11 aperturas en libre de hasta 7b y 1.350m en Groenlandia para equipo escocés-eslovaco
Miška Izakovičová, Tim Miller, Callum Johnson y Simon Smith permanecen 25 días escalando en Groenlandia.
Los crampones técnicos son un elemento imprescindible para nuestras prácticas alpinas. Sin ellos, sería imposible adentrarnos en la montaña vertical invernal. Alpinismo, corredores, escalada en hielo...aquí te explicamos los diferentes tipos y te guiamos en tu elección.
El camino al alpinismo suele comenzar con el montañismo de verano y la escalada deportiva. Hay un momento en el que el invierno se cruza en nuestra vida, y las altas y verticales cumbres heladas se convierten en un sueño.
Es el momento de afrontarlas. Lo primero es formarse: no solo es una cuestión técnica; la montaña invernal es una entorno complejo y con peligros que debemos aprender a gestionar. Cursos de nivología, seguridad y técnicas adecuadas son obligatorios, así como guías y gente experimentada hasta empezar a tener nuestra propia autonomía.
Algo muy importante es la correcta elección del material. Y, en este caso, los crampones son fundamentales. Mientras el agua se siga congelando en las montañas (esperemos que sea por mucho tiempo), necesitaremos crampones para ir a ellas.
Si el piolet es el símbolo del alpinismo, es con permiso de los crampones. Ambos elementos surgieron a la par, pero los segundos fueron olvidados en favor de las botas herradas hasta, aproximadamente, la aparición de la suela Vibram.
Los crampones hacen falta a la mínima pendiente helada que encontramos. Salvo en el esquí de montaña, donde se usan puntualmente, normalmente nos los ponemos para el primer paso delicado y ya no los quitamos hasta estar de vuelta, o sea que con ellos pisamos por nieve, hielo, roca, tierra y vegetales diversos.
Esto supone un trabajo enorme: sea cual sea la actividad que hagamos con ellos, son una parte del equipo que sufre mucho, y es sensato y altamente recomendable comprarlos de calidad.
Antes de todo, nos gustaría destacar una de las principales características de los crampones: su polivalencia.
Así como los piolets son herramientas especializadas -un piolet de una disciplina funciona para otra, pero bastante mal-, con los crampones ocurre lo contrario: los de una disciplina, si están bien afilados, funcionan en las otras. Peor, pero funcionan.
Probad a caminar con crampones de escalada: se camina bastante bien. Ahora probad a escalar con piolets de escalada y crampones de marcha: ¡se escala bastante bien! Sin embargo, usar un piolet de escalada en piolet bastón; o escalar con piolets clásicos...resulta bastante más incómodo.
Es de suponer que esto se debe a que la variedad de formas entre piolets distintos es más acentuada que entre crampones distintos, que básicamente tienen la misma cantidad de puntas, son similares en tamaño, y orientadas y ubicadas también de forma parecida.
Eso no quiere decir que no haya diferencias entre ellos, y que no debamos elegir el adecuado para cada actividad. Nos va nuestra seguridad en ello. Solo quiere decir que podemos buscar mayor polivalencia que con otros elementos de nuestro material.
Para hablar de los crampones específicos para las actividades más técnicas tenemos que empezar hablando de su resistencia. Porque les vamos a hacer muchas perrerías en roca y hielo.
Los crampones que se venden en Europa han pasado las duras pruebas normativas que indica la CE. Se concretan en la norma EN 893, y también están reflejadas en la 153 de la UIAA. Esto quiere decir que deberemos comprobar siempre que han superado estas pruebas. Y da igual el tipo de crampón.
Puede sonar raro que la norma sea la misma para un crampón ultraligero de esquí de travesía que para un crampón de alpinismo, pero es así. En este caso, y a diferencia de los piolets, no hay doble norma para los de marcha y para los técnicos. Evidentemente, la resistencia con la que se fabrica un duro crampón de alpinismo, que va a sufrir mucho por el uso, es superior a la norma. Aunque, en realidad, en este aspecto, en donde la diferencia es mayor es en la durabilidad y fatiga de materiales.
Además de las necesarias prestaciones, que no encontraremos en modelos más sencillos y ligeros, un buen crampón de alpinismo, mientras tengamos material para afilar las puntas, puede durarnos muchísimos años. Con la ventaja de que muchos son de puntas frontales intercambiables, con lo que ni siquiera tendremos ese problema.
Podría afirmarse que la diferencia entre un crampón de escalada y uno de de marcha radica en la orientación de las puntas frontales.
¿Por qué esta diferencia?
Otra de las características principales de los crampones de alpinismo y escalada es que, o bien tienen 2 puntas frontales secundarias para apoyo en la vertical, o bien las segundas puntas están inclinadas hacia adelante y hacen esta función. De esa manera se reduce mucho el esfuerzo que hay que realizar y aumenta la estabilidad.
