Kilian Jornet, los 82 cuatromiles, y la conexión con las montañas

Hablar de récords sería prostituir la experiencia que viví, afirma Kilian Jornet.

Kilian Jornet, Cuatromiles, Alpes, ReflexionesKilian Jornet, reflexiones sobre su travesía de los 82 cuatromiles. Foto: Col. Kilian Jornet.

“Antes de que mis recuerdos empiecen a empañarse, quería escribir en caliente lo que ha supuesto este viaje. Sé que en esta fase hay muchas cosas sobre las que tengo que reflexionar y que debo asimilar. Que la sombra que esta travesía ha dejado en mí será larga y exigirá un largo periodo de asimilación y reflexión”.

Kilian Jornet ha decidido poner en orden sus ideas después de los intensos días en los que encadenó los 82 cuatromiles de los Alpes. Algo que define como “un viaje interior, una búsqueda para descubrir quién soy, mis motivaciones, mis miedos y límites. Los cuatromiles, los 82 picos, fueron la excusa, el marco que permitió que este viaje se desarrollara”. Tras la travesía de los tresmiles de los Pirineos del año pasado, quedó muy impresionado por lo que había vivido, lo que le llevó a querer seguir explorando en esta dirección.

¿Récords?

Lo primero que quiere dejar claro es que “hablar de récords simplemente sería prostituir la experiencia que viví…”. Afirma que se inspiró profundamente en la visión de Berhault, en la 1ª conexión de Moran y Jenkins, o en la de Steck. Buscaba conexiones físicas, arraigadas en la estética de las rutas, “en la idea de que, una vez alcanzada una cordillera, me quedaría diseñando conexiones entre cumbres y no descendería, sino que permanecería moviéndome continuamente o descansando en refugios o campamentos hasta conectar todas las cumbres antes de pasar a otra cordillera”.

La parte humana

Expresa su enorme agradecimiento “las conexiones también son humanas” a los amigos que compartieron el viaje con él, tanto antiguos como nuevos. Los refugios, el equipo de apoyo, la familia…

Meditaciones sobre el riesgo

Confirma que tomó decisiones de las que no se siente muy orgulloso, y que tiene que examinar. “Me hacen reflexionar sobre qué fue lo que hizo que me esforzara por aceptar algunos riesgos que conscientemente me parecen poco razonables”.

Ser montaña

Pero también sintió la fusión con el entorno: “En algunas crestas no sentí el esfuerzo. Sentí una profunda conexión con la montaña. El esfuerzo ya no existía, el tiempo se había detenido, mi cuerpo se había fundido completamente con el entorno. Son momentos como estos los que me dan la vida (…) Fui testigo de impresionantes puestas de sol, de noches de luna llena y amaneceres de color escarlata. Toqué rocas magníficas que me hicieron bailar con ellas para progresar. Experimenté largas y magníficas horas de soledad y compartí risas y crestas con amigos. Al final, estos son los momentos que permanecerán.”

Sobre todo esto, sobre la planificación, lo vivido en las etapas, la logística, podéis leer el post que ha publicado en el blog de web, www.kilianjornet.cat

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