El fin de semana, que se preveía de descanso para Alex Txikon, Gerfried Göschl y Louis Rousseau, fue una lucha continua día y noche para salvar el campo base. Una terrible tormenta de nieve con vientos de más de 100 kilómetros por hora destrozó las tiendas y estuvo a punto de llevarse todo por los aires. Tras la tempestad viene la calma, y con ayuda de bambús que les han cedido los militares de un puesto cercano, han conseguido rehacer los destrozos y han vuelto a la pared
Karl Gabl, el meteorólogo que les proporciona los partes, anunció un tiempo inusitadamente bueno para el martes, así que decidieron acercarse otra vez a la pared. Y consiguieron abrir su nueva vía hasta los 5700m. Según Alex, “la ruta es una pasada. De verdad que tiene un aire la pared a la sureste del Shisha Pangma, es muy alpina. Ascendimos por los 200m de cuerda que habíamos instalado, y posteriormente abrimos hasta los 5700m. Mañana por la mañana, si se cumplen las previsiones, volvemos a salir para la pared. Vamos a intentar abrir hasta los 6100m, en donde montaremos nuestro campo 1.”
Según Alex, “es una sensación increíble abrir una vía en terreno virgen en un 8000. Las dificultades técnicas que estamos encontrando se pueden comparar con la Ruta Británica del Shisha o la Kinshofer en el Nanga. Por supuesto, escalar algo así en invierno le añade una dimensión más dura. A ver qué encontramos más arriba. Entre 5900m y 6800m esperamos que haya hielo azul muy vertical, será difícil.”
Finalmente, tras 9 horas de trabajo en la pared, regresaron al campo base, tras depositar en el punto más alto alcanzado una bolsa con cuerda de 6mm y material para fijar.
Louis Rousseau abriendo ruta
Hacia la cara sur del GI. La vía transcurre por el espolón-corredor en el centro de la imagen
Gerfried Goschl
Alex Txikon
Louis Rousseau
De vuelta al campo base, tras 9 horas en la pared
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