La proliferación de rocódromos hay permitido a quienes viven en entornos urbanos tener un acercamiento a la escalada deportiva más rápido y eficiente. Sin embargo, hay notables diferencias entre la escalada en rocódromo y la escalada en roca. Te damos aquí unas claves para hacer la transición de la resina a la roca de un modo seguro y sin sustos.
Es posible que tú o tus hijos o hijas hayáis tenido el primer contacto con la escalada a través de estructuras artificiales tipo rocódromo o panel de entrenamiento. Es un método muy cómodo, práctico y eficiente para sacar rendimiento a la parte deportiva de la escalada, ya que permite practicar la fuerza, la técnica y la gestualidad a quienes no tienen la suerte de tener paredes verticales cerca de sus domicilios.
La proliferación de la escalada en los últimos años ha sido espectacular. Prácticamente cualquier localidad medianamente poblada tiene al menos un rocódromo o panel, acercando a mucha gente la posibilidad de escalar sin tener que hacer grandes distancias hasta encontrar una pared que ofrezca las condiciones adecuadas para la escalada.
No descartamos, sin embargo, que tengas otras inquietudes respecto a la escalada y quieras vivir la esencia de la escalada en roca. Hace no muchos años existía una progresión natural en la que se pasaba de la excursión, a la ascensión y de ahí a la escalada. Hoy en día se puede empezar escalando sin haber hecho una excursión jamás; no estamos aquí para juzgar si eso nos parece bien o mal, simplemente para dar una serie de consejos y advertencias para que los tengas en cuenta si pretendes escalar en roca tras haber tenido tus primeras experiencias en rocódromo.
Te recomendamos que eches un vistazo al artículo sobre elegir correctamente tu equipación para iniciarte en la escalada antes de seguir con la lectura de estas líneas para que tengas una base sobre la que entender todo lo que viene después.
Aunque popularmente se da el nombre de rocódromo a cualquier estructura artificial provisto de presas de escalada, lo cierto es que conviene diferenciar entre los diversos modelos que encontramos, ya que el material que encontramos en ellos y el tipo de escalada que podemos realizar es completamente diferente.
El panel es el lugar de entrenamiento por excelencia. Estructuras artificiales desplomadas o muy desplomadas de poca altura y con colchonetas en la base para amortiguar las frecuentes caídas. Entrenamiento específico para búlder y un excelente recurso para la fuerza en todo tipo de escalada, acostumbra a ser interior y, por tanto, un buen destino cuando las condiciones al aire libre no son las adecuadas por frío, calor, viento o lluvia. Solo precisa de pies de gato y magnesio líquido.
El rocódromo con dispositivos de autoaseguramiento es una gran solución para escalar sin compañero en el caso de que por horarios difíciles o por gustos personales no sea posible ir acompañados. Exclusivamente permite escalar de segundos, es decir, con la cuerda por arriba y es una gran opción para vencer el miedo a la caída o para disciplinas como la escalada de velocidad. Para esta modalidad se necesita pies de gato, arnés y magnesio líquido, ya que lo habitual es que se realice en interior.
El rocódromo tradicional podemos encontrarlo tanto en interior como en exterior y son estructuras con cierta altura en la que necesitaremos al menos un compañero que nos asegure y, por tanto, además de pies de gato y arnés, ya necesitamos toda la estructura que forma la cordada básica: cuerda, dispositivo asegurador, mosquetones de seguridad y cintas exprés (si el rocódromo no las tiene fijas ya), además de magnesio si es preciso. Aunque no hay mucha costumbre, consideramos que el casco debería formar también parte de la equipación del escalador y del asegurador en rocódromo cuando exista riesgo de caída de material (al poner una cinta exprés, por ejemplo) o por el riesgo de golpear contra la pared en una caída.
Pasar a escalar del rocódromo a la roca no supone solo meter el mismo material en la mochila y trasladarnos a una pared en la montaña. Es algo más elaborado que conviene concretar. Las diferencias básicas están en dos aspectos: el medio natural en el que vamos a escalar y la diferencia que existe entre las vías sobre roca natural y las montadas en estructuras artificiales. Vamos a repasarlas:
Nos encontramos en un medio natural que hay que cuidar y respetar. Parece una obviedad pero, al parecer, no lo es. Donde tú escalas otras especies viven y sobreviven, de modo que deberías respetar el entorno y tratar de que tu estancia no deje huella.
