Consideraciones finales de Ueli Steck sobre su ascensión al Makalu

Tras su intento de ascensión al Makalu en solitario por el Pilar Oeste, y su posterior cima por la vía normal en estilo alpino, en solitario, y abriendo huella hasta la rodilla durante toda la subida en la gran cantidad de nieve acumulada, se recupera en casa de las congelaciones y del gran desgaste que sufrió. Como él mismo afirma, <b>”esta montaña me ha hecho llegar a mis límites absolutos. Todavía siento las consecuencias de este enorme esfuerzo. Nunca en mi vida había tenido que luchar así.”</b>

“Desde hace una semana estoy de vuelta en Suiza. Las congelaciones de mis pies están mejorando poco a poco y he empezado de nuevo con mi rutina de escalada. La vida vuelve día a día, poco a poco. Sin embargo, necesito este descanso. El Makalu me ha llevado hasta mi verdadero límite.

La expedición ha sido un gran éxito, aunque no alcancé la cima por el Pilar oeste, tal y como había planeado. Las condiciones en la ruta normal ya eran muy difíciles, así que un intento por el Pilar Oeste era sencillamente imposible.

Desde el campo 2, a unos 6.500m, Robert Boesch y yo luchamos camino hacia la cima. Abríamos huella alternativamente. En todo momento tratábamos de intuir en donde la nieve era menos profunda. Intentamos descubrir los sitios en donde el sol hubiera brillado más, en los que el viento se hubiera llevado la nieve o –incluso mejor- las zonas que ya se hubieran limpiado por las avalanchas. Así abrimos huella hasta los 7.100m y volvimos a descender al campo 2, no por la huella que habíamos hecho para subir, sino paralelos a ella, porque no la queríamos destrozar. Así al día siguiente podríamos tener un suelo sólido bajo nuestros pies…


A la mañana siguiente Andy Waelchli decidió no subir más. Sus dolencias físicas no le permitían ir más allá. Robert y yo subimos hasta el campo 3, el último que habíamos montado, a 7.350m sobre el nivel del mar. Desde ese punto teníamos por encima exactamente 1.113 metros hasta la cima. A partir de ahí, una y otra vez Robert y yo luchamos contra las ingentes masas de nieve, hundiéndonos hasta la rodilla en cada paso. Habíamos salido a las 3 de la mañana del campo 3, así que aún está oscuro. Durante un descanso tengo que darme masaje en los pies. Robert mira mi pie derecho, y lo hace él; tengo la sensación de que es de madera. Subimos juntos hasta los 7.900m, y entonces Robert decide descender; dice que es demasiado tarde para él. Por mi parte, sé que podré descender aunque se me haga de noche, porque puedo seguir la profunda huella que hemos abierto; aun así, decido darme de tiempo hasta las 4 de la tarde; si no estoy en cima a esa hora, descenderé también.

Así que sigo adelante. Solo. Metro tras metro. El sol me ciega pero no me calienta lo más mínimo. Lucho. Trato de comer y beber. El aire está enrarecido. La arista que me lleva directo hasta la cima parece no tener fin. Decido no volver a mirar hacia arriba. Y finalmente, estoy allí; en la cima.

La cima del Makalu es afilada como un cuchillo, y el éxito de alcanzarla no me hace tener en ese momento sensaciones especiales. Me hago un rápido autorretrato, me vuelvo a poner los guantes de altura y comienzo a descender.

Esta montaña me ha hecho llegar a mis límites absolutos. Todavía siento las consecuencias de este enorme esfuerzo. Nunca en mi vida había tenido que luchar así. Al final fue una simple cuestión de cabezonería; mi razón me había dicho hacía mucho tiempo que aquella tortura debía de terminar. Pero mi voluntad me llevó hasta la cima.


Ahora estamos de vuelta en casa, sanos y salvos. Mis pies se recuperan lentamente. Quiero dar las gracias a Robert, que hizo un gran trabajo abriendo huella y dándome masaje en mi pie derecho cuando lo necesité. Conseguí la cima, y lamento que él no pudiera hacerlo, porque habría sido un gran éxito colectivo, del equipo. También quiero dar las gracias a Andy, que hizo un gran trabajo que me ayudó a alcanzar la cima del Makalu.

¡Muchas gracias a todos por vuestro apoyo moral durante la expedición!

Nos vemos pronto”

Ueli Steck

Página web de Ueli Steck: www.uelisteck.ch


Steck, completamente agotado, en la cima del Makalu


Ueli Steck en su tienda del campo 3

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