Vídeo: Adam Ondra, Búlder. Tour de Flash en Fontainebleau
En uno de los paraísos del búlder, Adam Ondra intenta escalar todos los 8b a flash posibles en un solo día, y prueba un 9a(+).
Cima virgen y ruta alpina para los portugueses Daniela y Paulo en el valle del Nangma, Baltistán, Karakorum.
Información por cortesía de Rab.
La cumbre principal de esta montaña fue escalada por primera y única vez en 2004 por Steve House, Marko Przelj, Doug Chabot, Bruce Miller y Steve Swenson desde el lado de Charakusa. Alcanzaron la cima principal después de escalar una ruta de 1.100, 5.8, M5 y 90º.
También desde el lado de Charakusa, Mare Holecek y Jan Doudlebsky escalaron otra vía, “Wild wings” (1.300 m, WI5+, M7, 70º) en 2009, alcanzando otra de las cuatro cumbres del Kapura, justo al lado de la que ahora acaban de escalar Daniela y Paulo.
Ésta es su crónica de la expedición:
“Era nuestro primer viaje al valle de Nangma y no teníamos un objetivo concreto en mente, aunque el objetivo era escalar una nueva ruta alpina en estilo ligero o al menos una nueva vía de roca en alguno de sus bigwalls. Durante nuestras investigaciones previas a la salida, no encontramos información ni fotos de la parte interior del valle así que nuestras expectativas eran altas.
Encontramos nuestro objetivo inmediatamente, en nuestra primera salida de exploración. Al pie del último glaciar, a la izquierda del K6, allí estaba: un pico precioso con un impresionante y elegante espolón que llevaba a la cumbre del Kapura Sur. Se acababa de convertir en la ruta de nuestros sueños. Parecía una línea sin aparentes peligros objetivos del tipo de seracs, laderas avalanchosas o caída de piedras.
Del 25 al 27 de agosto hicimos nuestra primera marcha de aclimatación y exploramos el glaciar para terminar encontrando un acceso rápido que lleva bastante directo al pie del Kapura. Primera sorpresa buena: ¡sólo 1h 30m para cruzar el glaciar!
Al día siguiente, a las 4am comenzamos a escalar la primera parte de la ruta para alcanzar un collado evidente sobre el espolón suroeste de la montaña. Allí dejamos un pequeño depósito con comida. 200 metros de trepada fácil seguidos de seis largos de hielo, nieve y escalada mixta poco complicada.
Rapelando, con el sol calentando la pared, observamos dos pasos peligrosos: dos largos en travesía extremadamente expuestos a una constante caída de rocas. Por seguridad, tendríamos que cruzar esas secciones de noche.
Sabíamos que esta primera escalada aclimatando en la ruta invalidaría una escalada en estilo alpino, pero no obstante, no fijamos ni un metro de cuerda de modo que durante el intento a cima tendríamos que escalar todo otra vez.
Después de algunos días de mal tiempo, supimos que del 5 al 11 de septiembre el tiempo sería perfecto: sol y apenas nada de viento.
El 5 de septiembre dejamos el campamento base y llegamos a la tienda en el glaciar, el la base del Kapura, en unas cinco horas.
Al día siguiente, a las 3 de la madrugada, salimos del glaciar con la tienda de vivac y todo el material y recorrimos los primeros 500 metros de la ruta reescalando la línea abierta hasta el collado, que después bautizamos con el nombre del hijo de nuestro cocinero, collado Alam, a 5.700m.
A duras penas nos arreglamos para montar una plataforma bastante decente en el collado para nuestro pequeño vivac y, siempre asegurados, descansamos unas horas para prepararnos para el intento a la cima.
A la 1.30 am comenzamos a escalar la segunda parte, y la principal, de la vía. Encontramos una cara empinada, 60-65º, con hielo duro bajo una fina capa de nieve dejada por el mal tiempo de los días precedentes. Esas condiciones nos forzaron a montar reuniones todo el camino. Después de unos 500 metros de mecánicos movimientos de escalada en hielo, alcanzamos la evidente banda de roca sobre la mitad de la vía. Allí, tuvimos que atravesar a la derecha para buscar un paso y después a la izquierda para ganar la segunda pendiente de nieve, que alcanzamos hacia las 12.00. En Los cinco largos en travesía, el hielo bueno desapareció y encontramos una fina capa de nieve pegada a la roca que nos obligó a hacer unos tensos movimientos por terreno mixto.
La última parte de la escalada nos llevó mucho tiempo y en algunos momentos dudamos sobre que camino tomar. ¿Arriba?¿O abajo?
Como estaba empezando a resultar obvio, íbamos a bajar en la oscuridad. Ya eran más de las 2 de mediodía y el descenso nocturno estaba en perspectiva.
Al final decidimos subir confiando sobre todo en la predicción de buen tiempo y en las perfectas condiciones del hielo para rapelar sobre abalakovs.
A las 6 pm alcanzamos la virgen cumbre sur del Kapura y calculamos una altitud aproximada de 6.350 m. No teníamos GPS para confirmar la altitud real, así que la estimamos después, comparando la cumbre principal del Kapura (6.544 m) con la que escalamos, y considerando la longitud de nuestra vía y su inclinación media.
Para descender dejamos los cordinos de los abalakovs y algunos clavos en la banda de roca (fue bueno que en la oscuridad de la noche pudiéramos encontrar fisuras decentes).
A las 3.15am llegamos a nuestro pequeño vivac en el collado Alam, 25h 45m después de haber salido.
Sedientos y cansados, decidimos descansar el resto del día y a las 3.30am, para evitar el peligro de la caída de rocas entre el collado y el glaciar, el 9 de septiembre continuamos el descenso hacia el campamento base, que alcanzamos a las 11.30am impacientes por comer.
Nuestro cocinero Altaf nos esperaba al final del glaciar y supimos que había pasado todo el día de cima mirando la montaña con los prismáticos, siguiendo nuestros pasos hacia la cima (sus ojos estaban todavía enrojecidos).
Llamamos a la vía “Never ending dreams” (1.300 m, 70º/M4). Ha sido la primera ruta al Kapura Sur desde el lado del valle de Nangma."
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