Trata de pasar desapercibido. Evita gritos y ruidos innecesarios, arrancar plantas o, en general, alterar el paisaje incluso con la absurda moda de apilar piedras si no es para marcar un camino que pueda ser confuso. Deja tranquilos a los animales y, si tienes perro, llévalo atado. Aunque no sea peligroso, hay otras personas que se pueden sentir amenazadas o molestadas por los perros sueltos. Respeta la tranquilidad de todo el mundo.
Llévate toda la basura que generes y un poco más. Cuando orines busca un sitio donde no vaya a molestar a otras personas por suciedad u olor y, con el mismo objetivo a la hora de defecar, lleva una pequeña pala para enterrar la deposición y el papel y no crear situaciones desagradables.
Y por último, pero no por ello menos importante. Consulta la previsión meteorológica y no escatimes en protección frente al frío, el viento y la lluvia ni ante el sol o el calor. Tanto en la ropa de abrigo como en la protección frente al sol como el calor, son temas que hemos abarcado de forma frecuente en Barrabes. No obstante, hay un tema en el que queremos insistir: si vas a escalar con niños, toma todas las precauciones necesarias. Sobre este tema, te recomendamos que leas el artículo de recomendaciones y material para ir a escalar con niños que escribimos.
Al igual que no hay un solo tipo de rocódromo, existen diferentes disciplinas de escalada, cada una con su campo de juego específico. Escalada en bloque (búlder), escalada deportiva de uno o varios largos, escalada tradicional o escalada artificial son diferentes apellidos que se le dan a las modalidades de escalada para diferenciarlas entre ellas. Igualmente tienes diversos modos de progresión como ir de primero, de segundo, con dos segundos o en top rope y si ya entramos en las geometrías de la roca con diedros, chimeneas, desplomes, fisuras, off-width, placas… la explicación puede hacerse eterna.
Observarás, en definitiva, que las vías de escalada en roca se parecen en poco a las de rocódromo. En primer lugar, la altura puede ser muy superior a lo que conoces de estructura artificial, algo patente en vías de varias largos, por lo que debes prepararte para ello; la costumbre al vacío también se puede entrenar y, si no te crees con mucha predisposición a conservar la calma en altura, realiza las vías más largas de un modo progresivo.
El tacto de las presas de resina es bastante diferente al de los agarres en roca. Además de las irregularidades propias de la roca natural, la frecuentación de las vías afecta al tacto de las mismas. Dependiendo de factores como el tipo de roca (la caliza es mucho más erosionable que el granito, por ejemplo), la meteorización y la cantidad de gente que ha pasado por ahí antes que tú, podrás encontrar que las vías están más “lavadas”, es decir, resbaladizas. Por el lado contrario, una vía de reciente apertura o poco frecuentada puede estar algo sucia, con presas que se rompen, con tierra o vegetación.
Mención aparte merecen los anclajes. Si estás acostumbrado a la calidad y a la cercanía de los anclajes de rocódromo es mejor que asumas que pocas veces vas a encontrar similitudes en roca con esa forma de equipar; más bien lo habitual será encontrar ciertos alejes entre seguros y, en pocas ocasiones, anclajes antiguos que hoy en día no se consideran adecuados para escalada deportiva como buriles o spits. Si fueras a hacer vías clásicas, es posible que el elenco de anclajes sea más variado aún, con diferentes tipos de clavos o puentes de roca en un impredecible estado de conservación.
Ya hemos comentado las diversas opciones de estructuras artificiales y las diferentes disciplinas de escalada. Ahora vamos a detallar el material que has de llevar a la roca diferenciándolo o no del que has utilizado hasta ahora en rocódromo.
Guía para elegir correctamente tu arnés de escalada.
No existen diferencias entre los arneses utilizados en rocódromos y los que se llevan en roca. Solo puedes encontrar que ciertos modelos de iniciación, válidos para rocódromos pero con escasa salida en escalada en roca, tienen un solo portamaterial y un único punto de encordaje. Te recomendamos no utilizar estos arneses en roca, no porque no sean seguros sino porque son menos prácticos cuando tienes que llevar material como cintas exprés o mosquetones.
Guía para elegir correctamente tu dispositivo de aseguramiento en escalada.
El dispositivo de aseguramiento se elige dependiendo del tipo de cuerda y del tipo de anclajes de la vía, así como su disposición en la misma. Es decir, en una vía de deportiva o rocódromo con los anclajes de calidad situados de forma rectilínea podremos utilizar un asegurador para cuerda simple, mientras que en vías de escalada tradicional con anclajes flotantes y distribuidos de forma aleatoria deberemos utilizar un dispositivo de aseguramiento para cuerda doble y que ofrezca cierto dinamismo al detener la caída.
Guía para elegir correctamente tus mosquetones de escalada.
