Hoy se sumerge bajo la lluvia de luna una temporada extraña por llamarla de algún modo. Queda atrás un año mas, lleno de memorias, expediciones y de un clima todavÃa benevolente, “que dejaâ€, pero que insiste en soplar y soplar para convencernos que hemos perdido aquellos meses de continua calma, aquellas nubes y vientos que solo eran sombra estirada de fantasmas que adornaban un inspirado atardecer de ayer.
Los nuevos vientos traen consigo nuevos rostros, nuevas exigencias, amores, muerte y alguna que otra carta de presentación más de esta temporada y sus protagonistas. Escaladores como Iñigo Mujika y Oriol Baro, miembro del nuevo grupo de Jóvenes Alpinistas de la Federación Española, visitaron Perú este verano para tallar a punta de piolet destacadas repeticiones y aperturas de dificultad.
Iniciaron la aclimatación nada menos que en la técnica pared suroeste del Churup para luego marchar a los corredores de la pared sur del nevado Pisco donde terminaron de adaptarse a la altura y a la nieve expuesta de los Andes. Iñigo nos cuenta que “…costo aclimatarse con las exigencias del Churup, la ruta directa es una vÃa bonita, vale mucho la pena, con largos mixtos complicados y los rapeles de regreso equipados…â€
Una vez aclimatados los esperaba su nuevo destino y el propósito inicial del viaje, el Pico Imposible de Lionel Terray, el Chacraraju y su Cara Sur considerada una de las más bellas y espectaculares murallas de la Cordillera Blanca. Recorrida por severas rutas, todas de dificultad, destaca por encima de todas la vÃa “Bouchard†(Titoune Meunier y John Bouchard/ 1977), ruta que finalmente los acogió y que se eleva mil metros como la mas difÃcil de toda la vertiente sur.
El Chacraraju cuenta con algunas de las rutas mas exigentes de los Andes, sobresalen ALPOS-FACIG por su Cara Oeste, trabajada duramente por un equipo esloveno y graduada como ABO (VII+, A3, 95 grados, 945 m, 53 hours por DuÅ¡an Debelak, Tomaž Žerovnik, Viktor Mlinar, Igor Oblak y el Vasco Aritza Monasterio) y la vÃa BOUCHARD por su Cara Sur, la que se comieron Iñigo y Oriol en 25 horas, ligeros y al mejor estilo alpino, por terreno mixto ED, de pendientes de constantes 75 grados, con dificultades para proteger y superando largos de 85 con resaltes de 90 grados y mas.
Una jornada larga que los coloco a la salida de las peligrosas y extraplomadas cornisas de cumbre que decidÃan el retorno por la larga hilera de rapeles rumbo a tierra firme.