Dos metros más para el Mont Blanc en tan solo dos años: 4.810.9 metros de altura

Las montañas son los ecosistemas más sensibles a cualquier cambio en el clima. La presencia predominante de vientos cálidos del oeste en los Alpes durante los últimos años, hace que aumenten las precipitaciones en la zona del Mont-Blanc, fundiendo los glaciares por debajo de los 4.000 metros, pero aumentando la acumulación de nieve en las cimas. Por otro lado, los últimos datos confirman las previsiones más pesimistas respecto a la desaparición de los glaciares en la Cordillera Blanca

La última medición oficial del Mont Blanc se había realizado en 2.005, determinando que la altura de la mayor cota de los Alpes era de 4.808’8 metros. Dos años después, nuevos cálculos la sitúan en 4.810.9 metros, debido al considerable aumento del casquete de hielo que rodea a la cima, que casi ha duplicado su volumen: en 2.005 se estimó en 14.000 metros cúbicos, y en este momento se calcula en 24.000 metros cúbicos de hielo.

Este dato se dio a conocer durante una reunión de geómetras del departamento de la Alta Saboya que tuvo lugar en Chamonix, y corresponden a mediciones efectuadas durante el mes de septiembre. Los meteorólogos presentes en la reunión afirmaron que esto se debe a un cambio en la climatología de los Alpes: desde hace varios años, los vientos predominantes en la cordillera son de componente oeste, más cálidos y húmedos que los habituales. Esto hace que en las zonas occidentales haya aumentado la precipitación de forma considerable, aunque también la temperatura, mientras que ha disminuido en las zonas más al este.

Así, en el oeste, el retroceso de los glaciares situados a baja cota es muy alto, como podemos comprobar los miles de montañeros que nos acercamos a la cordillera alpina cada año, y que los vemos retroceder casi a ojos vista, tan solo comparando fotos entre temporadas. Pero por encima de los 4.000 metros, donde las precipitaciones aún son de nieve, el grosor de la capa ha aumentado.

Además, estos vientos del oeste tienen su mayor presencia en verano. Y la nieve de verano, más húmeda, se pega enseguida, y no se ventea, por lo que se fija mucho más al hielo existente que la de invierno, seca y venteada.

Por su parte, los glaciares de la Cordillera Blanca siguen retrocediendo de forma galopante. Hace unos meses publicábamos una noticia sobre los informes de la Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos del Instituto Nacional de Recursos Naturales del Perú, que tras 37 años de estudios demostraban que los glaciares de la zona habían perdido un 40% de tamaño y grosor en 15 años. Esta semana, el periódico peruano La Razón publica el estudio “Acerca del cambio climático. Algunos indicadores de la Secretaría General de la Comunidad Andina”, realizado este mes de septiembre, que confirma las peores perspectivas. La desaparición es galopante, muchos glaciares pequeños están prácticamente extinguidos, y algunos de los más grandes, como el del nevado Chacaltaya, lo harán antes de 2.010, en apenas 3 años.

El problema para el país es enorme, ya que estos glaciares son los que abastecen de agua a buena parte del territorio. Según el estudio, la ciudad de El Alto, aledaña a La Paz, tendrá sus primeros problemas de suministro en 2.009: sin el aporte de agua de los glaciares, acumulada de forma interanual, el régimen anual no cubre el suministro necesario.


El Mont Blanc aumenta en 10.000 metros cúbicos su casquete de hielo cimero

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