Consejos para evitar el frío en actividades de montaña

Abrigarnos cuando hace frío es básico, estamos de acuerdo, pero existen más variables que contemplar en la ecuación del confort térmico. Prepara tu actividad invernal con cuidado y prestando atención a todos los detalles para conseguir que tu salida al monte con frío sea un éxito.

RabAbrigarse es necesario, pero existen más opciones para evitar el frío. Foto Rab

No todo el mundo tiene la misma capacidad para resistir el frío. Existen personas más vulnerables a las bajas temperaturas como son los ancianos o los bebés (considéralo cuando vayas a organizar una excursión con niños), pero también las mujeres suelen ser más tendentes a sentir frío o las personas delgadas debido a que cuentan con poca grasa corporal. Estamos haciendo una gran generalización, somos conscientes de ello, pero son aspectos a tener en cuenta antes de tomar decisiones como la compra de ropa o la elección de una actividad en montaña.

Las marcas de material de montaña saben estas peculiaridades y, además de las diferencias anatómicas, ocasionalmente “corrigen” la previsible sensación de frío más intensa de mujeres y niños pequeños colocando más relleno o materiales más aislantes en modelos femeninos y junior respecto a los mismos modelos concebidos para hombres.

También el cerebro regula aquellas partes de nuestro cuerpo que son las últimas en la prioridad de mantener la temperatura corporal. Notarás que las extremidades son las primeras en notar la sensación de frío. Pies y manos enseguida se nos quedan frías, de modo que podemos emplear una doble estrategia: por un lado, procurarnos de buenas prendas, guantes y calcetines propios para el frío, que protejan específicamente esas partes; por otro lado, abrigar el resto del cuerpo adecuadamente para no obligar a nuestro cerebro a priorizar los órganos vitales sobre las extremidades.

¿Qué podemos hacer para no tener tanto frío?

Te vamos a dar una serie de consejos muy básicos. El primero es que sepas renunciar cuando no se den las condiciones básicas de seguridad, sea por cantidad de nieve, por falta de material específico o por otras circunstancias que puedan provocar problemas graves provocados por el frío.

RabLa sensación de frío no es igual entre las personas. Foto Rab

Te invitamos a que eches un vistazo al artículo sobre seguridad básica en montaña para que tengas en cuenta las diferentes variables que te puedes encontrar y también cómo preverlas y prevenir las consecuencias de las mismas.

Vestimenta adecuada

Elige prendas que conserven el calor. Tanto forros polares, como chaquetas con relleno, como prendas térmicas interiores son básicos en nuestra indumentaria invernal. Por supuesto no olvides llevar buenos calcetines, gorro y guantes y prioriza prendas cortavientos, pero no pases por alto una de las funciones de las prendas más necesarias en montaña: la transpirabilidad. Que nuestras prendas sean transpirables es tan básico como no salir en manga corta. No sirve de nada tener una prenda térmica, impermeable y cortavientos (de hecho cualquier plástico puesto por encima lo sería) si no dejamos que el sudor salga al exterior y evitemos caer en hipotermia en la primera parada por tener la ropa empapada.

Composición de las prendas

Si observas la composición de una prenda térmica de primera capa, además de poliéster, poliamida o elastano, elementos comunes también en prendas que no son térmicas, probablemente encuentres alguno de estos elementos: lana, acrílico o polipropileno. Sigue los enlaces que hemos puesto para conocer sus propiedades.

BarrabesCon frío extremo también habrá que tener en cuenta la composición de la prenda

La presencia de estos materiales en tu camiseta interior o en tus mallas va a ayudar a retener el calor que tu cuerpo produce, de modo que su presencia en prendas para actividades invernales no aeróbicas es más que bienvenida.

Calcetines, gorro, braga y guantes

El pack completo de la persona friolera o de las actividades invernales. No escatimes en la calidad de estos cuatro elementos de tu equipación. Notarás la diferencia entre una excursión en la que tu mayor preocupación es el frío y una excursión en la que puedes disfrutar del ejercicio y el entorno.

