, la geografía y la topografía.
Pero el caso es que no es extraño encontrar discrepancias superiores a los 5 metros de altura en una cumbre, según el mapa que se consulte. Incluso en las más emblemáticas.
Y esto es por algo: ocurre que la gran mayoría de cimas del Pirineo aún no ha sido medida con precisión.
A grandes rasgos, estas reglas para el Pirineo distinguían entre cimas principales y secundarias. A éstas últimas se les exigía una prominencia mínima de 10 metros, y que el topónimo figurara en alguna publicación anterior.
Fruto de esta primera catalogación, la UIAA, en el año 1995, adopta los criterios y reconoce oficialmente 129 cimas principales y 83 secundarias.
En cambio, en el Mapa Topográfico Nacional 1:25.000, publicado por el Instituto Geográfico Nacional, (IGN) el Arnales figura con una altura de 2.996m. Diez metros menos que el valor publicado por la UIAA. Dejó de ser un tresmil, y abandonó la lista.
Por si no fuera suficiente incertidumbre, el Instituto Geográfico de Aragón (IGEAR) publicó, mediante su portal de cartografía vectorial hasta escala 1:5.000, una medición de 2999.9m. Medición que, recientemente, sin nuevas mediciones, redondean hasta 3.000, como consta también en la ORDEN VMV/914/2020 del Boletín Oficial de Aragón.
Entonces, ¿cuál es la altura real del Pico de Arnales? ¿Cuál es la fuente más fiable? Y lo que es más importante: ¿es un tresmil?
Puesto que la cartografía 1:5000 publicada por el IGEAR da un valor de 3000m justos, y con una precisión del orden de 1 metro, hay que buscar fuentes más fiables. Aquí es donde entran las nubes de puntos generadas con tecnología LIDAR, y que el IGN publica bajo el proyecto PNOA-LiDAR.
Dentro de esta nube de puntos encontramos cuatro señales de retorno enviadas contra el terreno que reportan una altitud superior a 3000m, la más alta con 3.000’42 metros. Aun teniendo estos puntos una precisión en altura del orden de los 30 cm, lo más probable es que ninguno de ellos haya rebotado exactamente sobre la cima si tenemos en cuenta que toman un punto cada 2 m².
Por el contrario, los retornos mencionados podrían venir de un montón de piedras no consolidadas, una hipotética cruz, la cabeza de un excursionista o incluso un pájaro que sobrevolaba la cima en ese momento.
Y así, el 30 de julio de 2022 al mediodía, nos vamos recogiendo en diferentes lugares cercanos a Barcelona y, cruzando el país en horizontal, nos disponemos a viajar hasta Panticosa.
Lamentablemente no podrá acompañarnos Oriol Boixareu. Una decisión difícil: el proyecto lo iniciamos los cinco, pero nos ha sido imposible cuadrarlo en otro fin de semana.
Con una mezcla de emoción y pena, y a través de un ameno trayecto mientras nuestra excitación va en aumento, llegamos a Panticosa. Nos encontramos a pocas horas de resolver una insignificante duda, pero nos sentimos como los primeros topógrafos-alpinistas que cartografiaban montañas emblemáticas, algunas de las cuales, todavía hoy, llevan su nombres.
Durante la cena, Marc hace las últimas pruebas con el receptor GNSS, comprobando que esté bien configurado para trabajar en Aragón. Y es que no es habitual que salgamos a trabajar demasiado lejos de nuestro ámbito territorial, y es la primera vez que nos conectaremos a la red aragonesa ARAGEA para poder trabajar en VRS, obteniendo datos en tiempo real.
Hay mucha gente, y parece que todos han decidido despertarse a la misma hora. Gente que apenas medio abre los ojos para contemplar la inmensidad de las montañas que los han acogido durante la noche. Sobre el paisaje flota un delicioso olor a café.
