El GAME inicia una nueva etapa con Rafa Vadillo al frente
Rafa Vadillo se hace cargo de la revitalización del Grupo de Alta Montaña Español de la FEDME.
Los aseguradores y descensores son un elemento fundamental para nuestra seguridad. Hay de diferentes tipos, según la necesidad. Os los explicamos.
Bien seamos escaladores o alpinistas, necesitamos una ayuda que nos permita frenar a nuestro compañero de cordada en caso de caída.
Hasta hace unas décadas, había que parar la frenada con la ayuda del propio cuerpo y la colaboración de algún reenvío. Esto también valía para rapelar, con sistemas en los que se enrollaba la cuerda a través del tronco y las piernas.
Poco a poco se fueron creando aparatos de fricción y ángulo de frenado que ayudaban y aumentaban enormemente la seguridad, hasta llegar a la situación actual, en la que principalmente encontraremos dos tipos de aseguradores: los de frenado asistido y los de tubo o placa.
Puesto que la misión de los aparatos aseguradores es controlar la caída de nuestro compañero de cordada, sea primero o segundo, es vital que conozcamos tanto su funcionamiento como los diferentes tipos y sus usos.
No menos vital que el correcto uso de los aseguradores es saber asegurar. Y esto no solo tiene que ver con el aparato, sino con el frenado dinámica que debe proporcionar quien asegura.
Este tema es tan importante que le hemos dedicado un apartado entero en el artículo.
Es muy importante contrastar en las instrucciones de seguridad del fabricante el diámetro de cuerdas admitida por cada aparato asegurador.
Encontraremos que no solo con algunos el aparato no cumplirá su función, sino que hay diámetros límites en los que dependerá de factores como el peso de la persona asegurada.
La división suele realizarse según el sistema de frenado. Pero nos parece confusa y peligrosa para quien empieza. Así que vamos a realizarla según actividad, (1 ó 2 cuerdas), y dentro de cada apartado explicaremos los diferentes sistemas.
Son aquellos que se diseñaron para ser usados en escalada deportiva.
En este estilo de escalada las vías son de un solo largo, por lo que no es necesario rapelar. Además, la cuerda indicada para estas vías es simple. Así que los aparatos que se diseñaron para esta modalidad solo admiten uso con una cuerda, y se fabricaron pensando en asegurar a un primero.
El primero fue el Grigri de Petzl.
Cuando salió en 1991 generó una revolución y un salto muy importante en la seguridad. La marca lo denominó “asegurador automático”, ya que bloquea la cuerda en caso de caída. Debido a que esta denominación puede llevar a equívoco, sobre todo a quien empieza, al hacerle pensar que no es necesario aprender a asegurar, en estos momentos la marca, con muy buen criterio, lo denomina “dispositivo de frenado asistido”.
Ventajas
Inconvenientes
Después han venido otros aseguradores de frenada asistida. Sistemas diferentes, pero mismo resultado. Cada uno tiene sus características: todos bloquean, pero algunos dan cuerda más rápido, otros de forma más controlada, palanca antipánico...es una cuestión de probar y de gustos.
En alpinismo, escalada clásica, hielo, etc, se emplean dos cuerdas habitualmente. Así que los aseguradores para este tipo de actividades llevan una doble ranura que permite usar las dos cuerdas a la vez. También pueden usarse con cuerda simple, empleando solo una de las ranuras.
Los primeros modelos que surgieron eran una placa. Ahora prácticamente todos son del tipo comúnmente llamados de cesta, o cazoletas.
Hay de dos tipos: con o sin orificio metálico de enganche. Y es muy importante diferenciarlos, porque los que incorporan el anillo se convierten en dispositivos de frenado asistido cuando aseguramos a segundos, mientras que los que no tienen el anillo pierden esta capacidad.
Lo fundamental es no confundir este orificio metálico con la sirga metálica que llevan los dos tipos. Esa que, si imaginamos que este tipo de aseguradores se parecen a una cesta, vendría a ser el asa. Lo podemos ver claramente en la siguiente foto: a la izquierda, Petzl Reverso, con orificio, y a la derecha, Petzl Verso, sin orificio.
Usos
Al no haber golpe en la caída, como ocurre al asegurar a un primero, el menor dinamismo carece de importancia.
El reenvío consiste en emplear el asegurador tal cual lo usamos para asegurar a un primero, pero la cuerda, que sale para arriba, se cuelga de un mosquetón en la reunión y desde ahí baja hasta el escalador. No es recomendable si puede evitarse porque el reenvío empeora la fluidez del aseguramiento fluido y, además, fuerza más la reunión.
¿Tienen sentido estos aparatos sin orificio?
La verdad es que, a no ser que quien lo compre tenga muy claro que nunca va a hacer otra cosa que no sea escalada deportiva de un solo largo, o usarlo para rapelar, quizás tenga más sentido elegir un aparato con orificio. Hay quien lo hace por ahorrar gramos y espacio.
Si compramos un asegurador con orificio de enganche, lo usaremos exactamente igual en el caso de deportiva, rápel, o aseguramiento a un primero, pero en el momento en el que pasemos a una vía de largos, nos permitirá asegurar a uno o dos segundos con frenado asistido.
Algo muy importante que hay que tener en cuenta es que los aseguradores nos ayudan a asegurar pero, independientemente de que sean de frenado asistido o no, somos nosotros los que realizamos la maniobra.
Eso quiere decir que debemos saber usar el aparato, pero también las técnicas de aseguramiento. Que, principalmente, tienen que ver con el dinamismo en el frenado.
