Iker Madoz, Juan Vallejo, Mikel Zabalza, a 50m de cumbre en Phurbi Chyachu

A punto de conseguir la 2ª escalada histórica, y primera en alpino, al Phurbi Chyachu, 6.637m, por Madroz, Vallejo y Zabalza.

Madoz, Vallejo y Zabalza, en el Phurbi Chyachu. Foto: Mikel ZabalzaMadoz, Vallejo y Zabalza, en el Phurbi Chyachu. Foto: Mikel Zabalza

Hace 2 años, cuando Iker Madoz y Mikel Zabalza descendían del Dorje Lakpa, junto a Mikel Inoriza, se encontraron con la gran muralla del Phurbi Chyachu, de 6.637m, situada en la frontera entre Nepal y Tíbet, y se quedaron prendados por ella. Ya de vuelta a casa, Mikel buscó información, y solo encontró una cima, hace más de 3 décadas, a cargo de un equipo japonés con estilo pesado, a través de la arista oeste, compuesto por 18 personas, consiguiendo la cumbre Shintaro Kurokawa, Fumihito Ogawa, Hiromitsu Okamoto, Takashi Shingaki, Hajime Takigami, Ang Phuri Lama y Pemba Lama Sherpa.

Este año los dos, acompañados por Juan Vallejo, decidieron acometer la cara sur de la montaña. Una cordada muy potente y experimentada en busca de una montaña de la que ni siquiera tenían claro cómo hacer la aproximación a la montaña, o colocar el campo base. “La montaña es especialmente prominente”, afirma a la vuelta Mikel Zabalza. “Está situada algo al sur de la cordillera, lo cual hace que tenga un clima poco predecible debido a su cercanía de las zonas selváticas del Jugal Himal”.

Madoz, Vallejo y Zabalza, ante el Phurbi Chyachu. Foto: Juan VallejoMadoz, Vallejo y Zabalza, ante el Phurbi Chyachu. Foto: Juan Vallejo

Lo incierto de la escalada comenzó en el primer momento: “Llegar al campo base ya fue una aventura, abriendo camino a golpe de kukuri con los pastores locales”. Una vez instalados, aclimataron en un pico cercano, más bajo, situado a la derecha del Phurbi Chyachu, de 6.100m, al que bautizaron como Phurbi Txiki, en una ascensión a través de una arista orientada al sur que “ya colmó de sobras nuestras expectativas”.

A pesar de lo inestable del tiempo, ya se encaminaron a la arista SE del Phubri Chyachu. Realizaron un primer intento, del que se tuvieron que dar la vuelta a 6.200m tanto por el viento como porque las dificultades fueron superiores a las que habían previsto.

Madoz, Vallejo y Zabalza, vivac en el Phurbi Chyachu. Foto: Mikel ZabalzaMadoz, Vallejo y Zabalza, vivac en el Phurbi Chyachu. Foto: Mikel Zabalza

Volvieron a la montaña el día 23 de octubre, montando un primer vivac en la vertiginosa arista a 6.000m. Al día siguiente les entró mal tiempo, y las nubes, la niebla, la ventisca y las coladas de nieve les dificultaron la escalada, hasta que, a las 3 de la tarde, en una roca justo debajo de las cornisas de cima, por terreno más fácil, decidieron finalizar la escalada, .

Madoz, Vallejo y Zabalza, en el Phurbi Chyachu. Foto: Mikel ZabalzaMadoz, Vallejo y Zabalza, vivac en el Phurbi Chyachu. Foto: Mikel Zabalza

Tenían cerca la cumbre, pero solo tenían 2 horas y media de luz, así que regresaron a la tienda. Llegaron a ella bien entrada la noche, medio congelados.

Madoz, Vallejo y Zabalza, en el Phurbi Chyachu. Foto: Mikel ZabalzaMadoz, Vallejo y Zabalza, en el Phurbi Chyachu. Foto: Mikel Zabalza

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