Escribimos un artículo sobre la importancia de calcetines, gorro y guantes para combatir el frío que te invitamos a leer para que sepas cómo elegir los que más se adecúan a lo que vas a necesitar.

Prendas de nuestra talla

Tan problemático es elegir una ropa demasiado ceñida como demasiado holgada. Lo más recomendable es que la primera capa, la ropa que va pegada al cuerpo, quede ajustada para favorecer la comodidad y la transpirabilidad, pero no tan pegada que llegue a oprimir.

Con las segundas capas (forros y chaquetas con relleno) hay que dar algo más de espacio, pero tampoco demasiado. Su función es la de retener el calor que nuestro cuerpo genera y evitar que su pérdida implique mayor gasto energético, de modo que una prenda que deje un pequeño espacio de aire para calentar en su interior y con buenos ajustes en bajos, puños y cuello será una excelente compañera contra el frío.

Con las terceras capas podemos tener un poco más de permisividad con la holgura, porque además no sabemos si las vamos a utilizar con mucha o poca ropa debajo, pero tampoco de pases de grandes porque las vas a encontrar incómodas, además de con otros problemas asociados como mayor peso y más volumen cuando van recogidas en la mochila.

Revisar el buen estado de nuestras prendas

Un zurcido o un parche es una labor sencilla que no tienes por qué procrastinar. Evitarás pérdidas de calor y fuga de pluma o fibra en el caso de chaquetas con relleno, no tendrás problemas de impermeabilidad en prendas de tercera capa y también detendrás la posibilidad de que el daño vaya a más.

Un buen estado de la prenda garantiza mantener sus prestaciones originales y no ver mermadas sus capacidades. En esto, además de la reparación, es fundamental el mantenimiento revisando que las cremalleras cierren bien, los ajustes funcionen, el tratamiento impermeabilizante exterior se conserve y no haya problemas que impidan la transpirabilidad de la prenda como suciedad excesiva en la membrana, por lo que un lavado periódico entra dentro del mantenimiento necesario. Aquí tienes los enlaces para saber cómo lavar prendas de Gore-Tex y cómo lavar prendas y sacos de pluma para que no tengas ninguna duda.

RabLa alta montaña invernal no es un buen lugar para descubrir que tu chaqueta no cierra bien. Foto Rab

Alimentación e hidratación

Una correcta alimentación y una hidratación adecuada son básicos en cualquier actividad deportiva, pero en montaña, donde una bajada del rendimiento nos puede sorprender muy lejos de cualquier sitio civilizado, es indispensable no ir en precario respecto a las reservas energéticas de nuestro cuerpo y más cuando sabemos que el frío consume calorías de un modo inmisericorde.

Aliméntate correctamente

Comida energética como frutos secos, legumbres o fruta en general deberían ser una garantía de tener reservas suficientes para no tener frío. Si además lo complementamos con alimentos calientes como caldos o cremas o un chocolate a la taza la combinación es perfecta para prevenir el frío.

Tal vez hayas oído que el consumo de alimentos y bebidas vasodilatadores como picantes o alcohol es beneficioso contra el frío. Nada más lejos de la realidad por más que te recuerden la imagen del perro san bernardo con el barrilete de cognac. El efecto vasodilatador de picantes y alcohol provoca que la sangre se acumule cerca de la piel, de ahí la sensación inmediata de calor, pero precisamente por eso se enfría rápidamente y la sensación es la contraria de la que esperábamos conseguir. Evita el alcohol siempre, pero más en situaciones de peligro de hipotermia.

Si malo es el alcohol por vasodilatador, debemos de comentar lo mismo con la nicotina por el efecto contrario. No es que estemos dando consejos de salud, que también, pero estas dos sustancias no permiten que tu curpo regule correctamente la gestión del frío, de modo que deberías evitarlas mientras estás de actividad por la montaña en invierno.

