Apenas dos expediciones habían visitado hasta ahora el K2 por su vertiente china. Remota y de difícil acceso, una vez alcanzado el campo base se yergue un impresionante contrafuerte que lleva hasta la cima. Poco a poco, y con mucha paciencia, han conseguido alcanzar los 7250m del campo 3, tras 40 días de trabajo. Ahora están descansando, con vistas a instalar el campo 4, último antes de cima
Es terreno de aventura. Llegar hasta el campo base les supuso un esfuerzo de otros tiempos en el que tuvieron que intervenir camellos, camelleros y en el que hubo que aunar muchas voluntades. Son las ventajas y desventajas de visitar una vertiente que recibe una expedición cada dos décadas. Una vez en la montaña, el equipo va poco a poco superando las dificultades del pilar, y ya han instalado el campo 3 en una plataforma a 7250m de altura.
En un principio tenían que llegar a la montaña, y lo consiguieron, que no es poco. Cruzaron los ríos que son el principal escollo en la aproximación, y cuando los camellos no pudieron continuar, tuvieron que cargar ellos con todo, ya que los porteadores chinos, que desconocían la zona, se volvieron alegando que eso no era, evidentemente, el Muztagh Ata.
Con esfuerzo que les desgastó, Gerlinde Kalterbrunner, el argentino Tommas Heinrich, Ralf Djumovic, Darius Zaluski, Maxut Zumayev y Vassiliy Pivtsov comenzaron el trabajo en la montaña, arañando metro a metro. En su última incursión, de 5 días y 4 noches en altura, consiguieron instalar el campo 3, regresando al 2, e incluso pensaron en volver a remontar hasta el 3 a la mañana siguiente para comenzar a abrir la ruta hasta el 4, pero la larga e inusual ventana de buen tiempo que empezó el 19 de julio tocó a su fin y el viento les hizo desistir.
Están realizando un buen trabajo en equipo, en el que todos ascienden, portean hasta los campos de altura por la pared, y una cordada abre la ruta y fija la cuerda, con çGerlinde en numerosas ocasiones a la cabeza. Para que nos hagamos una idea de lo que supone abrir en un lugar así, a Gerlinde y a Ralf les costó 11 horas alcanzar el campo 2 desde el 1 con el material. Y mientras, sus compañeros cargaban con las cuerdas y los campos de altura por detrás, para turnarse después. Durante este tiempo la nieve caía en ocasiones, lo que les obligaba cada día a abrir huella en nieve profunda. Varias avalanchas azotaron la ruta, aunque por suerte no se vieron alcanzados por ninguna.
Ahora se encuentran descansando por varios días en el campo base. Su próxima salida será ya para montar el último campo, y quizás realizar un intento a cima.
Fotos: National Geographic/Ralf Djumovits; National Geographic/Gerlinde Kalterbrunner, por su cortesía, reproducidas con permiso expreso de los autores.

Una gran montaña por su cara desconocida. Hacia el contrafuerte norte del K2

El gran pilar norte del K2, con los campos instalados hasta el momento

El Himalaya se encuentra con Asia Central: camellos para la aproximación

Vassily en terreno mixto en el Pilar norte

Maxut asegurando
Deja tu comentario
Sé el primero en comentar este artículo.