Las cuerdas de escalada elongan. Tienen dinamismo. Al estirarse, evitan sufrir golpes secos muy fuertes que las romperían y así ayudan también a proteger al resto de la cadena, disipando la fuerza de choque que reciben tanto los seguros o reuniones como el propio escalador o escaladora. Una gran fuerza de choque nos provocaría graves lesiones, y el material sufriría daños.
Sobre esto os recomendamos leer este artículo. Es importante: Factor de caída y fuerza de choque: conceptos esenciales en actividades verticales
Es decir: el asegurador debe aportar parte del dinamismo, bien sea amortiguando con su propio cuerpo al frenar, bien con el aparato, si lo permite. Esto es especialmente importante en alpinismo y escalada clásica, en donde los seguros son inestables, pero también es fundamental en deportiva.
Por eso es tan importante la elección del aparato asegurador; uno con bloqueo de cuerda (frenada asistida) nos dará menos dinamismo que una "cesta" (por eso éstas suelen emplearse en alpinismo, en donde se necesita mayor dinamismo debido a lo incierto de los seguros). Pero sea uno u otro sistema, quien asegure se deberá esmerar con su técnica de frenado dinámico.
E insistimos que esto incluye la escalada deportiva. Debemos evitar pensar que es todo automático y no debemos hacer nada. Sobre todo cuando hay poca cuerda entre quien asegura y quien escala, y ésta no elonga lo suficiente.
Chris Sharma os lo puede explicar mejor. Es un vídeo que publicamos junto a Petzl hace un año: Os lo recomendamos, y mucho: Cómo asegurar dinámico en escalada. Chris Sharma responde
Como veis, suele hacerse con movimiento: el asegurador de deportiva da pasos rápidos hacia la pared, o se eleva por ella algún metro, para suavizar la frenada.
Hay quien, debido a la necesidad de dinamismo, prefiere usar aparatos sin frenado asistido al primero para asegurar en deportiva. Al igual que en clásica, hielo o alpinismo, podemos gestionar la frenada progresiva.
Pero mucho cuidado a quien empieza: estos aparatos nos dan gran ayuda, pero el frenado queda, más que nunca, en nuestras manos. Son para gente experimentada.
Este uso de “cazoletas” o "cestas" para asegurar a un primero en deportiva, con cuerda simple, aunque no muy habitual, ha llevado a la creación de varios sistemas de cazoleta para una sola cuerda. Suelen estar entre dos mundos: no bloquean como uno de frenado asistido, pero sí algo más que las convencionales. Es decir: ayudan bastante, pero permiten gestionar mejor el dinamismo. Una vez más, recomendamos su uso solo a personas experimentadas.
Un buen ejemplo es el Singing Rock Rama.
Y, en este apartado, queremos hablar de un aparato que, sinceramente, no sabemos muy bien si debe ir aquí, o en el apartado de frenada asistida. Se trata del Revo, de Wild Country.
El sistema es sencillo: funciona como una cesta normal sin frenada asistida, y como tal debemos asegurar y descender a quien vaya de primero. Y si así lo hacemos, no habrá diferencia. Pero contaremos con un seguro: si, por un casual, no aseguramos correctamente y no frenamos la caída del primero, automáticamente se bloquea. En descenso, lo mismo: si se nos descontrola la cuerda, o bajamos muy rápido a nuestra cordada, se bloquea.
Su desventaja es obvia con respecto a una cazoleta: como un aparato con frenada asistida, no permite rapelar, solo admite una cuerda, y no sirve para vías de largos.
Antes de emplear como rapelador un aparato, insistimos de nuevo en que hay que cotejar las instrucciones del fabricante con respecto a diámetros de cuerda en los que funciona, etc.
Todos los aseguradores presentados pueden emplearse para descender por una cuerda. Pero hay algo muy importante que hay que tener en cuenta.
La forma normal de rapelar es sobre cuerda doble. Esto permite recuperarla tirando de uno de los cabos una vez que hemos terminado el descenso. Podremos doblar por la mitad nuestra cuerda simple, o unir dos cuerdas dobles de las empleadas en alpinismo.
Por eso, los aseguradores para una sola cuerda, tipo Grigri, habitualmente no nos servirán para rapelar (a no ser que sea sobre una cuerda fija simple). Necesitaremos un asegurador para dos cuerdas, que nos permita pasar cada cabo de la cuerda por una ranura para descender.
Ahora vamos a hablar de otro tipo de descensores cuya principal característica es que es su única función: no sirven para asegurar. El principal es el ocho. Y hay que destacar lo que acabamos de decir: no debe asegurarse con él.
Durante años, desde el final del aseguramiento a través del cuerpo hasta la aparición de placas y cestas, era el principal aparato para asegurar. Pero frena muy poco la cuerda, y hoy en día no tiene sentido usarlo.
Antes se empleaba en barrancos, y puede seguir usándose. Sin embargo, ha sido prácticamente sustituido por variaciones sobre su forma, como el Piranha de Petzl, el Oka de Kong, o el Hannibal de Edelrid.
También podremos encontrar algunos descensores para grandes verticales y trabajo. Nos dan una comodidad, una seguridad y un control enorme en grandes rápeles y descensos. Por eso se usan en trabajos verticales, rescates, etc. En el mundo de la montaña pueden ser muy buenos para rápeles muy largos y aéreos. Son muy usados en espeleología. Destacan el Stop y el Rack de Petzl, y el Singingrock Indy Evo Plus.
Tienda web: www.barrabes.com
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