Lleva un termo con bebida caliente

El termo es un invento tan sencillo como excepcional. Un recipiente tan aislante que permite conservar la temperatura del líquido interior durante muchas horas. Ocupa más espacio y es más caro que una cantimplora tradicional, pero el servicio que ofrece contra el frío compensa totalmente los inconvenientes. Los modelos de montaña suelen incluir la propia tapa como vaso, lo que además tiene la ventaja de servir para calentarnos las manos cuando vertemos el líquido caliente en el vaso y lo sostenemos antes de beberlo.

RabBebida caliente en ambiente frío, pocas cosas más reanimantes. Foto Rab

Pocas soluciones son tan placenteras, cómodas y eficientes. Una infusión caliente te va a hacer entrar en calor de manera muy rápida y además te va a hidratar, por lo que se cumplen un par de las premisas básicas para evitar la hipotermia sin hacer ningún esfuerzo.

No dejes de beber líquidos, preferiblemente agua o bebida isotónica durante la actividad. El frío puede enmascarar la sensación de sed y no ser conscientes de que nos estamos deshidratando, con el peligro que eso conlleva.

Planificación y solución de problemas

Una actividad invernal demanda una buena planificación y logística. Cuenta con una previsión del tiempo fiable y reciente, entérate de las posibles incidencias en el camino como espesor de nieve o peligros de aludes y conoce la ubicación de los diferentes puntos de resguardo y refugio en el entorno de tu actividad.

Elige bien las actividades en montaña

Evita lugares sombríos o expuestos al viento, con humedad o con nieve para actividades calmadas. El invierno puede ser un buen momento para visitar aquellos lugares que descartas en verano por exceso de calor. Terminar junto a un refugio o un restaurante es una idea que celebrarán quienes vayan contigo

RabEn cuanto desaparece el sol, la temperatura cae drásticamente. Foto Rab

Busca cómo calentar las manos

Es una sensación molesta. Tener las manos frías no es agradable y además complica las maniobras necesarias en montaña como abrir y cerrar una mochila, atar unas botas, tomar fotografías y otras acciones básicas de motricidad fina. La seguridad puede complicarse además si necesitamos atarnos unos crampones, hacer un nudo de unión de cuerdas o poner unas pieles de foca a los esquís.

Existen muchas maneras de calentarte las manos, pero pocas son eficaces y prácticamente ninguna es duradera. Desde la típica de echarse aliento a los dedos a poner las manos en las axilas, tenemos el convencimiento de que has probado todas. Lo más eficaz suele ser ejercitar las partes frías haciendo movimientos enérgicos o masajeando la zona fría.

Buscar fuentes de calor suele ser otra de las opciones preferidas, pero entendemos que pocas veces es posible en montaña. Sumergir las manos en agua tibia o acercarlas a fuentes de calor como fuego o radiadores es una quimera cuando estamos en la soledad de un lugar inhóspito.

A veces no es mala idea llevar calentadores de manos; son algo pesados, pero su utilidad lo compensa cuando necesitamos esa fuente de calor que nos hará la excursión más confortable. Mucha gente se fabrica calentadores caseros con semillas o arroz calientes metidas en medias o calcetines, pero el calor de estos apaños es efímero y desde que los sacas del microondas hasta que necesites usarlos probablemente ya solo serán semillas a temperatura ambiente. Pequeñas cantimploras o recibientes herméticos de plástico con agua caliente también pueden ser una solución de urgencia, pero con una eficacia limitada en el tiempo.

En escalada en roca donde tendremos que tocar a mano desnuda la fría pared constantemente es tan importante tener sensibilidad como no llevar peso de más. Si necesitas calentarte tocando zonas calientes de tu cuerpo el arnés te va a impedir acceder a algunas de las más buscadas, de modo que la única solución suele ser introducir la mano en la zona dorsal-cervical y aguantar el frío en la chepa a cambio de recibir calor en los dedos. Es sufrido, pero es necesario.

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