Seguridad en escalada deportiva II: peligros objetivos
En este artículo explicamos la diferencia entre peligro y riesgo, y explicamos los peligros objetivos de la escalada deportiva, y cómo gestionarlos.
Ayer empezó a nevar en el campo base del Dhaulagiri. El monzón termina, llega el otoño, y las expediciones dan comienzo.
Carlos Soria y su compañero Luis M. López Soriano llegaron hace 3 días a este campo base que será su hogar durante las próximas semanas. A sus 82 años, es la décimo segunda vez que va a intentar llegar a los 8.167m de la cima del Dhaulagiri. Y en esta ocasión, para evitar el caos de la pasada primavera, cuando la pandemia se cebó en esta montaña, obligando a dar por finalizadas las expediciones, han tomado muchas más medidas. Carlos ya las tomó entonces, pero en un campo base abarrotado no todas las personas lo hicieron.
“En esta ocasión somos 30 alpinistas, y nos vamos a dividir en 3 comedores, con 3 cocinas independientes. Y al parecer, todas las personas en el campo base vienen vacunados, y con un PCR negativo”, afirma el abulense. “Esperemos que muy pronto la montaña nos de una pequeña tregua para comenzar a subir hacia los primeros campamentos de altura. Mientras tanto nuestra aclimatación progresa muy favorablemente”.
La temporada de otoño suele ser algo inclemente en el Dhaulagiri, pero en realidad, es una montaña que suele ser azotada por borrascas durante todo el año. “La primavera es más favorable, pero también se acumula más cantidad de nieve que en el otoño. El mal tiempo en el Dhaulagiri es una constante en cualquiera de las dos temporadas, es una de sus principales dificultades. En otoño la temporada es más corta pero hay una buena oportunidad antes de mediados de octubre. Un alpinista de 82 años no puede dejar escapar cualquier oportunidad que se presente. El tiempo corre muy rápido”.
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