Sin embargo, debido a la polivalencia de la que hablamos, hay crampones que se sitúan entre los de alpinismo y montañismo, con puntas delanteras horizontales. En cuanto a lo demás, resistencia, puntas de apoyo frontales, resto de puntas, etc, son iguales a crampones técnicos de escalada.
No son los ideales para cascadas de hielo o mixto de dificultad, pero funcionan muy bien en corredores, montañismo con pasos complejos, etc. Como además funcionan mejor para andar en nieve en las aproximaciones, hay quien los prefieren para este tipo de actividades.
Los crampones para alpinismo pueden tener 1 o 2 puntas frontales.
Son las puntas delanteras clásicas, con sección horizontal pero con cierta curvatura hacia abajo. Actualmente empiezan a presentar perfiles envolventes (tipo cuchara) para mejorar su agarre en la nieve.
Los destinados a marcha son menos apuntados, al no trabajar habitualmente en hielo vertical. La forma de algunos puede casi simular la de un destornillador. Así sujetan más en nieve.
Pero los polivalentes para alpinismo tendrán una punta afilada para funcionar mejor en hielo.La evolución de los crampones hasta el bipunta vertical podría resumirse así:
No quedó ahí la cosa, y la evolución continuó. ¿Y si en lugar de dos puntas, ponemos una sola, como un piolet? El resultado fueron un tipo de crampones que permiten escalar con una precisión sin precedentes, y hacer movimientos imposibles con punta doble, como pivotar lateralmente.
Suele considerarse que la escalada más técnica y elegante con crampones es con monopunta. Muchos usuarios compran crampones modulares (ahora hablaremos de ellos...), y los usan en modo bipunta en escalada sólo hasta que prueban el monopunta y descubren su superior abanico técnico.
Eso sí: son los más técnicos. Y cuánto más técnicos, menos polivalentes. Empiezan a ser ya muy específicos, y para montañismo, etc, no son los mejores.
En cuanto a la estabilidad… se compensa apoyando el segundo par de puntas.
Una vez explicados los diferentes tipos de puntas, hay que decir que, hoy en día, muchos modelos de crampones técnicos son modulares.
Normalmente, los crampones de marcha y montañismo tienen puntas frontales fijas. Pero, en los más técnicos, se dieron cuenta de la importancia de que las puntas fueran intercambiables, por el desgaste que sufren, que permite solo un cierto número de afilados.
Poco después se cayó en la cuenta de que, puesto que son intercambiables, se podía usar un sistema que permitiera transformar el crampón en monopunta vertical, bipunta vertical e, incluso algunos, también en bipunta horizontal, según la actividad que se vaya a realizar.
Rizando el rizo, Petzl ha innovado con un modelo de crampón cuya parte trasera cubre toda la gama, y su parte delantera es la que marca el nombre (Irvis, Vasak, Sarken). Es decir: nos dará igual comprar un modelo de marcha que técnico, toda la zona de puntas del talón serán iguales, y después podremos comprar partes delanteras sueltas para transformarlo, evitando comprar un modelo para cada actividad.
Si vamos a cambiar las puntas frontales de nuestro crampón técnico, encontraremos de varios tipos:
Todos funcionan en cualquier terreno. Pero para situaciones más especializadas, ésta es la preferencia.
Los crampones deben quedar en la bota como parte de ella, sólidamente unidos para que ningún tipo de movimiento o esfuerzo los pueda mover ¡o sacar!
Los sistemas para conseguir esto son 3. Aunque, realmente, en alpinismo y escalada solo suelen usarse 2 de ellos.
Se ven en los crampones de marcha. Es el único sistema que aceptan las botas que se emplean para montañismo y trekking por montaña con nieve.
Sin embargo, apenas se usa en alpinismo y escalada.
Son una combinación entre fijación frontal de correas y fijación trasera automática.
Son más cómodos de poner y quitar, muy seguros, y su ventaja es que pueden usarse tanto en botas rígidas como en botas semirrígidas. Luego explicaremos cómo diferenciarlas.
Son polivalentes, pues sirven con botas de invierno y de verano. Ya pueden usarse en alpinismo sin problemas.
Aunque sirven para uso técnico, perderemos la opción de adelantar o retrasar la bota que veremos en los automáticos, y abultan más en la mochila. Sin embargo, son una solución excelente para la bota semirígida: mayor solidez que los de correas, mayor ajuste, más fáciles de colocar...
Son los más técnicos, y se usan con las botas rígidas habituales para alpinismo vertical. Menos polivalentes, ya que solo pueden usarse con este tipo de botas.
Hemos de prestar atención a que todo ensamble correctamente y que la leva del talón trabaje bien, haciendo bastante fuerza en la colocación. Si no la hace, tendremos que regular a la corta la barra central, porque el crampón nos va grande.
Sus ventajas son varias:
Precisamente, al comprar nuestras botas, si tenemos dudas, podemos saber de qué tipo son por los enganches de fijación:
Tienda web: www.barrabes.com
Tiendas Barrabes: Barcelona, Benasque, Bilbao, Jaca, Madrid O'Donnell, Madrid Ribera de Curtidores, Zaragoza.
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