Al igual que con el arnés y el asegurador, los mosquetones de seguridad que utilicemos en el rocódromo pueden ser los mismos que llevemos posteriormente a roca. No existen diferencias técnicas sustanciales más allá de que en escalada de varios largos podamos optar por mosquetones más ligeros y compactos para hacer la escalada con menos peso y ocupando menos espacio en el arnés.
Además del material común que acabamos de comentar, existe otro tipo de material que, si bien puede ser utilizado tanto en rocódromo como en la roca, conviene diferenciarlo o empezar a utilizarlo por los motivos que te vamos a explicar ahora mismo.
Guía para elegir correctamente tus pies de gato de iniciación a la roca.
Si bien en la teoría no debería existir ningún problema para utilizar los mismos pies de gato en roca que en rocódromo ya que técnicamente nos va a dar el mismo resultado, la realidad nos demuestra que la escalada frecuente en rocódromo tiende a desgastar los pies de gato de un modo mucho más rápido debido al tacto deliberadamente rugoso de las presas de resina y a los frecuentes movimientos de apoyo con rotación de las prácticas de búlder en tablón.
Así pues, te recomendamos que, al menos, tengas unos pies de gato específicos para rocódromo y otros para roca atendiendo al tipo de actividad que suelas realizar. En roca existen pies de gato específicos para desplomes, para fisuras, para vía larga, para búlder… Los de rocódromo, aunque también hay modelos específicos para escalada de velocidad, suelen ser modelos más reforzados, con suela más gruesa y con palmillas en la mediasuela para ayudar a la estabilidad en pequeñas presas a costa de una pérdida de sensibilidad que es esencial en roca, pero no tanto en rocódromo donde los coloridos apoyos son numerosos y evidentes.
Guía para elegir correctamente tu cuerda de escalada.
Aunque podemos utilizar la misma cuerda para roca que para rocódromo, hay modelos especiales de cuerda para rocódromo que tienen unas características muy beneficiosas en prestaciones y durabilidad si lo que vamos a hacer es un uso eminentemente de plafón. Estas cuerdas son de longitud bastante corta, un máximo de 40 metros, y tienen un gran porcentaje de camisa respecto al de alma para prever el desgaste que se va a producir en los descuelgues y en las escaladas en polea.
Para escalada deportiva de un solo largo en roca la opción más recomendada es una longitud de 70 metros, aunque con una de 60 puedes tener más que suficiente para gran parte de las vías que vas a encontrar. Si quieres hacer vías muy largas o muy desplomadas, donde la proyección vertical en el suelo de la reunión está varios metros más atrás y más abajo de donde se sitúa el asegurador, necesitarás longitudes más largas.
El diámetro más aceptado suele ser de 9’7 milímetros, aunque cada vez la gente se decanta por grosores más finos aún. Precaución con esto: valora qué dispositivo asegurador estás utilizando, ya que no todos los aseguradores aceptan grosores finos de cuerda, y ten en cuenta que habitualmente el diámetro de cuerda suele ser directamente proporcional a su durabilidad.
Guía para elegir correctamente tus cintas exprés.
Tener que llevar las cintas exprés suele ser cada vez menos común en los rocódromos modernos. Lo habitual es que ya estén colocadas en fijo, sea mediante maillón o mediante anclaje permanente, por lo que si nos hemos acostumbrado a no utilizarlas como material propio, será mejor que nos hagamos con unas para nuestras vías de escalada en roca.
Normalmente con unas 12 cintas exprés tendrás para realizar casi todas los largos de escalada, aunque es posible que en largos de mucha longitud o en vías sobreequipadas tengas que echar mano a alguna más. Muchas marcas ofrecen packs de cintas exprés a buen precio con muy buena calidad. Valora esta opción si quieres hacerte con tu primer juego de cintas exprés.
Guía para elegir correctamente tu casco de escalada.
Aunque no sea demasiado común ver a gente con casco en los rocódromos, en las salidas a roca ya es un elemento indispensable. Ha costado mucho tiempo que todo el mundo los use, pero hoy en día se hace raro ver a gente sin casco. Numerosos accidentes por caídas inofensivas o por pequeños desprendimientos de roca han demostrado la utilidad de este elemento básico en la seguridad de la escalada.
Hoy en día los cascos son suficientemente cómodos, ligeros, económicos y ventilados como para que no existan excusas para elegir uno que se adapte a tu anatomía o a tus gustos personales. Busca un modelo bien ajustado y olvídate de todo lo demás, con la confianza de escalar con una protección que es esencial tanto para quien escala como para quien asegura.
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