Recordando a Kazuya Hiraide. Una vida explorando lo desconocido
Como homenaje y memoria tras su desaparición, recuperamos la entrevista que en 2022 realizamos al 3 veces Piolet d’Or Kazuya Hiraide
Problemas legales han impedido a Fredriksen hablar sobre su vuelo desde cima en K2. Ahora, ya fuera del país, informa.
Ha pasado 15 días desde la jornada de cumbre que llevó a cima en el K2, entre otros, a los franceses Benjamin Védrines y Jean-Yves Fredriksen “Blutch”.
Benjamin Védrines se convirtió en el más rápido de la historia en ascender de campo base a cima, en tan solo 10 horas, 59 minutos y 59 segundos, y Jean-Yves Fredriksen, fiel a su forma de entender la montaña de la que hablaremos en este artículo, en solitario y en alpino, subió y bajó en 32 horas, tras enlazar la polaca con la travesía Messner y la ruta vasca.
Sin embargo, hasta ahora, apenas había habido informaciones de cómo se habían realizado los ascensos y, sobre todo, los descensos. Y hay un motivo de peso.
El caso es que en el K2 había 4 franceses que no solo pensaban ascender sin O2 a cumbre, sino que, para el descenso, tenían la intención de volar desde la cima hasta la base de la montaña. Eran Benjamin Védrines, Jean-Yves Fredriksen, Liv Sansoz y Zebulon Roche.
Son amigos, pero cada uno tenía sus planes: Védrines, subir y bajar en el día por la ruta normal; Fredriksen, ascenso en solitario y alpino lejos de la misma; mientras que Sansoz y Roche parece que unieron fuerzas. Si que compartían los 4 la intención de volar para el descenso.
Pero, entre tanto, ocurrió algo. Y es que el brasileño Rodrigo Raineri falleció a primeros de julio en un vuelo en el Baltoro. Un accidente que reactivó la prohibición del gobierno pakistaní hacia este actividad, y que incluso conllevó la detención durante algunos días de Ali Saltoro, director de Alpine Adventure Guides, por organizar la expedición.
Así que, quienes tenían intención de volar, debían mantenerlo en secreto...al menos hasta su salida de Pakistán. De momento, se confirma el vuelo de Fredriksen, pero, según explorersweb, Védrines, Roche y Sansoz también habrían volado. Se sabe que hicieron cima el mismo día, 28 de julio; si han volado los 4, habrá que ver el orden para saber quien consiguió el primer vuelo de la historia.
Quizás les suponga un futuro bloqueo que les impida volver al país, pero han preferido cumplir sus planes de presente.
El guía de montaña, parapentista y violinista de 49 años Jean-Yves Fredriksen, conocido como "Blutch", es alguien que siempre se ha apartado de los caminos trillados, buscando su propia senda. "No me gustan las multitudes”, escribe en su blog para explicar por qué, en el K2, como antes en otras montañas y actividades (ha llegado a cruzar volando de cima a base con el parapente todo el Himalaya…), eligió un camino diferente al de la ruta normal.
Decidió subir por la polaca, y desde ella enlazar con la vía vasca, escalada en 1994 por Alberto y Félix Inurrategi, Juanito Oiarzabal. Enrique de Pablo y Juan Tomás. Pero esto suponía realizar la temible travesía Messner, protegida por un inmenso serac que convierte en una lotería su paso. Esta travesía está situada a 7.000m, así que aclimató por debajo de esa altura, con un único campo que instaló a 6.600m.
Desde allí hasta el enlace a 7.800 con la vía normal fue solo, por terreno sin equipar, y desconocido para él. Su gran técnica de parapente le da seguridad para afrontar estas cosas: “es mi plan de escape”, afirma. “Si tengo problemas arriba, puedo salir de ellos con rapidez volando”.
En total, tardó 32 horas non-stop en alcanzar la cumbre y regresar volando a su campo a 6.600m. No fue fácil el vuelo: no empleó oxígeno, y en esas condiciones se tiende a intentar descender de 8.611m rápidamente, pero la ausencia total de viento le hizo esperar 90 minutos hasta qu euna pequeña ráfaga le permitió volar. A 6.800m, un mar de nubes le impedía el paso; por suerte, encontró en él un pequeño agujero de visibilidad, que le permitió seguir hasta que aterrizó a 5 metros de su tienda.
El sistema, por un lado, es arriesgado. Pero por otro, evita permanencia en altura, y las penalidades de un descenso con cansancio máximo: 20 minutos después de despegar desde cumbre, se encontraba 2.000 metros más abajo, sano y salvo. “Después de recoger mi vivac, la mochila de 25 kilos que pesa sobre mis hombros y una brisa que desciende me impiden volver a emprender el vuelo. Una última noche en que tengo K2 para mí solo".
Cuestiones técnicas aparte, la belleza de un vuelo así está fuera de toda duda. Jean-Yves Fredriksen lo explica claramente:
”Sólo tengo que abrir bien los ojos, empaparme de este vuelo y de estos paisajes increíbles que sólo veré una vez en mi vida. Me siento inmensamente libre.
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