Es una fuerte pendiente y, a las 9 de la mañana, cuando hacemos la primera parada, el sol empieza a picar muy fuerte. Nos embadurnamos de crema de protección solar y partimos de nuevo. El paisaje es maravilloso, y coincidimos imaginándolo en la soledad del invierno, cubierto de nieve polvo, sin tanta gente. Como suele ocurrir, tenemos que explicar a algún grupo por qué llevamos ese trípode tan grande fuera de la mochila…
Poco a poco, y esquivando los pequeños desprendimientos de piedras que provoca la gran cantidad de gente que va por encima de nosotros, llegamos a la cima del Pico Arnales. La mayoría se ha desviado hacia los Infiernos, o hacia la Aguja de Arnales, así que podemos delimitar cómodamente con nuestras mochilas una zona de trabajo y comenzar con las mediciones.
Nos ponemos en marcha. Marc enciende el receptor GNSS y empieza a captar señales de satélites. Salva prepara con mimo el nivel óptico acoplándolo al trípode, y Andreu localiza los puntos consolidados más altos de la zona. Tiene que apartar bastantes piedras rotas por el paso del tiempo y de las inclemencias para descubrirlos y que David pudiera apoyar la mira sobre la que Salva comprueba la cota.
Fácilmente localizamos el punto más alto de la cima, pero entonces nos encontramos con un viejo conocido de nuestras sostremetrías: el problema de la falta de cobertura móvil necesaria para establecer conexión con el servicio de correcciones diferenciales de la red ARAGEA, que proporciona IGEAR, para poder disponer de cifras y coordenadas en tiempo real sobre lo que estamos midiendo.
A pesar de la variedad de compañías telefónicas con las que contamos entre los cuatro, ninguna de ellas sirve cobertura de forma sostenida en esta cima. Así que decidimos comernos nuestro bocadillo y seguir después rastreando con constancia la llegada de algo de datos móviles en los pocos metros cuadrados de la cima.
Aunque nos resistimos a marchar de la cima sin darle cota en tiempo real, ya hace más de dos horas que hemos llegado a ella y seguimos igual. Empezamos a estar nerviosos: son las 14:30, la tarde se nos echa en encima, y nos queda el camino de vuelta. Así que decidimos poner en marcha el plan B: prescindir de la solución en tiempo real, y hacer una observación estática durante un mínimo de 30 minutos, para procesarla a posteriori en casa.
Tenemos el trabajo hecho pero no estamos satisfechos, porque parece que no sabremos la altitud medida hasta llegar a casa, una vez tengamos hecho el post-proceso. Ya solo queda inmortalizar el momento, y Salva lo inmortaliza todo con su cámara.
Las imágenes son espectaculares. La perspectiva de esta pequeña cima al pie de los Infiernos es inmejorable, pero no podemos dedicarle más tiempo, así que nos ponemos a recoger el nivel óptico y el trípode, mientras Marc se empeña en hacer una última prueba. Nada.
Pero entonces, de repente, comienzan a entrar varios mensajes de whatsapp al móvil de Andreu, y surge la idea de compartir los datos de su teléfono móvil al receptor GNSS. Marc empieza a cambiar configuraciones mientras David permanece inmóvil sujetando el teléfono, como si así pudiera conservar mejor la conexión de datos.
¡Finalmente, lo tenemos! Tras más de tres horas en la cima, han sido suficientes 3 minutos de conexión con ARAGEA para obtener correcciones en tiempo real...3.001’565 metros.
Tres minutos que concentran el esfuerzo, la emoción y las ganas de hacer algo por nuestra estimada profesión. Tres minutos que hacen que haya valido la pena el camino hasta aquí. La montaña, esta vez, nos ha recompensado gratamente, revelándonos su verdadera cota máxima.
Contactamos con Isaac, un compañero de la Universidad especializado desde hace años en sistemas de navegación por satélite, para que nos eche una mano y nos refresque algunos conceptos del tratamiento de observaciones estáticas. En nuestro día a día como topógrafos no empleamos a menudo esta técnica, y la tenemos algo oxidada.
El resultado también es un éxito, con diferencias en cota interiores a los 20 centímetros con respecto a la obtenida en tiempo real.
Finalmente, haciendo una comparativa entre errores sistemáticos asociados a cada uno de los métodos utilizados, nos decantamos por la cifra obtenida en estático, con una precisión del orden de los 7 centímetros.
Cota ortométrica Sostremetries del Pico Arnales: 3001.37 metros de altitud
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